¿Y si tu artista favorito se cruzara frente a tí un día totalmente al azar? A nadie le pasó eso, a Edgar sí; y no sabe ni cómo ni cuando sucedió tal cosa, que cambiaría su adolescencia para siempre. Solo sabe que sus emociones van más allá del arte...
Antes de empezar el capítulo pido disculpas porque el anterior capitulo fué demasiado corto, por temas personales no estuve mucho tiempo en Wattpad o con el móvil en sí U^U Sin más preambulos, comencemos :D
----
(D)-"Tienes un cuerpo tan cálido cuando duermes."
Fue una de las cosas más dulces que le había dicho Draco a Edgar, pero era una lastima que estuviera medio dormido para captarlas con total claridad.
Draco no lo sabía, pero Edgar podía ser muy sonámbulo algunas veces, desarrolló esa característica gracias a que cuando era pequeño el ambiente de su casa no era el mejor y una parte de su cerebro se seguía activa por cualquier peligro.
(E)-"P-protégeme por favor, me sueltes nunca." Volvía a murmurar estando extremadamente somnoliento, se aferró más al cuello y cuerpo de Draco como si fuese la única persona que tenía allí en su vida.
(D)-"No, chiquito. No te voy a soltar ahora ni nunca."
"¿Cómo cambio la cobija ahora? No lo puedo dejar en ningun lado porque quiere estar junto conmigo."
Draco pensó, y lo más factible era intentar tener a Edgar en sus brazos mientras con la otra mano hacia el cambio de cobija.
Y efectivamente, eso intentó. Con la mano y el brazo izquierda tenía al cuerpecito liviano del adolescente el cual estaba acurrucado en su hombro y sus brazos entrelazados con su cuello, y con la extremidad derecha quitaba la cobija manchada de la cama para llevarla al baño y lavarla en su lavarropas.
Al fin pudo quitar la tela exitosamente sin que Edgar despertase e hizo lo planeado, colocarla en el lavarropas.
El sonido del lavarropas no era tanto, simplemente también era dependiente de qué tanta potencia se le ordenaba a la máquina hacer su trabajo.
De mientras que volvía a la habitación con Edgar en sus brazos, se ubicó cerca de una pared para recargar un poco de fuerzas. Él era fuerte, pero como se había masturbado, esa fuerza se debilitaba más rápido.
De pronto, la voz soñolienta de Edgar se volvió a escuchar.
(E)-"...¿Cómo haces para que tu cuerpo esté tan tibio?"
Preguntó, sin abrir los ojos o mirarlo, con su cara en la misma posición. Se sentía muy cómodo en los brazos del rockero.
(D)-"Es porque tienes la cobija encima, Edgar."
(E)-"P-pero... tu cuerpo se siente... caliente."
...
(D)-"Es por el contacto de nosotros dos."
Edgar tiró la cobija al suelo, por alguna extraña razón. Draco no sabía por qué lo hizo, además de que el menor cambió su posición ligeramente, abrió los ojos un poquito y que sus caras de quedarán mirando.
Lo primero que se le vino a la mente a Draco era que le iba a confesar que había escuchado todo y que era su fin, pero no fué hasta que habló que supo lo que quería.
(E)-"Draco..."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
