Dulce Superación / Taekook

16

Los nervios a flor de piel, mi corazón latiendo a mil por segundo, sentía que se me iba a salir del pecho y la adrenalina en cada parte de mi cuerpo, recorriendo por mis venas, mis ojos bien despiertos, mirando al frente.

Estaba agitado, traspirando frio, gotas de esta se deslizaban por mi frente, mis manos sujetando con fuerza el volante, los nudillos blancos por la presión, sabiendo que mi vida dependía de eso, mis pies presionando el acelerador. ¿Era libre?, no lo sabía, pero así lo deseaba, lo único que sabía es que tenía que huir lejos de él. Muy lejos de él.

Maneje por las calle vacías de aquella autopista, sin saber dónde dirigirme, estaba perdido por la calles de Busan, luego de manejar por la fría y vacía autopista, me gire por una calle, alejándome de la ruta, no sabía donde estaba ni a donde me dirigía, solo seguía lo que mi instinto me decía, estaba nervioso y alejarme era la opción. Por que seguir un camino directo sería una mala decisión. 

Otra idea surgió en mi mente, tenía que abandonar el auto de Taehyung, porque era de él, por alguna razón tenia un mal presentimiento si seguía conduciendo el auto, quizá tiene algún rastreador, no lo sabía, pero tampoco lo negaría de las mil probabilidades, no lo juzgaría, es inteligente, y en este momento yo tenia que actuar con inteligencia y astucia. Maneje por unas calles oscuras, hasta ver que de los callejones había luces y demasiado movimiento. Deje el auto en un callejón, detrás de algunos basurales, busque en la guantera si había algo que me ayudara en defensa, no encontré, hasta que me acorde del bolso de Taehyung en el maletero, cerré la puerta rápido y fui a abrir el maletero, encontrando lo que buscaba.

Saque del bolso una navaja, junto a un punzón. Eso me serviría. Agradecí llevar conmigo un buzo con capucha, me la puse tapando casi mi cara, y con las manos en los bolsillos caminé, adentrándome entre la personas de aquella calle con negocios y puestos. Miraba, me escabullía y chocaba con las personas, veía de un lado a otro como las personas iban solos, con su pareja, en familia o con sus mascotas, la comida me embriagaba con su delicioso aroma, las charlas, la iluminación, todo eso me mareaba, causándome nauseas. Me dieron dos punzadas en el lado derecho de la cabeza, me lleve mis manos a esa zona y me queje, eran fuertes y se repetían constantemente, entre los quejidos de dolor y el mareo...

- Oye chico, ¿estás bien? – me asuste al sentir un toque en mi hombro. Levante la vista asustado y vi a una mujer adulta, está me miraba preocupada, asentí rápido y me alejé.

Me aleje chocando con las personas, recibiendo maldiciones, disculpas y atención junto a miradas de desaprobación, y los entiendo con esas pintas que tenía cualquiera y pensaría lo peor.

Necesitaba un teléfono, o celular y no tenía. Y otra idea se me cruzo por la cabeza, era mala, pero tenia que conseguir un celular para poder comunicarme con alguien que me ayudara, estaba prácticamente perdido en Busan sin saber donde ir. Me escabulle entre las personas tratando de pasar por desapercibido y robar un celular.

Y así lo hice, choque con una mujer junto a un hombre, haciéndole tirar sus bolsas de verduras.

- Oh lo siento, déjeme ayudarle – le dije agachándome a ayudarla a recoger los vegetales, entre eso miro sus bolsillos. La ayudo y me vuelvo a disculpar haciéndole una reverencia.

- Gracias joven – agradeció. Sali de allí caminando a pasos apurados y buscando un callejón, hasta que escucho gritos. – Ese chico de allí, ¡alguien por favor, agárrenlo! –

- Mierda – maldije y corrí hasta ver el callejón.

Me adentre y saqué rápido el celular, lo prendí y como si no tuviera la peor suerte, este estaba apagado. Maldije otra vez con los nervios y mis manos temblando, junto a lagrimas de impotencia. Presione para encenderlo, pero fue tarde.