Dulce Superación / Taekook

12

Se encontraba medio despierto arrodillado en el frio suelo atado de tobillos y manos. En esa bodega maloliente y tan tétrica, cuando hace intentos de abrir los ojos siseo del dolor de cabeza, levanto la vista notando el lugar dándose cuenta de donde estaba. Para su mala suerte el causante de todas sus desgracias aparece entrando por la puerta junto a una botella de metal. El mayor lo mira y le devuelve la mirada llena de odio, este le sonríe falso. Se acerca al menor y niega con la cabeza riendo.

- ¿Qué vas a hacerme? – le dijo con odio. El solo lo miro sin decir nada.

- Jungkook, dime ¿Tus padres a qué se dedican? – pregunto mirándolo fijamente. El nombrado se quedo quieto procesando lo que le pregunto. Sabia que si le respondía con la verdad este se tendría que cuidar mas al saber que es hijo de Jeon Jaehyun, líder de la mafia mas grande de Corea del sur.

- Son abogados...- dijo sin más. El otro lo miro fijo sin ninguna expresión.

- Mmm bueno. – dijo confiado, tanto que Jungkook suspiro aliviado. Hasta que lo escucho reír como un maldito desquiciado, se reía sin parar. - Ay Jungkookie. Sabes, eres buen mentiroso, pero sabes lo mejor de todo – dijo con la cara mas seria y voz ronca. El mencionado no se movió ni un poco. – Que yo se quienes son tus padres o mejor dicho se quien es tu padre, por casualidades de la vida e trabajado para el varias veces – dijo riendo con sorna y dejando al chico perplejo. – Digamos que me mando a matar a unas personas por deslealtad. – el menor boqueo, pero se calmó un poco.

- Entonces cuando mi padre se entere te mandara a matar por tu deslealtad – lo miro a los ojos.

- No, porque yo no soy parte del bando de tu padre a mi nadie me maneja, yo soy mi propio jefe amor. Si tu padre me pidió esos favores fue porque sabe realmente la clase de persona que soy y como es mi trabajo, pero no te confundas yo no trabajo para nadie. – dijo levantándose y abriendo la botella de metal de la cual salió vapor desde arriba, lo mire nervioso y solo me miro con decepción.

- Pensé que a estas alturas dejarías de mentir – dijo para tirarle el agua hervida en el cuerpo del menor y escuchar sus gritos, la piel se puso roja y en algunas partes ya tenia ampollas. – No aprendes mas Jungkook.

- Q-Quizás eso lo cambie, pero el odio que t-te tengo no va a cambiar – respondió levantando la mirada y ver a Tae.

- Amor, espero te mantengas calentito un buen rato porque aquí te quedaras – dijo besando sus labios y caminar hacia la puerta abriendo esta para salir y dejarlo tirado en el frio suelo y maloliente lugar.

- Mierda, maldito hijo de puta, los voy a matar a todos. – susurro para el mismo.

. . .

No sabia cuantas horas o si ya habían pasado días desde que estaba ahí dentro atado, con las quemaduras que picaban, y su estómago que rugía del hambre, su cuerpo helado por el frio piso, sos extremidades acalambradas por el no movimiento. Su aspecto desnutrido y su rostro decaído junto a las ojeras debajo de sus ojos. No podía no formular ninguna palabra, tenia la voz tomada, desgastada por falta de agua, deshidratación, lo que nadie debería de estar sufriendo, ni mucho menos estos tratos, pero lo que aprendió Jungkook es que no todo es perfecto y que el mundo es mas mierda de lo que el pensaba.

Nunca se iba a imaginar que de un día para otro su vida daría un giro y terminaría de esta de probable manera. Él vivía una vida de lujo desde pequeño, nació en cunita de oro, obvio su linda inocencia duro hasta sus 5 años cuando su padre lo empezó a incluir en sus trabajos sucios, en su vida de narco, mostrándole y enseñándole el manejo de plata, de drogas, de prostitutas. A sus 7 años fue obligado a ir junto a su padre y gente a una reunión, cuya reunión se trataba de desmembrar a un hombre por robo de pertenencias de su padre, por traicionar y llevarse cosas pertenecientes de Jeon y cruzar de bando con la mafia del Norte. Ese día al ser solo un niño y no resistir de ver como le cortaban los brazos al hombre como pecado de usar esos mismos para tocar lo que no era suyo. Su padre al ver que su primogénito no se comportaba como un hombre le enseño por primera vez a disparar, lo obligo a terminar con la vida de ese hombre de un disparo en el corazón, ese día lo felicito y le hizo una fiesta de la cual presento y celebro que su hijo iba a tener mas huevos que todos.

Jungkook nunca se negó a lo que su padre le hacia hacer, pero eso no quita que le gustaba hacer lo que su padre hacía. Le obedecía por respeto y agradecimiento de que nunca le falto nada gracias él. Nunca tuvo un cariño de parte suya y de sus padres, pero tampoco los necesito. Se conformaba con unas palabras de alago y compartir dichas cosas de trabajo. El siempre escucho a su padre, entreno con su padre, ya que Jeon es cinturón negro en Taekwondo y le enseñaba a Jungkook, también le enseño todo sobre armas como manejarlas, armarlas y desarmarlas. Jungkook siempre fue bueno en matemáticas, por lo que ayudaba a su padre en cuentas. Esa era su relación con su padre, hasta su 17 años cuando Jungkook ya le empezó a importar poco la vida, cada vez se acercaba mas a la muerte e incluso pareciera que jugara con ella. Se metía en muchos quilombos de pandillas, banda, comenzó a consumir, poco, pero consumía. Corría carreras por diversión, siempre junto a sus amigos. Salía siempre de fiesta, tomaba y follaba. Se desvió mucho y su padre tenía que estar salvándolo unas cuantas veces al principio después ya le empezó a importar menos. Como una vez cuando Jungkook estuvo en un tiroteo entre bandas que lo confundieron por una cama que le habían hecho y casi termina muerto, ese día no lo ayudo su padre.

Era un chico libre, bastante rebelde, pero era sensible y tenia sentimientos. Muchas veces ayudaba a quien necesitara ayuda, y cuando el necesitaba ayuda ocurría a Eunwoo, pero casi siempre salía el solo de sus problemas, era una persona fuerte y bastante ambicioso y eso lo llevaba a peleas y contras con otras personas que no lo soportaban por egocéntrico y soberbio.

Al ser así lo trajo a conocer que no todo era tan mierda, descubrió que en el mundo había mas mierda de la que él no conocía.

Conocer a Vante, o mejor dicho a Kim Taehyung fue lo peor que se cruzó, un enfermo que lo empezó a consumir, tanto que cuando pensó que era una mierda de persona no pensaba que tanto.

El recuerda que su padre una vez le dijo, cuidado hijo con las personas que te rodean, porque todos somos una caja de sorpresas.

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Jungkook

Dos días abran pasado cuando se abrió esa maldita puerta y entro alguien, ya quisiera que fuera alguien que me sacara de acá, pero era el hijo de puta que me tenía bajo su merced.

Se agacho para quedar frente mío y mirarme sin ninguna expresión en el rostro.

- Que mal te ves amor, me das asco así – dijo el muy hipócrita con una sonrisa ladina.

No respondí, solo lo mire y me guarde todas las cosas que me hubiera gustado decirle. Me desato los brazos y piernas y me cargo, el dolor obvio que lo sentía, pero no tenia ni fuerzas para quejarme solo cerré los ojos y me dejé hacer. Subió las escaleras y el ascensor, yo miraba de reojo todo, ya que me dolía la vista no podía mirar. Cuando llegamos a la habitación me llevo directo a la bañera y me recostó en ella. Apenas lo miraba, este abrió el agua la cual empezó a recorrer mi cuerpo, me sentí aliviado cuando el agua estaba calentita. Me dejé tocar mientras el me bañaba, decidí dejarme hacer y mantenerme callado todo ese tiempo que me baño hasta cuando me seco el pelo y me vistió. Me dejo acostado en la cama y se fue cerrando la puerta, mire por la ventana el viento y lo oscuro que estaba afuera, me gire mirando el reloj en la mesita de noche y marcaban las 23:20. Luego de un rato se volvió a abrir la puerta dejando ver a Taehyung con un plato de comida, parecía ser carne y fideos.

- Come necesitas recuperarte un poco – dijo prendiendo un cigarrillo.

Me senté con cuidado comencé a comer con apuro, tenia demasiada hambre, tanto que me llené la boca, la botella de agua me la vacié de dos sorbos, comer y beber fue lo mejor del momento.

- ¿Esta rico? – pregunto sacando humo de la boca y nariz. Asentí con la cabeza y boca llena. – Me lo imagine, porque cocino rico. – dijo y no respondí.

Cuando termine deje la bandeja con el plato vacío junto a los cubiertos y palillos. Me recosté contra el respaldo de la cama y suspiré pesado. Lo mire y este dejo la colilla del cigarrillo en el cenicero. Se acerco y se acostó al lado mío. Me mantuve alerta hasta que el cansancio me hizo efecto.

- ¿Le pusiste algo a la comida? – le dije tratando de no dormirme.

- No. Solo es cansancio duerme. – respondió y como arte de magia me dormí.

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Gracias por leer, mas adelante se va poner bueno.