Nadie habla del miedo real que da ver a tu abusador a los ojos, pero creo que el miedo aumenta cuando una abogada te pide que declares los hechos acontecidos frente a ellos, sabiendo que la mayoría tenía actitudes violentas, sin embargo, ese día me sentí segura, dentro de lo que podía.
Nunca fui una persona con una idea muy clara de que hacer en el futuro, pero ese día lo entendí. Todas las historias que escuchas esperando, violaciones, mujeres agredidas físicamente por sus esposos o jefes, no entiendes lo delicado de la situación hasta que estás ahí, viviéndolo en carne propia, y más si tú estás del mismo lado, aunque no con la misma gravedad, solo sabía una cosa, y es que cuando tuviera la fuerza suficiente, debía protegerlas, a todas ellas.
Al miedo de declarar, había que sumarle el hecho de estar enferma, llevaba tres semanas con una enfermedad por anemia y estrés, que me generaba fiebre, vómito y los síntomas generales bajo mi situación de estrés en la universidad.
Cómo era de esperarse, en un ataque de ansiedad en plena declaración empecé a sentir problemas respiratorios, entonces fue cuando la abogada supo que era momento de parar.
Sus miradas clavadas en mí llenas de odio no se mantuvieron allí, mintieron, intentaron colocar la cara de la moneda al revés diciendo que la que los agredía era yo, pero me superaban en número y tamaño, la abogada no era tonta, notó desde lejos mi nivel de inestabilidad por culpa de ellos, mientras que ellos ni se inmutaban.
Firmar el acuerdo de distancia fue lo más parecido a firmar un contrato para mí vida que, aunque no lo sabía, estaba por cambiar de raíz.
Los siguientes días fueron los más duros, no podía ser buena novia por la situación en la que me encontraba, no quería salir, no quería comer, y todo lo que hacía, además de sobrevivir a la universidad, era dormir, dormir para intentar compensar el sueño perdido en esas madrugadas llorando.
-Toc toc- abrieron la puerta de mi cuarto, rápidamente supe que era mi hermano- Scarlett, no has comido nada hoy...- su mirada irradiaba preocupación-
-No tengo hambre, ya te lo dije- volteé a verlo a medias, ya que estaba acostada del lado que daba la espalda a la puerta –
-No tienes excusa está vez, come- se acercó hacia mí con un plato que no tenía el almuerzo, sino fruta-
No hay nada peor que hacer que tú hermano menor te vea en ese estado, siempre lo cuidé y protegí con mi vida, vida la cual sería capaz de entregar por él, pero no en estas circunstancias. Realmente me odié a mí misma por hacerlo pasar por el hecho de verme así.
-Escucha, uno de mis amigos cumplirá años el viernes, deberías venir conmigo, así te despejarías-
-No es buena idea, son de la universidad, no quiero dar explicaciones –
-No hace falta, él ya lo sabe, te vio el día de la denuncia cuando llevaste los papeles a la universidad-
Miré a Jake completamente desconcertada.
-No estarás hablando de ese amigo ... ¿no? –
-Sí, es él, pero no dirá nada de lo que pensabas hacer ese día, y yo tampoco-
-Si mamá se entera se sentiría muy mal- me senté como pude en la cama, rodeando mis piernas con mis brazos-
-Te cuidare como tú solías hacerlo conmigo- se sentó a una orilla de la cama-
Sonreí con nostalgia.
-Pero si solo te llevo un año-
-Ya le dije que aceptabas ir, no tienes opción – se levantó subiendo ambas de sus manos, evitando darme opciones-
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Encantadora de Mentirosos [Actualización Semanal]
RomanceSolo tenía un pensamiento en mente,hacer miserables a todas las personas que me lastimaron... Aunque nunca pensé que la llegada del topo cambiaría por completo mi perspectiva en la historia. Conozco este juego a la perfección, cuando convives única...