Capítulo 12

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Me encontraba ingresando en una habitación privada de la prisión junto a mi padre para hablar con Wonyoung. Me senté y me sentí nerviosa porque luego de mucho tiempo tendría la oportunidad de tenerla cerca. 

Se escuchó el sonido de la desactivación del seguro de la puerta. Me puse de pie. Mi padre tomó mi mano para detenerme de cualquier intento de correr hacia ella. Allí fue cuando vi aparecer bajo el marco de la puerta la silueta de Wonyoung. Se notaba sorprendida de verme; sus ojos no podían creer lo que tenía enfrente. 

La vi congelarse insegura de avanzar porque mi padre estaba allí sosteniéndome. Lo miré a los ojos rogando que me dejara avanzar. Él me soltó permitiéndome correr hacia los brazos de Wonyoung. Nos abrazamos tan fuerte como pudimos. No iba a darle un beso ahora para no incomodar a mi padre más de lo que ya se veía. 

Wonyoung caminó conmigo hasta la mesa y se sentó en la silla frente a mi padre. Yo me senté junto a él. 

—Sé lo de tu relación con mi hija —fue al grano. 

—¿Y qué es lo que usted opina?

—Quiero preguntar muchas cosas. Aunque por ahora sólo quiero saber una. Dime, ¿tú eres la persona que secuestro a Yujin? 

Miré con temor a la chica frente a mí. 

Wonyoung sonrió por la inesperada pregunta—. Será difícil creer en mi ahora que el hombre con el que trabajé no está para defenderse o acusarme. Y no tendría por qué mentirle, señor. No cuando se trata de Yujin. 

—Adelante entonces. Soy todo oídos. 

—Conocí a Nicky por unos antiguos colegas. Nicky necesitaba un secuaz para cumplir una ambiciosa misión, pero nadie estaba dispuesto a apoyarlo porque era una locura e imposible de hacer. Él sabía de la existencia de una hija secreta de un reconocido empresario, más nunca supimos si de verdad la había encontrado. El bastardo tenía buenos contactos. Para cuando me reencontré con él semanas después, me contó que acababa de atrapar a su víctima el día anterior. Supe que la drogó. Me solicitó ayuda al ser yo una criminal con más experiencia que él para pedir la recompensa. Me mostró el expediente de la chica y vi que era pues... —me señaló—, Yujin. Me uní, pero nunca hice nada que afectara la integridad de su hija. 

—¿Cómo sé que me dices la verdad? 

—No podría lastimarla nunca, señor —la mirada de Wonyoung demostraba vulnerabilidad genuina. 

—Okay... —mi padre se quedó sin palabras, así que momentáneamente tuve la oportunidad de preguntarle a Wonyoung sobre su salud. No pasó mucho para que mi padre nos interrumpiera—. Señorita Jang. ¿Qué tanto crees que amas a mi hija?

—Señor... Volvería a arriesgar mi vida por ella. Debo revelarle que nunca he amado a nadie en toda mi vida hasta que la conocí. Incluso podría dejar mi vida delictiva por ella. 

—¿Estarías dispuesta a firmar un acuerdo que lo estipule? 

—¡Papá! —regañé.

—¿Qué? La verdad no soportaría ver roto el corazón de mi hija —sonrió, pero también se notaba la seriedad en su rostro queriéndose poner en la postura de un padre super protector—. De allí que quiero proponerte algo, señorita Jang. 

—¿Qué puede ser esa propuesta?

—Te ofrezco absolución. Completa absolución y exculpación, si prometes amar a mi hija hasta el final de tus días —pide con un toque de severidad. 

Wonyoung quedó perpleja, pero luego se echó a reír. 

—¿Qué están gracioso? —pregunta mi padre. 

Atrapada [Annyeongz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora