-TRES-

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-discusión-

¿Qué pasaba el día después? Después de haber logrado lo que creías imposible. Ellos viajaron hacia Argentina de forma inmediata para festejar con toda su gente. Eran claros ejemplos de lo que era la constancia y gracias a eso, llevaban una sensación hermosa dentro del pecho.

Julián y Enzo, compartían una conexión increíble desde hace años, pero al verlos jugar juntos el mundo fue fiel testigo de esto.

Planearon que al llegar a Argentina los jugadores de la selección darian un gran recorrido por capital en un micro preparado especialmente para ellos, en el que irían en la parte superior, así podían observarlo todo. Querían una fiesta y eso fue lo que recibieron.

La gente adorno la ciudad de celeste y blanco, miles y miles de corazones unidos por el mismo sentimiento de grandeza, siendo parte de un festejo que no tenia barreras.

Devolvieron eso que tanto hacia falta, la fe.

Enzo y Julián compartían a mas no poder la felicidad. Festejaba y reían, estaban completos.

El alcohol fue gran participe de esa tarde. También se le debía a las calurosas temperaturas que afrontaba la cuidad. Ellos estaban a plena luz del sol, y la euforia solo hacia que se sientan sin noción del tiempo.

Julián, había tomado bastante, por lo que el hambre también comenzaba atacar. Enzo, solo se reía de verlo siendo tan libre, no podía fingir ante lo encantado que estaba de verlo sonreír con esos ojos brillosos y la camisa abierta que dejaba a la vista de todos ese trabajado abdomen.

-¿Como esta el mejor jugador joven?- Aparecía Julián para abrazarlo, escondiendo su cara en el espacio entre su cuello, causándole escalofríos.

Enzo, sabia que Julián, se refería a que lo eligieron mejor jugador joven del mundial, ni el se lo creía, pero que feliz que estaba.

-Preocupado por vos.- Decía Enzo con tono burlón, pasando su brazo por los hombros contrarios.- No te emborraches, arañita.- Recibió la mirada molesta de Julián.

-Igual me vas cuidar, boludo.- Dijo mientras iba a robarle un sandwichito de jamón y queso a Mac Allister que no paraba de comer.

Enzo, sabia que Julián tenia razón, siempre era igual. El se ponía en pedo y Enzo lo cuidaba, no importaba lo que pase, nunca lo dejaba solo y eso decía mucho de el, ya que nunca le importaba nadie en situaciones así.

El no se consideraba un amigo celoso, pero como le molestaba la amistad que Julián tenia con Alexis. Nunca pudo llevarse bien con el colorado, había algo que no le permitía tener mas que una buena relación laboral con el. Le incomodaba lo cercano que era con Julián, como en estos momentos, veía una manito por acá, otra por allá.

Sali un rato de encima de Julián, pensaba.

Sus pensamientos pasaron a ser acciones, cuando ya se encontraba acercándose a Julián.

-Che, Juli.- Dijo ya estando a su lado, agarrándolo sutilmente del hombro, dándole la espalda al colorado.- Veni, ¿Nos sacamos una foto?-

Julián, solo respondió asintiendo con una sonrisa, vio que De Paul tenia la replica de la copa y se la saco poder sacar la foto.

Así pasaron las horas, el resto de la tarde no se separaron. Enzo, solo se reía de las ocurrencias de Julián, como de repente termino con un micrófono cantando una canción de la selección, siendo coreado por todos. Sabia que mañana cuando el castaño viera todo lo que hizo, se iba morir de vergüenza, por eso solo lo dejaba disfrutar.

𝙴𝙽𝙴𝙼𝙸𝙴𝚂 - ᴇɴᴢᴜʟɪᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora