Aruma estaba en el escritorio con su laptop haciendo los últimos ajustes para la conferencia de mañana, quería tener todo perfecto antes de dormir.
Le gustaba mucho enseñar, ya sea a los alumnos de la carrera, al personal del hospital que eran enfermeras y hasta médicos especialistas.
Un profesor de la carrera le había dicho: "el que enseña aprende". Y cuánta razón tenía, todos los días se aprendía algo nuevo, mucho más en el área médica.Uno de los temas a tratar era la nutrición.
"Amo la comida", pensó y fue así como inevitablemente el estómago protestó. "Que buena médica, tanto que no tiene un horario para comer. Gajes del oficio".
Por lo tanto, miro el croissant que aquel desconocido le regaló en la cafetería y pidió para llevar. No creía que estuviera envenenado, así que lo tomo y comenzó a desenvolverlo para darle una mordida.
Cuando lo hizo, parecía que iba a desmayarse de lo increíble que sabía ese croissant. Estaba exquisito. No tenía idea que en esa cafetería tuvieran tan buena mano para las preparaciones sencillas.
Mientras su paladar se daba un festín con la mitad restante del croissant, tomó una servilleta extra que venía en la bolsa. Lo tomó, pero observó que no era una servilleta blanca como las de la cafetería, ni siquiera era una servilleta.
Era un pedazo de papel doblado color carmesí.
El deja vú le llegó como un relámpago.Otra nota.
Esto estaba llegando demasiado lejos. Ahora está persona la estaba acechando fuera de su horario de trabajo.
Se quedó por unos largos cinco segundos paralizada, en donde el único ruido que había en la habitación la emitía ella por su respiración y pulsaciones que iban en aumento.
Y como la curiosidad mataba al gato desdobló el papel y observó lo que tenía escrito:
Noyollo (mi corazón ), ¿sabías que también soy un maestro para la cocina?, un simple croissant no es lo único que se preparar.
PD: Estoy extasiado por verte mañana.
Tomó una gran inspiración.
Dejó que todo el aire de la habitación entrara en sus pulmones. Y lo soltó hasta que comenzaron a arder.Entonces la comida no era de la cafetería, ya debería haberlo deducido. Que absurdo, ¿no era más fácil invitarla a salir y ya está?
Quería saber quién estaba haciendo esto, se sentía frustrada, superada por la persona que estaba en esto.
Y hace mucho tiempo que no se sentía así.Dentro de la universidad y sobre todo en el hospital estaba constantemente en una cadena alimenticia.
Aprendió a fingir que no se sentía superada por los demás, "la supervivencia del más apto".
Pero ahora el acosador era un jaguar y ella el pobre venado.¿A qué se refería con verla mañana?, ¿estaría presente en la conferencia?
Entonces probablemente era parte del hospital o aún peor, un paciente de ella.
Mierda, le dolía la cabeza.En ese momento mientras volvía a doblar el papel decidió que descubriría quien estaba detrás de esto, sea la situación una broma o en serio.
"Tal vez cuando lo descubramos le demos una cachetada por tenernos así" dijo su diablillo, "primero hay que saber sus razones" debatió su angelito.
Lo que sí estaba segura es que tenía que enfrentarlo cara a cara.
Así pues con la determinación tatuada en la frente cerró la laptop.~
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En la costilla de Adán
RandomDe la admiración a la obsesión hay un paso. Aruma, una médica que reside en la Ciudad de México, solo se dedica a dar conferencias, apoya una fundación y da consultas los fines de semana, ¿una vida normal no es así? Una mañana lluviosa se da cuenta...