Ambos chicos se encontraban lejos el uno del otro, uno sentado y el otro incado respectivamente.
Tal fue la fuerza de sus ataques qué quedaron en posiciones en las cuales se sostenían la zonas afectadas por el intenso dolor que sentian.
Al notar el estado de su amigo, kensei se acercó, preocupado por el pelinegro.
Kensei: ¡¡¡oye, ¿estas bien?!!!.
No se notaba su expresión al estar inclinado, pero ya no aguantando mas colapso, se tiro de espalda sosteniendo su costado, dejando ver el dolor en sus facciones.
Sato: es jodidamente doloroso kensei....
Kensei: ¡por eso te dije que dejaras de perder el tiempo!.
Un poco de saliba empezaba a escurrir de su boca, mientras su amigo lo regañaba por su estupidez de no tomar enserió la pelea.
Sato: ¿como todo esto terminó así?, ¿realmente no puedo creérmelo?...
No dejándose llevar por el dolor, puso una mano en el suelo como apoyo, y de nueva cuenta se levantó aún sosteniendo con su otra mano la zona afectada, dando pequeños quejidos por el esfuerzo.
Levantó su vista, solo pudo sonreír confiadamente, mientras miraba al rubio el cual tenía el rostro cubierto por sus manos.
Sato: pensé que habías terminado después de haberme dañado algunas costillas........., ¡¡¡rindete!!!.
Solo observo a su oponente sin hacer nada esperando su actuar....... pero.....
Visualizando al fin su rostro, dejando ver la sangre escurriendo mientras pequeñas lágrimas eran visibles junto a la confusión, solo para notar como la nariz del rubio esta completamente dislocada/rota.
Esto dejo desconcertado al pelinegro por unos momentos, hasta que al fin pudo pensar en algo.
Sato: [ ¡mierda le rompí la nariz!, ¡no debi de haber usado mi codo!]
La reflexión de lo que había hecho fue cortada al observar al maestro de su atacante el cual tenía la mirada baja y ensombrecida.
Cosa que lo saco un poco de onda hasta que su amigo nuevamente le llamo la atención.
Kensei: hey...., ¡cállate, ese bastardo no ha dicho que ha perdido todavía!.
Incitó/exigio a su amigo a continuar la pelea debido al enojo que le tenia a su agresor.
El rubio solo sollozaba mientras algunos quejidos salían de su boca, sin duda el dolor era mucho para el en ese momento.
Hiroki: ma-maestro...... mi na-nariz....... mi n-nariz........, el temblor y miedo eran palpables en su hablar.
Dirigió la mirada a su maestro en busca de ayuda el cual se acercó lentamente hacia el con una expresión ilegible.
Wallad sin perder el tiempo tomo del cabello al su pupilo, y con total desprecio lo miró fijamente.