2. El Rey Poeta

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Aruma levanto lentamente la cabeza mientras analizaba las últimas palabras
"Ni mitz tlazohtl", sabía lo que era, claro que sí, reconocería el náhuatl aún que no lo entendiera ya que en su servicio social tuvo contacto con una pequeña comunidad que aún que muchos de ellos hablaban en español también le llegaron pocos pacientes que hablaban náhuatl, así que tuvo que aprender algunos significados sencillo.

No era una máster pero sabía reconocer palabras sencillas, sobre todo cuando atendió un niño pequeño que le dijo "Ni mitz tlazohtl", cuando le pregunto a la madre que significaba aquella frase le contesto "Te quiero, doctorcita, mi hijo dice que la quiere mucho".

Sami la vio expectante. —¿Tiene algo importante?, ¿una amenaza de muerte de tu peor enemigo o algo así?

Su amiga parpadeó mientras volvía a la realidad, le estiró la carta a su amiga sin decir nada.

Al tomar la carta la leyó rápidamente —No mames, ¿este no es el poema que?...

—Que aprendí de memoria y recité en la preparatoria por un punto extra, si es ese, es del rey Poeta, Nezahualcóyotl.

—Puedo apostar a qué todavía te lo sabes, ese día lo recuerdo muy bien, siempre has tenido una gran voz.

Aruma agitó levemente su cabeza para despejarse —Gracias.

—¿Entonces qué? —le preguntó mientras se incorporaba para levantarse del suelo.

—¿Entonces qué de qué o qué?.

—¿Has estado recibiendo mensajitos de un admirador y no me lo has contado?, ¿es por eso que has reaccionado tan "sorprendida" verdad?, ya dime.

Aruma abrió un poco los ojos por las conclusiones que estaba sacando su amiga —¿De qué?.... Oye, oye, para esa cabecita tuya, no tengo un admirador secreto, tienes que dejar de ver tu novela de las 12.

—No me digas que no te agrada la idea de que le gustas a alguien. —Daba una bonita sonrisa emocionada.

—A ver Sami por favor, ¿cómo crees que voy a tener un admirador secreto?, zanjemos el tema y sigamos trabajando que aún nos falta organizar pacientes para hoy para que mañana los pueda atender a primera hora.

—Piensa, estás tomando reconocimiento en el gremio médico por tus excelentes conferencias, tu nombre ya comienza a conocerse, atiendes a muchísimas personas los fines de semana por tus excelentes consultas y lo más importante que es...

Aruma solo la miro mientras esperaba que terminará su exposición sobre ella.

—Que eres muy bonita y tienes un buen cul...

Antes de que terminará la frase la cortó de un tajo —Ya me quedó claro, gracias —contestó mientras se pellizcaba el puente de la nariz.

—Bien entonces hay que descubrir de quién se trata. —mientras daba pequeños aplausos.

Puso los ojos en blanco mientras recogía los otros dos sobres para acomodarlos dirigiéndose al asiento de su escritorio.
—Solo es una carta con un poema y ya está.

Sami soltó un pequeño gemido de frustración —¿Por qué eres tan aburrida?, no es solo un poema, es EL poema, un poema que casualmente tu recitaste y una frase que aún que no te dieras cuenta te hizo sobrepensar.

Era la verdad conocía a su amiga mejor que nadie, y también Aruma lo sabía, detestaba que tuviera razón siempre, claro que el poema y la frase no era una coincidencia, o alguien quería aturdirla o... algo más.

—Entiendo, hagamos algo, organicemos a los pacientes y cuando tengamos tiempo en algún momento de nuestras vidas hablaremos de este "supuesto admirador" —dijo el trato mientras se sentaba y prendía su laptop para comenzar a trabajar.

Su amiga puso sus ojos como rendijas
—Bien, bien tu ganas, pero no dejaré el tema porque me parece intrigante — mientras se acomodaba frente a su escritorio y tomaba su propia laptop para trabajar la organización juntas.

Después de otras tres horas de trabajo arduo al fin habían terminado de organizar a los pacientes, de avisarles a qué hora se les atendería a cada uno, y hasta organizaron algunos de la siguiente semana.

No cabía duda que dos grandes cerebros trabajaban mejor que uno, sin embargo aún que Aruma era la persona que estaba insistiendo en terminar el tema con lo de la carta no podía evitar tenerlo en la cabeza, si se trataba de una persona que apenas la conoció dando consultas o conferencias entonces ¿cómo sabía esa persona lo del poema?, ¿de que entendía ciertas frases en Náhuatl?

Pensaba que le estaba dando mucha importancia pero a ella siempre le encantaban los retos, los acertijos y aún que fuera una estupidez quería saber quién mando el sobre y por qué, ¿qué pensaba esa persona de ella?, ¿por qué gastar su tiempo en una simple carta?, ¿era solo una broma?, ¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por...?

—Ey —la llamo Sami agitando una mano enfrente de su cara— ¿Ahora que tanto te abruma que te estás disociando como marihuano de centro?

Parpadeó y le ofreció una pequeña risa por la extraña comparación le respondió —Lo siento, es que estoy algo cansada, creo que deberíamos dejar ese capuchino para mañana.

—Entiendo, sí tienes razón creo que mejor mañana con más calmita. —entre un bostezo—. Suelo durar más en el trabajo pero los días viernes siempre terminamos igual, siempre tiene que salir algo nuevo. —aún cansada le ofreció una sonrisa de oreja a oreja.

~

Se despidieron en el estacionamiento, cada una dirigiéndose a sus coches para irse como todos los días, Sami tomo el suyo y se fue, dejando a su compañera sola en el estacionamiento dirigiéndose a su coche.

Mientras avanzaba a el notaba en el parabrisas algo rojo, y cuánto más cerca estaba se dio cuenta que era en realidad un pedazo de papel rojo que cuando lo tomó con su mano totalmente confundía vio que tenía algo escrito en manuscrita:

Cihuacuacualtzin (mujer hermosa), ¿Al fin te has dignado en leer mi carta?

En la costilla de Adán Donde viven las historias. Descúbrelo ahora