...
"¿Y?¿qué tal?" Charles escucha tan pronto abre la puerta del baño, ya listo para salir a trotar.
Mira con incredulidad al francés recostado en una de las camas, que a pesar de verse destruido y aún con alcohol dando vueltas en su sangre, tuvo la energía de despertarse solo para interrogarlo.
"¿De qué hablas?" Intenta hacerse el tonto mientras se acerca al espejo en la esquina de la habitación y arregla un poco su cabello con sus dedos.
"Pues desapareciste en medio de la noche, no llegaste a dormir y tienes una sonrisa de idiota extremadamente sospechosa. Asumo que tuviste una muy buena noche, probablemente con el rubio amargado porque Oscar se fue a su habitación poco antes que todos. Así que, ¿qué tal lo hace Max?" Pierre cuestiona moviendo sus cejas arriba y abajo con gracia, logrando que Charles suspire en su lugar.
"Es bueno...Muy bueno, atento, más cariñoso de lo que aparenta, y tiene un obvio problema con el compromiso." Termina borrando la sonrisa de su rostro, lo que enciende alarmas en el cerebro poco funcional del francés.
"Lo que no es un problema porque tú no estás enamorado...¿verdad?" El tono de voz cuidadoso de no lastimar sus sentimientos divierte a Charles.
"No lo estoy, aunque no me importaría estarlo, es complicado..."
El silencio en el que se sume la habitación incómoda al monegasco que guarda su teléfono y billetera en su bolsillo y se dirige a la puerta bajo la preocupada mirada de su amigo.
"Saldré a correr y creo que iré a desayunar con mis padres, no me esperes." Murmura antes de abandonar la habitación.
...
Como fue advertido, Charles no apareció durante la hora del desayuno, dejando a un Pierre solitario y dos pares de ojos curiosos que le buscan toda la mañana.
Pierre levanta la mirada cuando siente una presencia a su lado, con su cabeza adolorida y su cuerpo cansado, no está de humor para formar conversación con quien sea que se ha colado a su lado en la mesa. Sin embargo, su incomodidad desaparece un poco al notar una sorisa conocida.
"Buenos días, jefe." Murmura entre dientes y vuelve su atención a su desayuno.
"Buenos días, Pierre. ¿Sabes si Charles ya se levantó?" Es lamentable, humillante incluso presenciar los bonitos ojos marrones preocupados por el monegasco, sin importar como las cosas salieron entre ambos.
El francés traga antes de pronunciar palabra, intentando ser lo más piadoso posible con Oscar. "Sí, fue a desayunar con sus padres, no me dijo a qué horas volvería."
Oscar asiente despacio y le agradece con un gesto, parece encerrarse en su mente por un par de minutos, pues el silencio se forma entre ellos y para Pierre, es un poco incomodo. Como si el universo lo odiara, pasado un rato, otra voz se hace presente y el francés nota de inmediato la tensión en el cuerpo de su joven jefe sentado a su lado.
"Buenos días, jefe." Pronuncia por segunda vez en el día.
"Buenos días, ¿sabes en dónde está Charles?" Cuestiona el rubio que a pesar de no estar sonriendo, tampoco está siendo grosero.
Pierre se pregunta en qué momento terminó metido en este triángulo amoroso que poco tiene que ver con él.
"Desayunando con sus padres, ¿por?" Responde Oscar cortante antes de que Pierre pueda siquiera abrir la boca.
"Solo preguntaba, ¿tienes algún problema con eso, Oscar?" Max sonríe socarrón, es notable que su hermano le saca de sus casillas con facilidad.
"Necesito hablar contigo en privado.""No tengo nada de que hablar contigo." Responde el menor cortante, evitando a toda costa la mirada del rubio.
Pierre parece ser invisible en aquella escena, por mucho que le guste estar informado en la relación entre sus jefes, el ambiente es muy pesado incluso para él.
"No es una sugerencia, es una orden." La voz desafiante del mayor genera escalofríos en ambos jóvenes.
El francés nota el brillo temeroso en los ojos de Oscar, es obvio que en el fondo realmente le lastiman las acciones de su hermano. Siempre ha pensado en todo lo que ha tenido que pasar su joven jefe a temprana edad, por eso Pierre le respeta muchísimo incluso si es mayor que él y es un poco vergonzoso.
Oscar se levanta refunfuñando y pronto ambos hermanos desaparecen en el campo visual de Pierre que finalmente respira con tranquilidad.
Por su mente pasa un "¿En qué te metiste Charlie?" Sin embargo, cree que el monegasco está manejando mejor las cosas de lo que cualquier otra persona podría.
...
"No me gusta que me des órdenes frente a otros empleados, me quitas autoridad." Oscar deja en claro tan pronto están en la playa, lo suficientemente lejos de cualquiera que pueda escuchar.
Max chasquea su lengua, su expresión claramente fastidiada con los reclamos del menor.
"Bueno, no es malo que te vean más humano." Tiene que respirar profundamente antes de volver a hablar. "Cometí un error."
Oscar tarda un segundo en comprender y una risita llena de ironía se escapa de sus labios. "¿Y esperas que yo lo arreglé? No me interesan tus problemas."
El mayor tiene que morder su lengua para no perder la paciencia y mandar todo al demonio, Oscar sigue comportándose como un adolescente, y es su culpa.
"Cometí un error contigo, bueno, en realidad demasiados. Sé que te he hecho pasar por muy malos momentos, Oscar, te dejé a un lado cuando más necesitabas a tu hermano mayor, y aunque no me perdones nunca, te mereces una disculpa." Las palabras no fluyen con facilidad de los labios del rubio, es obvio que un nudo en la garganta y un gran nivel de inseguridad le hace querer guardarse todo lo que tiene para decir.
A Oscar le tiemblan las manos, no entiende qué está pasando ni porqué de repente está escuchando todo lo que ha deseado escuchar desde hace años. No responde, solo observa esperanzado a Max, esperando algo más.
Max sonríe melancólico cuando un recuerdo le pasa por la mente y su mirada se dirige a las tranquilas olas del mar.
"Solíamos ser tan unidos, recuerdo verte correr tan emocionado hacia mí cada día al verme llegar de la escuela, jugar juntos, las primeras fiestas a las que te llevé, eras mi pequeño..." Con sus ojos a punto de derramar lágrimas que se ha guardado por meses, Max vuelve a hacer contacto visual con su hermano. "Eres mi pequeño, Oscar, lamento haberte abandonado, tratarte como te he tratado últimamente, no debiste crecer tan rápido, era mi responsabilidad cuidar de ti y te fallé en tantas veces, no sé que pensaría mamá..."
Max trata de mantenerse estable de respirar profundo pero todo intento se arruina cuando Oscar se acerca y rodea sus hombros con sus brazos. Al principio, el mayor permanece estático sin saber que hacer, solo segundos después se derrite en el abrazo y derrama lágrimas sobre la camisa de su hermanito.
"Estaría orgullosa, de ambos. No me fallaste, Max, nunca me ha faltado una cama, mucho menos comida, incluso cuando te comportas como un idiota, noto que te preocupas por mí."
"Pero no estuve ahí para ti, eras un adolescente y yo te descuidé."
"No tenías mucha opción, tú también eras tan solo un adolescente, y de pronto, tuviste que asumir el cargo de mamá y cuidar de un recién nacido, priorizaste tu familia y eso está bien."
"Tú eres mi familia, Oscar, perdóname, por favor. Te extrañamos mucho en casa, Dani no para de preguntar por ti."
Oscar solloza tan solo a la imagen de su pequeño sobrino que ama con todo su corazón, aunque usualmente se siente bastante ofendido pues lleva el nombre de su otro tío, claro que lo extraña.
"Mh, dile a Dani que nos veremos pronto, ¿si? No más peleas, somos una familia."
Max tiembla nervioso, esperanzado podría decir el menor, Oscar lo empuja un poco para distanciarse y poder mirarlo a los ojos por un momento.
"Y sé que eres consciente de que le gustas a Charles...No le rompas el corazón, merece algo mucho mejor..."
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You Can Be The Boss - Lestappen
FanfictionMax se da cuenta de que romper su propia regla por la cara bonita de Charles Leclerc, vale completamente la pena.