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Con un trabajo como el que tiene el bonito monegasco es normal que con el tiempo se ha vuelto cada vez más perfeccionista en cada ámbito de su vida, tal vez es por eso que no puede evitar asegurarse que todo esté en orden hasta que escucha suaves golpes en su puerta. Se quita el delantal con prisa y corre a abrir, sus ojos se encojen y su sonrisa crece cuando en su vista aparece el hombre que tanto ocupa su mente y en sus brazos un adorable pequeño que ya viste su pijama de oso, las hebras doradas y rizadas sobresaliendo bajo su gorrito con orejas.
"¡Charlie!" Para su sorpresa no es solo el niño quien grita sino también su padre que le admira con una bonita sonrisa.
Charles ríe bajito, recibe sin queja al pequeño que se lanza de inmediato a sus brazos y lo saluda repartiendo besos en sus abultadas mejillas.
"¡Dani! Mi niño bonito, me alegra tanto verte, preparé muchos dulces y palomitas para ti."
El niño abre sus ojos entusiasmado, y se acerca a susurrarle algo al oído que tiene a Charles riendo mientras camina adentro. "Shhh...Mi papi no me deja comer dulces después de las seis."
"¿Y yo estoy pintado? "Hola, Max" "¿Cómo estás, Max?""Que alegría verte" Nada." El rubio se adentra en el apartamento mientras reniega, el monegasco mira serio el drama en el que se envuelve su jefe.
Sin decir nada, Charles se acerca y picotea los labios de Max que le reciben con una sonrisa y unas manos en su cintura se niegan de inmediato a dejarlo ir.
Cuando se separan a pesar de que solo fueron cortos besitos inocentes, Dani los mira con sus manos cubriendo sus labios y sus ojos abiertos tanto como le es posible.
"Papi, besaste a Charlie! Se supone que no debes besar a tus amiguitos." Pronuncia alarmado haciendo reír a ambos adultos mientras las mejillas de Charles se tornan extremadamente rojas.
"Charlie me besó a mí, y está bien porque ya no somos amigos, somos novios."
Y ambos esperaban cualquier reacción del niño, tal vez confundido, triste o alegre, tal vez ni siquiera le importaría, solo no esperaban que esos ojos color celeste comenzaran a brillar y saladas lágrimas a lavar esas mejillas que se sonrojan en los mismos lugares que las de su padre.
"No,no,no...Osito, ¿por qué lloras?¿no te gusta que sea novio de Max?" La inseguridad se apodera de Charles, ya comienza a encariñarse con el pequeño como para que este no desee que sea parte de su vida.
El niño apenas puede formar palabra entre sollozos y es entonces que el monegasco los guía hasta la cocina, y deja al niño sobre el mesón, ambos adultos haciendo todo lo posible por consolarlo.
Max permanece serio, no quiere empeorar la situación al demostrar que los nervios le consumen, Dani nunca se había comportado así antes, siempre fue un niño bastante callado y feliz, solo llora cuando está enfermo o extraña demasiado a alguien.
Cuando el pequeño finalmente encuentra consuelo de nuevo, jugando con sus manitas, y mirando a su alrededor para evitar las miradas sobre él, entonces habla y conforme una palabra nueva aparece, los corazones de quiénes lo escuchan se rompen un poco más.
"Es que estoy muy feliz, todos los niños me preguntan por mi mamá en la escuela pero yo no tengo y Ollie tiene dos papis que son novios y lo aman mucho..." Dani observa a Charles con estrellitas en sus ojos, no notando que su propio padre ya llora en silencio. "Ahora Charlie puede ser mi otro papi y yo seré tan feliz, y papá ya no estará solito, y podemos jugar, y hacer las tareas juntos, puedes ir conmigo a la escuela y le contaré a todos que ahora tengo dos papis y soy un niño afotunado."
Y Dani tiene un alma tan pura y bonita que espera confundido una respuesta de parte de los adultos, porque ahora es él quien no entiende por qué sus papis lloran, pero Charles lo atrae a su pecho y asiente frenéticamente, y el niño sabe que todo está bien, que no ha hecho nada malo y puede mantener la sonrisa cosquillosa en su carita.
Max los abraza a ambos, necesita de una sola mirada de confirmación de parte de Charles para repartir un sin fin de besos sobre su rostro, repitiendo la palabra "gracias" una y otra vez. Porque Max se siente tan pero tan feliz de ser quien es, de que Dani ahora tiene una familia completa y de que esa pieza faltante sea Charles porque se rehúsa a dejar ir a la persona que ha traído luz a su vida por primera vez en mucho tiempo y si lo que siente no es amor, entonces la definición de esa palabra es erronea, porque cada vez que ese hombre lo mira, toca o besa, siente que alcanza el cielo con la yema de sus dedos.
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Cuando finalmente los tres están en paz, mentes despejadas y sonrisas eternas, se recuestan en el sofá y jalan mantas sobre sus cuerpos, disfrutan de películas animadas hasta que es tal vez demasiado tarde pero está bien, mañana es sábado no tendrán que levantarse temprano y si por ellos fuera, la noche no terminaría nunca.
"No lo entenderías, es un buen soundtrack." Max frunce su ceño, más no está ni un poco molesto, solo quiere escuchar la risa de Charles un poco más.
Y es que el secretario se burla de él a más no poder, pues Max ha cantado al hilo de la letra cada canción de las películas que han visto, la de rapunzel con incluso más sentimiento que las anteriores.
"Lo es, mi amor, pero en serio pensé que llorarías mientras la cantabas, es adorable, eres todo un papá." Charles no ganará otra reacción que no sea los ojos azules que le conquistaron tan brillantes como un cielo estrellado tras escuchar ese apodo salir de sus labios.
"Dios, te quiero comer a besos." Max murmura.
Ambos terminan observando al bultito entre ellos, el pequeño oso ha caído dormido hace un par de minutos a pesar de las exageradas cantidades de dulce ingeridas, aunque no lo hizo sin primero susurrar un "buenas noches, papis." que causó un estallido de emociones en ambos hombres.
"Lo llevaré a la cama." Charles interrumpe el silencio, tomando al pequeño en sus brazos antes de levantarse.
"¿Aún no estás cansado?"
"Aún me debes demasiados besos y no te escaparas pronto." El monegasco desaparece por el pasillo, Max patalea como un adolescente tras recibir su primera confesión.
Y en la madrugada, ambos se acurrucan en el angosto sofá, compartiendo adormilados besos bajo la manta, toques suaves que se sienten como si estuvieran en el rincón más alejado de la tierra, solos, enamorados, locos por el otro, sedientos de un poco más, en busca de un "te amo" mutuo que sale espontaneo cuando el sueño los cubre y finalmente cierran sus ojos que pronto se encontraran de nuevo, esta vez, bajo la luz y el calor del sol.
Fin.
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aaaaaaaah
Realmente pensé que este fic nunca llegaría a su fin pero aquí estamos y aunque no estoy muy feliz con el resultado, me conformo con que a ustedes les guste que es lo importante.
Siempre agradecida por todo el apoyo que le dan a mis escritos, por sus votos y comentarios, los amo demasiado.
Nos leemos en el epílogo, bellezas <3
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You Can Be The Boss - Lestappen
Fiksi PenggemarMax se da cuenta de que romper su propia regla por la cara bonita de Charles Leclerc, vale completamente la pena.