capítulo 26// Fresh out the slamer//

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«Nunca dejes cabos sueltos», dicen en todas las películas, y parecía que yo nunca había entendido correctamente el concepto.

-No, no, no, no tú...- miré a Martín a los ojos, ignorando por completo la mirada agobiante de la directora- ¿¡Cómo te atreviste!?-ahogué un grito-

Martín mantuvo su cara seria, no dijo nada, su mirada fría no hizo ni una variante, solo... Se mantuvo así.

- ¿Cómo pudiste? - mi respiración empezó a agitarse, quería levantarme a darle un golpe, pero en ese momento sentí la mano de Dylan en mi brazo-

-Amor...- su mirada suplicante me detuvo-

-Siéntate, deja de culpar a otros del desastre que tú misma cometiste-la directora entrelazó sus manos-

Quería tener un bate de beisbol en ese mismo lugar, destrozarlo todo, romper las partes de vidrio del escritorio de dirección, romperle la cara a Martin... Sentía un fuego flameante en mi pecho, pero no podía hacer nada al respecto.

A regañadientes me senté, arrimando la silla de golpe, haciendo que se generará un rechinido estruendoso que atormentó a la directora y a Martín, no podía asesinar a nadie, pero al menos molestar de alguna manera sí (aunque fuera solo un sonido ensordecedor).

Todos los que estaban allí, es decir, Martín, Dylan y la directora, me dirigieron una mirada de disgusto al percibir ese sonido.

Me tiré en la silla de golpe, claramente molesta, poniendo los brazos cruzados.

Dylan parecía estar más calmado que yo, pero lo conocía lo suficiente como para saber que solo se contenía ya que, si llegaba a hacer algo, ya estaría matando a golpes a Martin... Y quisiera decir que era un dicho, pero dentro de mí sabía que era bastante probable.

-El compañero aquí presente ha demostrado pruebas de que ustedes son el topo-

- ¿Ah sí? - Dylan intentó desmentirlo - ¿Y se puede saber que mierda inventó el pobre este para inculparnos de esto? -

La directora lo vio con cara segura, la barbilla enaltecida, ya esperaba yo borrar esa sonrisita ridícula muy pronto.

La directora no contestó nada, solo deslizó el celular de Martin, y allí lo vimos... Una foto de Dylan entrando al mando de bocinas de la universidad...

-Esto no significa nada, simplemente estaba buscando a un amigo, es absurdo que asuman...-

-Miré la hora, muchacho- la directora insistió -

-Aja, y si eso fuera verdad, que repito, no lo es, ¿En qué entra ella en todo esto? - Dylan me señaló -

La directora se mantuvo seria por un momento, y luego abrió una de las gavetas de su escritorio.

No podía creer lo que veía.

- ¿Le parece conocido esto, señorita? - deslizó por su escritorio mi antiguo diario, que había tirado a la basura el día que le dije mis sentimientos a Dylan por impulso-

Intenté disimular mi reacción, pero era complicado.

-Eso no es mío- ni siquiera lo tomé-

-Tiene su nombre e inicial, en este plantel no existe otra Scarlett R-

Miles de preguntas pasaron por mi cabeza... ¿todo había sido obra de Martín? ¿tanto nos odiaba?... El día que me deshice de ese diario debió seguirme, y quien sabe desde cuando nos estaba vigilando.

Mis manos estaban heladas y mi corazón no dejaba de latir.

Empezaba a colmarme la paciencia, ya ni siquiera podía soportar una palabra más, así que me levanté de mi silla, apoyando las manos en el escritorio, para ver a los ojos a la directora, mientras Dylan no dejaba de mover el pie de los nervios.

Encantadora de Mentirosos [Actualización Semanal]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora