— ּ ֶָ֢ . The tension in the air ﹗ˎˊ˗
La noche envolvía Rocadragón en un silencio pesado, uno que parecía esconder más secretos de los que ya conocía. Estaba sentada junto a la ventana de mi cuarto, mirando el mar embravecido chocar contra las rocas. Las olas, furiosas y constantes, parecían reflejar lo que estaba pasando dentro de mí. Era como si una tormenta hubiera surgido en mi interior desde aquel beso con Jacaerys.
No podía dejar de pensar en él, en la forma en que su mirada, oscura e intensa, me envolvía cada vez que nos encontrábamos en el pasillo o cuando compartíamos silencios tensos durante las reuniones de guerra. Lo sentía cerca y, al mismo tiempo, tan lejano, como si ambos estuviéramos atrapados en un juego del que no sabíamos cómo escapar.
Mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escuché un suave golpe en la puerta.
—¿Vaenyra? —la voz de Jacaerys se coló en la habitación, baja y cautelosa, como si no quisiera ser escuchado por nadie más.
—Adelante —dije, sin levantarme de mi asiento.
La puerta se abrió despacio, y su figura apareció en el umbral, iluminada apenas por la tenue luz de las velas. Se veía distinto esta noche, como si hubiera algo en su rostro que no había visto antes, una mezcla de duda y determinación. Cerró la puerta tras él y avanzó hacia mí, manteniendo su mirada fija en la mía.
—Necesitaba hablar contigo —murmuró cuando estuvo lo suficientemente cerca.
Mis ojos recorrieron su rostro, notando el leve temblor de sus manos y la forma en que su pecho subía y bajaba con respiraciones contenidas. Algo lo inquietaba.
—Entonces habla —dije, tratando de sonar tranquila, aunque por dentro sentía cómo mi corazón latía cada vez más fuerte.
Jacaerys no respondió de inmediato. Se acercó a la ventana, mirando al mar durante unos segundos, como si buscara las palabras correctas. Después de un momento, giró su rostro hacia mí, y la intensidad de su mirada me atrapó.
—No puedo sacarte de mi cabeza, Vaenyra. Todo el tiempo... incluso en medio de las reuniones, en la batalla... siempre estás ahí.
Su confesión me dejó sin palabras. No era solo el contenido de sus palabras, sino la vulnerabilidad con la que las decía, como si estuviera exponiendo una parte de sí mismo que rara vez dejaba ver.
—Yo... —mi voz se quebró un poco, y tomé una respiración profunda antes de continuar—. Yo siento lo mismo, Jace. Pero sabes que esto... es complicado. Somos Targaryen, y en medio de esta guerra... no podemos dejarnos llevar por emociones que podrían nublar nuestro juicio.
Él dio un paso más cerca, y pude ver el brillo en sus ojos.
—Complicado o no, Vaenyra, no puedo seguir pretendiendo que no siento lo que siento. ¿Acaso tú puedes?
Mis pensamientos comenzaron a fluir como un torrente. ¿Podía yo pretender? No, no había manera. Estaba cansada de mentirme a mí misma, de intentar convencerme de que lo que sentía por Jacaerys era algo que podía ignorar. Pero admitirlo... admitirlo en voz alta era un riesgo que no estaba segura de querer correr.
Jace extendió su mano, rozando mis dedos con una suavidad que me estremeció.
—No importa lo que ocurra mañana o el día después —susurró, acercándose aún más hasta que pude sentir el calor de su aliento en mi piel—. Lo único que quiero ahora es a ti, Vaenyra.
Su voz era un susurro bajo, pero la fuerza de sus palabras me desarmó por completo. No tenía sentido luchar contra lo que ambos sentíamos. Cada día, cada momento compartido, solo aumentaba la tensión entre nosotros, como si estuviéramos destinados a estar juntos, pero siempre al borde del peligro.
—Jace... —murmuré, sin saber qué más decir.
No hizo falta. En un movimiento lento y cuidadoso, se acercó y me rodeó con sus brazos, y esta vez, no pude resistirme. Sentí cómo todo mi cuerpo se relajaba en su abrazo, como si finalmente estuviera donde debía estar. Nos quedamos así por unos segundos, sintiendo la presencia del otro, el latido de nuestros corazones en sintonía.
—¿Estás segura de esto? —susurró, con sus labios rozando mi frente.
Asentí, incapaz de decir otra cosa. No había nada en el mundo que deseara más en ese momento.
Con una suavidad que me tomó por sorpresa, sus labios se encontraron con los míos en un beso lento, profundo, que parecía querer explorar cada rincón de mi ser. No había prisa, solo una calma y una intensidad que me hacía sentir como si el tiempo se hubiera detenido para nosotros. Mis manos se aferraron a su espalda, acercándolo aún más, sintiendo la fuerza de sus músculos bajo mis dedos.
—Vaenyra —jadeó mi nombre, separándose apenas un instante antes de volver a besarme, esta vez con más pasión, más urgencia.
Perdí la noción de todo, envuelta en sus caricias, en el peso de su cuerpo contra el mío, en la suavidad de su piel bajo mis manos. En ese momento, no había guerra, ni dragones, ni enemigos. Solo estábamos él y yo, y un deseo incontrolable de entregarnos el uno al otro sin reservas.
Finalmente, nos apartamos solo para recuperar el aliento, con nuestras frentes tocándose mientras nuestras respiraciones se mezclaban.
—No importa lo que pase, Jace. Siempre estaré a tu lado —murmuré, viendo cómo una leve sonrisa se dibujaba en sus labios.
—Y yo siempre estaré contigo, Vaenyra. Pase lo que pase.
Nos quedamos en silencio, ambos conscientes de que esta conexión nos daría fuerzas en medio de la tormenta que se avecinaba. Aunque no sabíamos lo que el futuro nos deparaba, sabíamos que, al menos en ese instante, nada ni nadie podría separarnos.
No olviden que si quieren próxima actualización, tiene que votar y comentar.
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𝗟𝗘 𝗧𝗛𝗘 𝗪𝗢𝗥𝗟𝗗 𝗕𝗨𝗥𝗡⫻ Jacaerys Velaryon
Fiksi PenggemarLET THE WORLD BURN ꒰ 𝗝𝗩 ꒱ ❝ I SHOULDN'T HAVE 𝗙𝗔𝗟𝗟𝗘𝗡 𝗜𝗡 𝗟𝗢𝗩𝗘 LOOK WHAT IT MADE ME 𝗕𝗘𝗖𝗢𝗠𝗘 I LET YOUT 𝗚𝗘𝗧 𝗧𝗢𝗢 𝗖𝗟𝗢𝗦𝗘 JUST TO WAKE UP 𝗔𝗟𝗢𝗡𝗘 AND I...