28- ¿Qué ves? 🎧

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- Todo ser humano pasa por varias dificultades, todos tenemos problemas, nos ponemos tensos, lloramos, nos caemos, sentimos que no podemos más y que la mejor manera para eso es desaparecer. Pero no, no podemos dejar que esos pensamientos nos invadan por completo. No siempre las cosas van a salir como queremos, no siempre vamos a estar con las personas que amamos. No somos eternos, Zoe, pero luego de la tormenta viene la calma. Pasamos por muchas cosas malas, pero eso no significa que no podamos volver a ser felices. Así como lloramos y pasamos por malos momentos, también están los buenos momentos; también están las risas, las personas que realmente te quieren y te apoyan. Todo pasa y eso es lo que nos hace ser humanos.

Las palabras del Dr. Sánchez me han llegado realmente, el es un gran psicólogo. A pesar de lo poco que me comunicaba con él, el nunca desistió de mí, que.pre estuvo ahí. Sin importar cuantas veces fue fue en vano las citas con él el que re me habló y trató de hacer lo posible por qué yo me recupere.

Ha sido difícil pero como dice el Dr Sánchez. Luego de la tormenta viene la calma.

Mi calma aún no ha llegado por completo, pero si ha llegado un poco, y me está hacie do bien.

Sí, aún me siento que yo deprimida y siento q no soy nada ni nadie, mero poco a poco estoy volviendo a ver el mundo desde ora perspectiva, y en ese mundo hay un objetivo al qué quiero ver mejo, y ese objetivo soy yo.

- Mírate Zoe, - él me da un espejo, lo tomo y con suavidad veo mi reflejo en él.


- ¿Para qué? - frunci el ceño. Él señala el espejo y yo lo alzo hasta ver mi reflejo en él.

- ¿Qué ves?

- Una chica de cabello desordenado, pálida y con ojeras, una chica tinta y débil. - Hago una pausa. - delgada y... - Me aparto del espejo. - Tome, no sirve de nada, nada de lo que se refleja ahí me gusta.

- No creo que seas débil Zoe. - me da ina sonrisa. - Ahora, vuelve a mirarte y mira más allá de lo físico. ¿Qué más ves?

Me quedé en silencio, reflexionando. Finalmente, volví a alzar el espejo y a verme en él.

- Veo a alguien que lucha todos los días por salir un poco más del fondo del hueco donde está metida, algien que no pensó en volver a hablar pero al final si lo logró - sonrío a mi propio reflejo. - a alguien que volvió a relacionarse con personas y logró tener amigos de verdad y ya ha podido regresar a la Preparatoria. - mis ojos se humedesen.

-Exacto -respondió-. Ese es el verdadero reflejo de quién eres, Zoe. No te definen solo tus inseguridades.

- Gracias.

- Tus ojos tienen un brillo diferente, ¡te has hasta cortado el cabello! Cada vez que vienes puedo ver la chica fuerte que hay dentro de ti, solo tienes que dejarla salir, Zoe. Regresaste a la preparatoria, rompiste tu silencio, y hasta tienes amigos. Solo te falta que te des una oportunidad.

- ¿Una oportunidad? - le pregunto extrañada y le devuelvo el espejo.

- Sí, Zoe, una oportunidad de hacer lo que te hace feliz. El piano, Zoe.

- No, doctor, ya eso sería demasiado.

- No, Zoe, no es demasiado. - alza sus cejas. - nada es demasiado para quien se propone las cosas.

- Sí lo es, doctor, siempre que quiero hacerlo, me viene el horrible recuerdo de todo lo que pasó, de mi mamá dándome la mala noticia de Zoi y no miedo... - le digo en voz temblorosa.

- Pero no debes recordar a tu hermana de esa manera. Por ejemplo, si yo muriera, no me gustaría que me recordaran el día de mi muerte o que me recordaran en los peores momentos, sino en los momentos felices, donde hay alegría, risas, música, Zoe.

Miro por completo la sala. Recuerdo cuando entré aquí; no decía una sola palabra y tampoco podía mirar a los ojos a nadie, con mi cabello desordenado.

- Dime algo, Zoe, ¿tú utilizas tus audífonos? - me pregunta el Dr. Sánchez.

- Sí.

- ¿Para qué los utilizas?

- Emm, para escuchar música. - le respondo.

- ¿Y qué sientes al escuchar música, Zoe?

- Tranquilidad. - le respondo.

- Ahí está tu respuesta, Zoe.

- No entiendo, - digo extrañada.

- Escuchas música y sientes tranquilidad al escucharla. Si la escuchas, también la puedes tocar.

- No es lo mismo, doctor.

- Lo es si transmite tranquilidad para ti.

No me puedo contener y dejo salir una lágrima.

- yo...

- Sshh. Llora, Zoe. Deja salir tu dolor, no lo contengas dentro de ti, es bueno desahogarse.

No lo aguanto y comienzo a llorar; aprieto mis manos y mis labios. Las lágrimas cubren mi rostro por completo, callado en mi regazo.

- Sí, he podido hacer muchas cosas que nunca pensé en volver a hacer -le digo en voz temblorosa mientras mis lágrimas siguen saliendo aún más.

- Tus lágrimas son de felicidad, Zoe, porque sabes que lo has logrado, porque sabes que sí puedes.

- Sí, doctor, son... de felicidad.

- Lo sé, lo sé. Deja salir tus lágrimas; te sentirás mejor luego de dejarlas salir. Siempre es bueno dejar salir el dolor que llevas dentro.

El doctor me da un pañuelo y lo tomo de inmediato, seguí mis lágrimas. Tomo un poco de aire y levanto mi rostro.

- Bravo, Zoe. Me siento orgulloso de ti. ¿Te sientas aliviada después de dejar salir las lágrima? - solo asiento.

Ahora que le sonrías al mundo, te mires al espejo y veas a la chica tan fuerte que eres, que puede conquistar al mundo si así lo desea, que puede lograrlo todo con o sin ayuda de nadie. Solo tú puedes realizar tus logros si te lo propones, y has logrado mucho, Zoe.

- Ahora quiero que te repitas a ti misma en todo momento que sí puedes, y quiero que te sientas orgullosa de ti misma. ¿Vale?

- Vale. - Le doy una sonrisa.








El Silencio De ZoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora