SHY LOVE | Wandanat

34. Terraza de café por la noche

Natasha veía su celular, tenía abierto su correo electrónico mientras veía el email de la aerolínea para su vuelo a Inglaterra, sería el viernes por la tarde, tenía nervios de ver a Wanda, recordó el seminario, así que ahí la encontraría, también tendría que rentar un lugar si ella no aceptaba quedarse juntas.

Estaba emocionada de verla por fin, tenía tanta seguridad de que podrían arreglar su relación, sostenía las asas de su mochila con fuerza mientras caminaba por la escuela.

Se acercó a abrir su casillero, al cerrarlo Sylvie se encontraba frente suyo, rodó los ojos hacia un lado fastidiada, estaba de tan buen humor como para arruinar su día con su presencia.

— Buenos días, Natasha...

— ¿Qué quieres? — Emitió enojada

— Sólo quería hablar contigo — Habló nerviosa encogiéndose de hombros — ¿Sabes? Te extraño, tú y yo éramos buenas amigas

— Lo éramos, pero ya no... mira, Sylvie, no quiero nada contigo, porque yo sé que al empezar a volver a ser amigas, tú empezarás a querer más y no estoy dispuesta a darte más

— Esta vez es en serio, sólo quiero que tú y yo seamos como antes — Insistió

— Hagamos esto... prueba que puedes ser una compañera normal por un mes entero y después aceptaré lo que me propones de ser amigas — Si quiera sí se la quitaría de encima unas semanas, no era mucho, pero a tenerla metiéndose en sus asuntos, lo prefería, estaba por viajar de todas formas

— De acuerdo — Trató de sonreír

— Bien, nos vemos

Natasha continuó caminando por el pasillo, recordó rápido que tenía que ir al salón de arte, notó que aún tenía tiempo y corrió hacia allá, vio a Sharon en su escritorio se acercó rápido no sabiendo cómo expresarse.

— Buenos días... — Saludó la maestra

— Hola — La vio mordiendo su labio inferior pensativa — Oye... este sábado no podré ir a lo de tu proyecto, podríamos hacerlo entre semana, tal vez en dos días por la tarde o nos quedamos hasta que acabes, está bien, porque me comprometí a ayudarte y yo soy la que está en falta

— Entiendo que tengas cosas que hacer — Le restó importancia — Dime el día que te acomode, sería mejor hacer todo de corrido, para no perder la ilación ni tener que maquillarte dos veces

— ¿Te parece hoy? — Prefería ya tener hecho lo que le prometió a Sharon para no estar con el pendiente y concentrarse en su viaje

— ¿Mejor mañana? Tengo que cambiarle el día a la maquillista y el fotógrafo

— Mañana está bien, lamento ponerte en esta situación

— Está bien, Nat... ¿Puedo preguntar por qué?

Se escuchó la campana y Natasha suspiró de alivio — Ya me tengo que ir, hablamos luego — Se despidió con la mano y se fue del salón corriendo

...

Habían terminado la pintura y la sesión de ese día, ya era de madrugada, Natasha se había desmaquillado y puesto algo cómodo, no volvería a casa esa noche, estaban ambas en la sala, alistando el sofá cama para Natasha, atenuaron las luces y la invitada se metió entre las mantas estirándose un poco.

— ¿Cómodo? — Preguntó Sharon

— Me duele todo, no puedo creer que tengamos que despertar en cuatro horas, es tortura — Se acurrucó sintiendo que los ojos se le cerraban