Capítulo 11

1.2K 128 123
                                    

Si piensan que el cap anterior fue intenso... Bueno ponganse cómodxs y agarrense de donde puedan

 Bueno ponganse cómodxs y agarrense de donde puedan

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Pero me acuerdo de ti


Alastor fue a su habitación a través de las sombras, es más rápido y pasa desapercibido. Estando allí se cambió a ropa más cómoda, tomó asiento frente a la mesa del centro con una única lámpara como fuente de iluminación y bebió de la botella que trajo consigo.

Se sentía patético, ridículo, un chiste.

Es el temido demonio de la radio, que presume ser excelente negociador y especialmente timador, pero cayó en los trucos de seres más audaces que él y ahora sufre las consecuencias.

Su propio destino está en manos ajenas.

Puede entender el castigo de haber sido codicioso y sediento de poder, que resultó en su alma encadenada. Le molestaría menos si no tuviera una hija que proteger de las garras de esa arpía desalmada.

En cuanto a Lucifer, el error que cometió fue amarlo y creer que lo amaba también, ¿la primera vez que opta por lo bueno y así le pagan? Que robo.

¡Y detesta pensar en él justo ahora! Por mucho que quiera convencerse de odiarlo no es así, le tiene rencor y siente tristeza cuando piensa en él por lo que no pudo ser, y en el fondo sigue esa llama de amor que precisamente está ardiendo en su interior generando más daño.

Tal como sucedió en los últimos días, su mente viaja al pasado, a las noches que pasaron juntos, las comidas que compartieron, las canciones que corearon, tantos recuerdos dulces ahora son amargos.

Aún así su corazón se estruja al pensar en el tacto de su mano, lo cálido de su aliento o cuan melodiosa es su voz.

La primera vez que Lucifer lo envolvió entre besos y manos traviesas casi se pierde entre el mar de nuevas sensaciones, por suerte recobró la cordura y se alejó totalmente confundido, la siguiente ocasión que recibió una invitación a comer y asistió con reservas escuchó al monarca soltar montón de disculpas por haberse precipitado.

Las aceptó convencido de que no se repetiría algo así, no obstante, desde entonces fue más consciente de sus coqueteos, miradas y bromas cargadas de picardía, viniendo de alguien más le molestaría mucho y pondría un alto. Pero era Lucifer y con él jamás supo cómo reaccionar.

Cuando lo confrontó sobre qué buscaba con sus acercamientos y dejándole en claro que no iba a ceder a un simple acostón, la respuesta del rey lo desconcertó por completo.

—No quiero solo sexo. Esto que tenemos... Lo que sentimos, no puedes decirme que es como el humo que se desvanece en el viento, sabes que es mucho más y yo... Quiero explorarlo.

Peligroso Anhelo | HH (Appleradio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora