Max's secret

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...



La mañana recibe a Max con sufrimiento, su cabeza y cintura duelen y apenas puede mover su cuerpo, empieza a pensar que está envejeciendo demasiado rápido.

Nota de inmediato que está solo en la cama, sin embargo la puerta del baño abriéndose llama su atención. Le fue imposible decirle a Charles que se fuera en la noche, no con esos bonitos ojos verdes que le miraban perdidos y agradecidos por el placer que había recibido.

"Buenos días, Max." Saluda el monegasco sonriente, viste su bata de baño y el mayor recuerda que Charles no tiene mucha más ropa a su disposición.

"Buenos días, ¿Cómo es que te ves tan bien? Apenas son las siete."

No miente, Charles luce como un ángel, con su cabello húmedo y su piel perfectamente bronceada, no hay rastro de ojeras o cansancio en su rostro, es como una fuente de cafeína andante.

La risita nerviosa y las mejillas sonrojadas del menor entretienen a Max, que se estira un poco en la cama intentando exiliar la pereza de su cuerpo.

 "Iré a correr un rato, ¿quieres venir?" El monegasco cambia el tema rápidamente mientras busca por la habitación las sandalias que tenía puestas la noche anterior.

"No, ni un poco. Pero te veo en el desayuno, aunque realmente esperaba que mi desayuno fueras tú." El rubio sonríe coqueto y se gana una mueca incrédula de parte de Charles que termina cediendo y acercándose para dejar un corto beso en su mejilla.

"No sea atrevido, Señor Verstappen. Usted mismo lo dijo, fuera de la cama no soy más que su empleado, así que espero que su comportamiento sea el de un jefe común y corriente mientras estamos con los demás."

Con sonrisa triunfante Charles deja la habitación, luciendo totalmente etéreo a pesar de vestir el atuendo más común del turista estando en su propio hogar.

Max piensa en volver a dormirse, también en ducharse y comenzar con el día, su teléfono suena antes de siquiera tomar una decisión, sin embargo cuando lo alcanza y se ilumina la pantalla, su sonrisa se ensancha y contesta la videollamada de inmediato.

"Se supone que deberías de estar en camino a la escuela, tu presentación comienza en una hora." Reprocha aunque su expresión no es de enojo.

"No seas aguafiestas, ya vamos a salir, solo quería saludarte antes." La voz de cierto moreno resuena en el fondo, Max rueda los ojos.

"¡Papi! ¿Te gusta mi disfraz? El tío Dani me ayudó a escogerlo." El niño llama su atención al otro lado de la línea, Max nota como Daniel toma el celular de las manos del niño para poder mostrarle su disfraz de spiderman de cuerpo completo.

"Está increíble, campeón, apuesto a que a todo el mundo le encantará. Apresúrate, llegarás tarde y sabes que a nadie le gustan los niños impuntuales, ¿ya empacaste todas tus cosas?"

El niño cubre su rostro con sus manitas y niega eufóricamente sacando una carcajada de su padre.

"No, pero ya voy, papi, no tardo." Antes de escapar a su habitación, el pequeño se acerca a la cámara y besa la pantalla derritiendo el corazón del rubio. "Adiós, papi, vuelve pronto, empiezo a extrañarte mucho."

Segundos después, cuando el sonido de los ligeros pasos del niño ya no se escuchan, el rostro de un moreno de cabello rizo aparece en la pantalla con su gran sonrisa característica.

"Gracias por cuidar de él, Dani, no sabría que hacer sin ti." Max sonríe melancólico a la pantalla.

"Tienes que dejar de agradecer, cuidarlo es también mi responsabilidad, te recuerdo que tengo la mitad de su custodia." 

Max bufa en broma y escucha la escandalosa carcajada dejar los labios de su amigo.

"Ahora, ¿Cómo van las cosas con el secretario bonito?" 

Daniel recibe una respuesta que habla por sí sola y es que Max ensancha su sonrisa de lado a lado e inmediatamente su rostro se torna rosa, termina alejando el celular un poco de su rostro avergonzado.

"No puede ser, ¿ya te confesaste? ¿se besaron?¿o más que eso?" Pregunta, casi grita el mayor, tan emocionado como un adolescente.

"Acaba de irse, y aclaro que no es nada serio, no te emociones." Max espera con un cansado suspiro por el sermón que se le vendría encima.

Ve como Daniel frunce el ceño y camina por la casa hasta llegar al patio, probablemente evitando que su hijo escuche una conversación que realmente no es de su incumbencia ni es apta para un pequeño de su edad.

"¿Otra vez, Max? Tienes que dejar de hacer esto. Entiendo que no estás listo, sigues lastimado pero han pasado años y no te permites sanar..."

"No hay nada que sanar, solo no quiero distracciones." Argumenta el menor ganándose un quejido frustrado de su amigo.

"Deja de ser un idiota y abre los ojos, Maxie, eres joven y el amor es demasiado hermoso como para huir de él cada vez que toca tu puerta. Es tiempo de volver a confiar, mereces ser tratado con cariño, lo necesitas y no llegarás a ello cortando todas tus posibles relaciones en sexo de una noche." 

Max se sienta en la cama, mudo, mientras observa fijamente a la ventana que le da una vista hermosa de la playa, desearía que todo fuera tan fácil como Daniel se lo dice.

"La última vez que confíe en alguien terminé cuidando de un recién nacido yo solo... Aún no para de doler, Daniel."

"No estabas solo, Max, pero eres demasiado orgulloso como para aceptarlo."

La llamada se corta abruptamente cuando la voz aniñado de su hijo se hace presente nuevamente llamando por su tío y Max termina allí, sentado solo, con lágrimas en sus ojos, sin embargo ira recorriendo su cuerpo, cuando piensa en un culpable, el único que encuentra es a sí mismo, que a partir de su orgullo ha herido a todos a su alrededor, y es no merecedor del cariño de absolutamente nadie.



...


plot twist.



You Can Be The Boss - LestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora