grumpy and really freaking cute

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Una de las reglas más usadas en las empresas y grandes industrias, siempre será evitar a toda costa las relaciones interpersonales entre empleados.

Charles siempre estuvo de acuerdo con esto, mezclar amor y trabajo sonaba como la receta perfecta para el desastre, sin embargo, puede que haya tenido que tragarse sus propias palabras cuando luego de un par de semanas trabajando en una nueva compañía en Francia, tiene la oportunidad de conocer a su jefe y la baba casi rueda por su mentón.

"Es...lindo, digo, se ve como un total perdedor con esa carita bonita toda seria, pero nada que no se pueda arreglar." Sueña despierto apoyado en el escritorio de su compañero que solo le mira de reojo y sigue tecleando concentrado.

"Estás loco, dudo que te metas en sus sábanas llamándole perdedor, además, si existe la regla de no meterse con compañeros es precisamente porque él la puso ahí." El francés continúa sin mirar a Charles, pero hace evidente que le presta atención.

"Exacto, nada de involucrarse con compañeros y él es mi jefe, no mi compañero."

Charles deja su ensoñación cuando Pierre finalmente le mira y suspira en señal de rendirse, "Como sea, solo no te involucres demasiado, Max tiene fama de patán y yo realmente no quiero verte con el corazón roto, Charlie, eres muy bonito para llorar por un perdedor."

"Lo dices como si pudiera meterme con alguien como él." Charles se ríe intentando restarle seriedad a la situación.

Pierre sonríe de lado y vuelve su mirada a la pantalla, "¿Te has visto en el espejo, Charles? Alguien como él moriría por estar con alguien como tú..."

"¿Charles Leclerc?" Antes de que el monegasco pueda responder a su amigo, la voz de un tercero llama a su nombre.

Al enderezarse y darse la vuelta se encuentra con un rostro moreno, lleno de lunares y una sonrisa brillante, claro que lo conoce, si se la pasa corriendo como perro tras Max, pues ese es su trabajo.

"¿Si?" Responde con la misma amabilidad que le transmite el joven.

"Un placer, Lando Norris, secretario del director Verstappen " Comparten un apretón un tanto incómodo, sin embargo las sonrisas no se borran de sus rostros. "Desearía poder conocernos mejor ahora, pero el director solicita su presencia inmediata en su oficina."

Charles mira de reojo a Pierre que le responde con una mueca de preocupación, sin más asiente y comienza a caminar tras el moreno de acento británico.

"Disculpa, Lando, ¿no sabes cuál es el motivo por el que me llama el señor Verstappen ?"

"No, pero no se veía muy feliz, así que te sugiero que te prepares para escuchar un buen discurso, tiende a actuar como un viejo en el cuerpo de un treintañero."

Lando no dice más hasta que llegan a la gran puerta de madera oscura, casi tan imponente como la persona adentro de la habitación.

A Charles le recorre una ola de nervios y debe respirar profundo un par de veces para no volverse loco, limpia sus manos sudadas en el pantalón de su traje y se despide de Lando con un asentimiento antes de finalmente dar tres golpesitos a la puerta.

"Pase" Se escucha desde adentro y el monegasco obedece, pronto quedando parado en medio de la oficina con sus ojos fijos en el hombre que, sentado tras su amplio escritorio, mantiene su mirada fija en el papeleo en sus manos. "¿Si?"

"Mh...Buenos días, Señor Verstappen . Mi nombre es Charles Leclerc, su secretario me dijo que me necesitaba." El monegasco hace lo posible por que su voz no falquee aunque lo hacen sus piernas cuando finalmente esos profundos ojos azules le miran y una muy pequeña sonrisa se marca en los labios rosas de su jefe.

You Can Be The Boss - LestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora