Amor y Letras| MINLIX

12

Escucho unos toques a mi puerta y me levanto confundido, ¿Será mi imaginación?. Me levanto rápidamente y me asomo por la mirilla dándome cuenta de que se trata del escritor Lee, ¿Estaré imaginando también que viene a verme?.
Cálmate Felix, seguramente se le olvidó decirme algo y por eso volvió.

Observo mi reloj, ¿A las dos de la mañana?. Nos separamos casi a media noche, entonces, ¿Por qué volvería ahora?. Debería dejar de sobre pensar las cosas y abrir la puerta, estiro la mano  sobre la perilla pero me detengo cuánto lo oigo hablar.

— Felix... ¿Estás durmiendo? — lo observo pegarse a la puerta y suspirar pesadamente. — Debes estarlo, mira que debo estar loco para venir a verte a estás horas...

Él coloca su mano sobre la puerta negando con la cabeza y trago en seco sintiendo mis latidos acelerarse así que cuando veo cómo se da la vuelta para irse abro rápidamente, mirándolo con el corazón en la boca.

— ¡Minho! — su nombre abandona mis labios con un nerviosismo que carcome mis entrañas, este hombre frente a mí me está volviendo loco y tengo miedo de perder la cabeza por él.

Él parece verdaderamente asombrado de verme salir, quizás de verdad pensó que estaba dormido pero no puedo decirle que desde que entre a mi habitación no paro de pensar en él y que por eso no he podido dormir ni un segundo.

—¿Te encuentras bien? — le pregunto al pasar los segundos, porque no a dicho nada. Solamente me mira fijamente.

Minho camina unos cuantos pasos hasta quedar casi cerca de mí, respiro profundo mirándolo fijamente.
— ¿Escritor?

Lo siguiente que hace me toma desprevenido, el escritor, Minho me rodea con ambos brazos que se deslizan por arriba de mi cintura y su frente busca descansar sobre mi hombro. Siento su respiración cerca de mi rostro e intento corresponderle sin embargo no puedo moverme, estoy en trance, la persona que me gusta me está abrazando y no sé cómo reaccionar. Toda está noche estuve pensando sobre el cómo me sentiría entre sus brazos y ahora que lo estoy experimentando mi cuerpo simplemente decidió quedarse inmóvil.

Qué genial reacción Felix, me recrimino a mi mismo de pronto siento el olor a alcohol sobre el escritor y me doy cuenta de estuvo tomando, seguramente estuvo en el bar del hotel desde que nos separamos.

Pero, ¿Qué lo incitó a beber tanto?. Se veía tan normal cuando nos separamos.

— Eres lindo, ¿Te lo dije antes? — murmura contra mi cuello pero dejando de lado el hecho de que estoy muy contento de ser sostenido entre sus brazos, él está ebrio y no está cien por ciento consiente de sus actos.

— No hablas cómo un ebrio, eh — le respondo y Minho deja salir una carcajada pellizcando mi mejilla.
— Deberías descansar, nunca he cuidado de alguien alcoholizado así que no sé muy bien que hacer pero dormir es la mejor opción, ¿verdad?

El escritor solamente ríe bajito abrazándome con más fuerza pero intento alejarlo. — Ayúdame a entrar por favor, estás muy pesado.

— Pero quiero abrazarte toda la noche, me gusta mucho tu perfume... — trago en seco, de nuevo siento mis sentimientos querer apoderarse de mi cabeza. ¿Puedo creer lo que dice?, ¿Me está confundiendo con un ex amante?, ¿Es por qué está ebrio?, ¿Realmente pensará esto sobre mí y es muy tímido para decirlo pero el alcohol lo hace hablar?

Finalmente logro llevarlo hasta la cama y lo recuesto con mucho cuidado, lo observo unos segundos, él me sonríe tiernamente, cómo si estuviera mirando a un ser muy querido pero sé que sólo está confundido, no hay manera de que pueda ser especial para él.
Poco a poco se va quedando dormido así que me inclino quitándole lo zapatos pero cuando estoy por cubrirlo con la sábana me toma por el brazo haciendo que caiga sobre él en la cama.