SHY LOVE | Wandanat

18. La escuela de Atenas

Tenía tantas emociones encontradas, sentía las lágrimas en sus mejillas, estaba de vuelta en su lugar secreto, no quería ver a nadie por el resto del día, se sentó en ese lugar que no era para nada una buena idea, se abrazó a sus rodillas entre lágrimas, su celular vibró, y vio un mensaje de Bucky, lo había evitado el fin de semana, pero ahora estaba enojada y creía que podía cometer una tontería.

Natasha Romanoff | 10:36 a.m.

Sabes? Sí te acepto la cita que me propusiste la otra vez... este sábado estás libre?

Natasha con los ojos empañados continuó escribiéndole a Bucky, no quería saber nada de Wanda, volvería a sus antiguas andadas, olvidaría a su maestra como sea, había sido sólo una ilusión.

...

Había pensado tanto en ese momento, quería buscar mil excusas para no estar ahí, pero tenía que asistir a la clase de arte, evitar a Wanda como Natalie había sido ciertamente fácil, pues su maestra estuvo ocupada los días previos justo por los pagos de la galería y sus obras, así que manejaba todo bien por ese lado.

Ese día era tema libre, así que mientras algunos tomaron papel, colores o pinceles con pinturas y lienzos, ella tomó arcilla de secado rápido, apenas y veía a Wanda, se concentraba en su proyecto de arte,

— ¿Quieres que te ayude, Natasha? — Preguntó Wanda con miedo, la verdad había sido su culpa dejarla llegar algo lejos para luego sólo decirle que lo había pensado mejor, no era justo para ella haberle hecho eso, se sentía mal y culpable

— No, gracias — Ni siquiera alzó la mirada continuaba con su proyecto

Wanda veía a su aluma tomar la arcilla y convertirla en colores rojos y negros, la veía moldear con enojo y actuar como si ella no estuviera presente, se sentía horrible.

— ¿Qué es lo que estás haciendo?

— Un corazón — Se encogió de hombros dándole forma de corazón anatómico con las venas y ventrículos — Roto, gris, y horrible como el mío — Seguía sin verla a los ojos, estaba totalmente concentrada en esto

Wanda no sabía que responder, así que sonrió con suavidad y se alejó a los demás estudiantes para revisar sus avances, no quería que Natasha se sienta así, la apreciaba en serio, le gustaba del mismo modo y tampoco quería pensar en un futuro con ella, pues creía que Natasha se enamoraría de alguien más o le gustaría alguien más porque ella era insignificante.

Veía sus manos moldear ese corazón anatómico de colores oscuros y sólo pensaba que la tristeza la invadía, quería convencerse de que era una mala idea tener algo juntas por más corto que el tiempo sea, a la vez creía que si Natasha estudiara en otra escuela o ella trabajara en otro plantel o de cualquier otra cosa que no fuera ser su maestra una relación con ella no sonaría alocado o fuera de lugar, era mayor de edad, estaba por graduarse, a parte de que todo a su lado era genial hasta por más pequeño que sea el momento, era memorable con Natasha.

El receso empezó, Wanda rogaba porque más alumnos se queden, así no estaría a solas con Natasha, para su fortuna eso sucedió, habían muchos inmersos en sus propios proyectos, le alegraba haber logrado que varios quieran hacer algo tan relajado y tranquilo.

Natasha no se quedó porque quiera seguir en el mismo salón con Wanda, quería faltar a la clase siguiente y lo podría hacer si terminaba su proyecto en ese momento, así no perdería la calificación y cumpliría de algún modo, veía su reloj y cinco minutos antes de que termine el recreo, finalizó su trabajo, ya se sentía fría de las orillas.

— Ya terminé ¿Dónde pongo mi trabajo, maestra? — Emitió poniéndose de pie y limpiando sus manos

— En la mesa de acá atrás está bien, para que seque — Trató de hablar lo más relajada posible, aunque la actitud de su alumna la ponía nerviosa