Capítulo 6

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Quédate lejos sin mí


Los días avanzaron por desgracia ya que la cuenta regresiva en la torre del reloj cada vez está más cerca de llegar a cero por segunda vez en el año.

Gran parte del pentagrama cedió a la resignación después del pánico inicial, porque al final de todo solo les queda intentar esconderse ese día y esperar la suerte de que no les encuentre ningún exterminador.

Sin embargo, Charlie Morningstar está lejos de la resignación, aunque tampoco irradia optimismo, solo trata de poner buena cara y ser creativa con sus propuestas.

Una de tantas fue algo de contar un detalle personal, incluía traer y mostrar o quién sabe qué, a Alastor no le interesa abrirse ante el grupo y esas cursilerías. Ya está Husk para participar en su nombre, o pasar cómo muestra de que tiene animales de compañía o algo así, lo que funcione.

En su lugar fue a atender asuntos personales, como cobrar algunas deudas, romper un par de cráneos, buscar algo para almorzar y en general hacer acto de presencia como el Demonio de la Radio, le molesta que se esté proyectando una imagen más blanda de él al apoyar el plan de la princesa y ausentarse una temporada, cree que la persuasión de su queridísimo amigo de la competencia tiene algo que ver.

—Alastor

Y hablando del rey de Roma...

—Alastor aquí, en la pantalla.

El pendejo que se asoma.

Ignorar los llamados no tenía caso, detuvo su andar y giró hacia el escaparate de una tienda pequeña, allí vio una transmisión de Vox pero no tan ostentosa como anteriormente.

—Hay algo de lo que debemos hablar y no creo que quieras que sea en público —dijo el demonio de la televisión con las manos detrás de la espalda.

—No pienso ir a tu torre.

—Tomemos una copa en el lugar de siempre, como en los viejos tiempos.

—En media hora.

El demonio rojo dio por terminada la plática y retomó su camino, su día iba tan bien y ahora tiene un mal presentimiento. Sin más fue a hacer una compras antes de ir a la reunión improvisada.

Faltando 5 minutos para la hora acordada Alastor iba llegando al "Hueso Ahogado", un bar de mala muerte que tenía el descaro de decirse exclusivo para los más poderosos, el lugar ya duró sesenta años que es mucho para casi cualquier giro en el infierno.

En segundos Vox apareció a su lado y pidió un espacio privado, no tardaron en llevarlos a la esquina menos mugrienta y tomar sus pedidos, Vox quiso un mojito mientras que Alastor un whisky.

—¿Qué es tan urgente?

—Podemos tolerarnos un rato ¿no? Este lugar me trae buenos recuerdos, ¿a ti no?

—No tenemos el mismo concepto de "buenos", amigo —señaló tamborileando los dedos en la mesa.

El menor rió, ciertamente la última vez que estuvieron aquí Valentino hizo toda una escena.

Trajeron sus bebidas, Vox por su parte se puso cómodo en el sofá desabrochando su camisa y extendiendo ambos brazos.

—¿Dónde estuviste?

—No es de tu incumbencia.

—¿Por qué vuelves ahora?

—No te diré.

Peligroso Anhelo | HH (Appleradio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora