©ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ɴᴜᴍʙᴇʀ ꜰɪꜰᴛᴇᴇɴ

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- ּ ֶָ֢ . Forbidden Desires ﹗ˎˊ˗

 Forbidden Desires ﹗ˎˊ˗

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El sol comenzaba a descender en el horizonte, bañando Rocadragón en una luz dorada que parecía tocar las piedras antiguas con su cálido abrazo. Me encontraba en la azotea del castillo, el viento suave acariciando mis cabellos plateados mientras miraba hacia el vasto mar. La inmensidad del océano siempre me había inspirado una mezcla de calma y anhelo, pero en ese momento, mi mente estaba atrapada en una tormenta de pensamientos. Jacaerys, mi querido Jacaerys, llenaba mis pensamientos, y el conflicto que había comenzado a germinar entre nosotros me perturbaba.

Recordaba claramente nuestras risas compartidas, nuestros sueños susurrados bajo la luz de las estrellas y esa conexión que parecía crecer con cada día que pasaba. Pero también había una sombra, un peso en nuestros corazones. Su compromiso con Baela Targaryen, un lazo que nos había sido impuesto desde pequeños, se interponía entre nosotros como un muro infranqueable.

Era un día cualquiera, y sin embargo, sentía que el aire estaba cargado de expectativas. Cuando Jacaerys se acercó, mi corazón dio un vuelco. Su expresión era seria, y en sus ojos se reflejaba una lucha interna que no pude ignorar.

-Vaenyra -comenzó, su voz apenas un susurro. Me acerqué, sintiendo que el momento era crucial. La luz del sol lo iluminaba, y había algo en su mirada que me hizo contener el aliento.

-¿Qué sucede? -pregunté, aunque ya tenía una idea de la respuesta. Él siempre había sido sincero conmigo, y el peso de sus palabras caía sobre mis hombros como una carga.

-Debo hablarte sobre Baela. -Su voz tembló, y en su mirada había una mezcla de determinación y vulnerabilidad-. No puedo seguir con este compromiso. No quiero casarme con ella.

Mis manos se crisparon instintivamente. La revelación golpeó mi corazón como una ola, pero el sentido del deber y la lealtad que había cultivado durante toda mi vida me detuvo.

-Pero... Jacaerys, ustedes están comprometidos desde pequeños. Es un pacto entre nuestras casas. -Las palabras salieron de mis labios antes de que pudiera detenerlas. Sabía que mi voz sonaba más dura de lo que pretendía, pero el peso de la tradición y el deber no se desvanecía tan fácilmente.

𝗟​𝗘​ ​𝗧​𝗛​𝗘​ ​𝗪​𝗢​𝗥​𝗟​𝗗​ ​𝗕​𝗨​𝗥​𝗡​⫻ ​J​a​c​a​e​r​y​s​ ​VelaryonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora