Protegerlos

8

Sanemi caminaba con la cabeza agachada, tenía muchos sentimientos encontrados y no tenía una manera clara de que hacer.

¿Que debía hacer?.

Soltó un suspiro y recordó como Genya había logrado hacer una respiración, una que jamás había oído Pero seguramente él la creo...

Antes ni siquiera podía usar una respiración pero ahora era capaz de usar una y la había creado, estaba muy orgulloso de Genya a decir verdad.

Sus pies se detuvieron al ver una cabellera conocida para él, lentamente se acercó para poder tomar por sorpresa a su hermano.

Genya: detente Sanemi... Sé que estás detrás de mí -dijo con frialdad.

Sanemi contuvo la respiración al oír la forma tan fría con la que su hermano le había hablado.

Irónico...

Genya: deberías ir a dormir... -dijo frío.

Sanemi: no lo haré, hasta que hablé contigo -dijo con seriedad.

Genya: no tenemos nada de que hablar.

Sanemi frunció el seño y se acercó a su hermano para verlo a la cara, Genya ni siquiera lo había comprado a ver.

Cuando se encontró con el rostro de su hermano menor se quedó helado.

Sanemi:¿Que te paso...?.

Genya: no es de tu interés...

Sanemi:¡Claro que es de mi interés!.

Genya:¿Por qué debería ser de tu interés? Shinazugawa-san... Nosotros no somos hermanos -dijo con frialdad.

El corazón se Sanemi se detuvo al oír lo que su hermano le había dicho...

Era lo mismo que él le había dicho a Genya en el pasado...

Agachó su cabeza y las palabras del demonio habían vuelto a su cabeza, cuando levantó su cabeza se encontró con la soledad.

Sanemi: Genya...