Capítulo II: Destinos entrelazados

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Esa la sabía, ¿Cómo no? Era tan sencilla, se escuchaba sencilla. Pero entonces, ¿por qué no responde?

–¿X más y? –Preguntó regresando a ver a su profesor, el cual asintió con una sonrisa poniéndola aún más nerviosa. No pudo evitar voltear a ver a Mitsuri con súplica esperando a que si fuera una respuesta breve y sencilla como cree, su amiga pueda ayudarla.

–Es absurdo que pregunte eso profesor. –Saltó Mitsuri a la defensa.

–¿Por qué es absurdo, señorita? –Preguntó el pelinegro sorprendido por la reacción de la joven de peculiar cabello rosa.

–Porque lo es. –Contestó segura. –X más Y no es nada, además de X más Y. –Repuso decidida. –Son dos variables sin valor determinado, que, al sumarlas, simplemente quedan igual a la proposición anterior. Eso es algo para alumnos de primer año, por eso dije que era absurdo.

–Correcto señorita... –Revisó su lista. –Kanroji. –Reconoció. –Toda su explicación tiene bases y fundamentos, se nota que es una gran conocedora del tema. Sin embargo, usted misma lo dijo. –Se puso de pie y empezó a recorrer el aula de clases. –Si le hubiera hecho esa pregunta a un alumno de primer año, hubiera sabido responder sin ningún inconveniente. ¿Por qué no lo podría hacer un alumno de último año? –Explicó su punto sagazmente.

–Lo último que vimos el año pasado con la profesora Kanzaki fueron funciones, gráficas y...

–Con lo conocedora que es acerca del tema señorita Kanroji, también tendrá presente que las matemáticas siguen una línea de continuidad. –Interrumpió a la abogada defensora de Shinobu. –Si es que usted olvida algo tan sencillo como suma de variables, hace que me cuestione sobre su conocimiento acerca de gráficas.

Mitsuri estaba molesta. De un momento a otro el apuesto profesor se fue al piso luego de corregirla de esa manera. ¡La profesora Kanzaki nunca la contradecía, siempre la felicitaba! A parte que no ayudó a disminuir su enfado escuchar las risillas tras de ella, pertenecientes a cierto joven de ojos bicolor que la miraba con burla.

Si Mitsuri estaba molesta, Shinobu estaba a punto de estallar. Por si fuera poco, tendría que aguantar el resto del día murmuraciones de las personas por su rompimiento para que ahora también lo hagan por haber quedado en ridículo ante el atractivo profesor de matemáticas.

Frunció el ceño molesta, ella estaba pensando en un plan de seducción efectivo con un hombre mayor y apuesto como él, y el condenado le sale con una pregunta retórica que la hace quedar mal delante de todos.

Bueno, no era mala en matemáticas, simplemente se había puesto nerviosa y por eso no pudo contestar. Sin embargo, reconoció que hubiera sido mejor que Mitsuri no hubiera saltado a defenderla.

Tomioka no pudo evitar regresar a ver la divertida expresión en el rostro de Shinobu. Sonrió con ternura, ¡Dios! Era sorprendente el gran parecido que tenía con Alice. Cuando ella cometía un error o se molestaba por algo, ocultaba su rostro entre sus piernas, contra la almohada o cualquier cosa que tuviera cerca de ella para evitar que la viera con el ceño fruncido y la nariz arrugada.

Tal vez se excedió un poco en su pequeña revancha por hacerle decir que era viudo, quizá debería animarla.

–¿Está bien señorita Kocho?

Si la tierra pudiera tragarse a una persona, que no tenga piedad de ella y la sumerja hasta los confines de esta, no le importa si llega a conocer el mundo descocido que Julio Verne describe en sus historias y es tragada por un dinosaurio. Detesta que sientan lástima por ella.

–¿Por qué no lo estaría? –Forzó una sonrisa mientras sentía como una vena le punzaba por el enojo. Tal vez era contraproducente para su reciente capricho por tener al profesor y tener que hacerse la niña buena, pero no podía evitar cubrirse con su capa de altanera.

𝘛𝘩𝘦 𝘞𝘢𝘺 𝘐 𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘠𝘰𝘶 [𝘎𝘪𝘺𝘶𝘚𝘩𝘪𝘯𝘰 *⁠.⁠✧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora