𝗟​𝗘​ ​𝗧​𝗛​𝗘​ ​𝗪​𝗢​𝗥​𝗟​𝗗​ ​𝗕​𝗨​𝗥​𝗡​⫻ ​J​a​c​a​e​r​y​s​ ​Velaryon

©ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ɴᴜᴍʙᴇʀ ꜰᴏᴜʀ

—  ּ ֶָ֢ . The wind is a work of art﹗ˎˊ˗

Después de los eventos tumultuosos de los días anteriores, sentía que finalmente estaba empezando a comprender mis propios poderes y la conexión profunda que tenía con los dragones. Vermithor, Caníbal y Balerion ahora eran parte de mi vida de una manera que nunca hubiera imaginado. Pero aún quedaba mucho por descubrir.

Después de la reunión en la Sala del Trono, decidí pasar un tiempo a solas con los dragones. Caminé por la playa donde descansaban, sintiendo su presencia majestuosa y reconfortante. Los dragones parecían tranquilos y en paz, como si estuvieran esperando mi llegada.

-Hola, mis amigos -dije en voz baja, acercándome a ellos con respeto.

Vermithor, con su gran tamaño y piel escamosa, me miró con ojos profundos y sabios. Caníbal, más pequeño pero igualmente imponente, se movió ligeramente en su sueño. Balerion, el Terror Negro, estaba de pie cerca, observándome con una intensidad que enviaba escalofríos por mi columna vertebral.

Me senté frente a ellos, cerrando los ojos y concentrándome en la conexión que compartíamos. Podía sentir sus presencias en mi mente, sus pensamientos y emociones entrelazados con los míos. Era una sensación abrumadora pero asombrosamente poderosa.

-¿Cómo puedo ayudarles mejor? ¿Qué necesitan de mí? -pregunté, dejando que mis pensamientos resonaran en sus mentes.

-Eres nuestra voz, Vaenyra. Nos unes en un momento crucial. Juntos, somos más fuertes que cualquier enemigo -dijo Vermithor, su voz resonando como el eco de montañas lejanas.

-Nos has dado un propósito, pequeña Targaryen. Un motivo para luchar y proteger lo que es nuestro -añadió Caníbal, su tono más suave y amigable.

Balerion permaneció en silencio por un momento, sus ojos fijos en los míos. Finalmente, habló con una voz profunda y antigua.

-Eres la clave para nuestro renacimiento. En tus manos está nuestro futuro y nuestro legado -dijo Balerion, sus palabras llenas de significado.

Asentí con gratitud y respeto. Sabía que debía honrar esta conexión única y usar mis habilidades para proteger a mi familia y a los Targaryen en los días por venir.

Más tarde, Jacaerys se acercó a mí mientras observaba el atardecer desde el balcón del castillo.

-Vaenyra, ¿te gustaría salir a volar conmigo y Vermax? Creo que sería una buena oportunidad para explorar los cielos de Rocadragón juntos -propuso Jacaerys, con una sonrisa amistosa.

La idea me emocionó. Siempre había sentido una fascinación por los dragones y volar con uno de ellos sería una experiencia única. Asentí con entusiasmo.

-Me encantaría, Jacaerys. Será emocionante ver Rocadragón desde el aire -respondí, con una sonrisa.

Nos dirigimos hacia el lugar donde Vermax descansaba, listo para volar. El dragón era impresionante, con escamas plateadas brillantes que reflejaban la luz del sol. Jacaerys me ayudó a subir a bordo y luego montó a Vermax con gracia y habilidad.

-Listos para despegar, amigo -dijo Jacaerys a Vermax, quien respondió con un rugido suave.

Con un movimiento de sus alas, Vermax se elevó en el aire, llevándonos con él. La sensación de libertad y poder era indescriptible mientras ascendíamos sobre las murallas del castillo y nos dirigíamos hacia los cielos abiertos.

Desde lo alto, Rocadragón se extendía ante nosotros como un tapiz en movimiento. Podía ver los jardines exuberantes, las torres imponentes y la vasta extensión del mar que rodeaba la isla. El viento fresco acariciaba mi rostro mientras nos deslizábamos suavemente entre las nubes.

-Es impresionante, ¿verdad? -preguntó Jacaerys, mirándome con una sonrisa.

-Es más de lo que hubiera imaginado. Todo se ve tan pacífico desde aquí arriba -respondí, admirando la belleza del paisaje.

Nos dirigimos hacia el este, volando sobre los acantilados y las costas escarpadas de Rocadragón. Vermax parecía disfrutar del vuelo tanto como nosotros, moviéndose con gracia y poder en el aire.

-¿Cómo te sientes ahora que has reclamado a los dragones? -preguntó Jacaerys, rompiendo el silencio cómodo.

-Es abrumador, pero también me siento conectada de una manera que nunca imaginé. Los dragones son seres increíbles y tener la oportunidad de volar con ellos es un honor -respondí, pensando en Vermithor, Caníbal y Balerion.

-Eres única, Vaenyra. Nunca he conocido a alguien con tus habilidades y fortaleza -dijo Jacaerys, mirándome con admiración.

Agradecí sus palabras con una sonrisa y continuamos nuestro vuelo, explorando cada rincón de Rocadragón desde los cielos. Era un momento de paz y asombro, lejos de las tensiones y los conflictos que acechaban en el horizonte.

Al caer la tarde, regresamos al castillo de Rocadragón. Descendimos suavemente, aterrizando con gracia en el patio del castillo. Jacaerys y yo nos miramos el uno al otro, compartiendo una complicidad silenciosa después de nuestra aventura en el aire.

-Gracias por esta experiencia, Jacaerys. Ha sido increíble volar contigo y con Vermax -dije, sinceramente agradecida.

-El placer ha sido mío, Vaenyra. Me alegra haber compartido esto contigo -respondió Jacaerys, con una sonrisa amistosa.

Caminamos juntos de regreso al interior del castillo, compartiendo nuestras impresiones y pensamientos sobre el vuelo. Me sentía más cerca de Jacaerys y también más segura de mí misma y de mis habilidades con los dragones.

Esa noche, mientras observaba las estrellas desde mi ventana, reflexioné sobre todo lo que había experimentado en los últimos días. Mis poderes estaban creciendo y cambiando, y yo también estaba cambiando con ellos. Sabía que mi camino estaba marcado por el fuego y la sangre de los dragones, y estaba decidida a enfrentar lo que sea que el destino tuviera reservado para mí y para los Targaryen.