Capítulo VII: Cambios, Decisiones y Sorpresas

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La escuela se sentía tan grande cuando no había estudiantes correteando en los pasillos. Si siempre fuera así, un lugar pacífico en el cual los alumnos obedecen sin chistar, son rectos y disciplinados, educados, inteligentes, sin duda el mundo sería un lugar mejor.

Aoi Kanzaki regresó a ver a ambos lados del pasillo para cerciorarse de que ningún alumno se estuviera saltando la primera hora de clase.

O en su defecto, que aquel alumno descubriera que la inspectora había llegado tarde en la primero hora.

Era increíble cómo escoger un conjunto de ropa y peinarse tomaría tanto tiempo. Pensar que hay mujeres que hacen eso todos los días le provoca un escalofrío. Ella tendría que levantarse una hora antes de lo acostumbrado únicamente para poder arreglarse todos los días y eso que ese día ni siquiera alcanzó a maquillarse de lo tarde que era.

Pero ni modo, mañana será otro día.

Lo importante era que ya había dado el primer paso.

Sin quererlo, el rubor subió a sus mejillas al recordar los motivos de tomar tal iniciativa.

"Sabes, colores vivos quedarían muy bien en ti. Ya sabes, rojo, anaranjado, azul, fucsia, verde."

Esas fueron las palabras de Inosuke luego de inspeccionar su casa decorada con tonos neutros y monótonos. Sin entender aun por qué y luego de meditarlo por días enteros, se atrevió a comprar un conjunto de esos mismos colores, experimentaría unos días y luego cerraría con broche de oro en el famoso baile de fin de trimestre.

Bailecito que la tenía harta. Todos esos días han sido chillidos al respecto, los pisos de los pasillos llenos de panfletos, montones de chicos declarándose o pidiendo parejas para el baile. Pobres ingenuas, aún creen que el amor es para siempre y que los novios de preparatoria serán los padres de sus hijos.

¡Tonterías!

En el momento menos pensado los encuentras en tu cama teniendo sexo con tu hermana la perfecta.

Sólo recordarlo hace que le hierva la sangre y piense nuevamente que era una reverenda tontería todo el empeño puesto en su vestimenta. ¿Todo eso porque Inosuke Hashibira sugirió aquello?

No, su decisión no era por la sugerencia de Hashibira ni por ningún interés particular en llamar la atención del sexo opuesto.

Su cambio se debía a la vanidad interna de cada mujer y el deseo de verse guapa de vez en cuando, no era nada extraño o fuera de lugar. Eso, vanidad femenina.

Se había repetido esa frase tantas veces que ya hasta se la había empezado a creer.

El timbre que anunciaba el inicio de la segunda hora la sacó de sus cavilaciones y debates internos. Por un momento se tensó, más luego procuró caminar por los pasillos con calma, como quien no quiere la cosa.

–¿Necesita ayuda, señora?

Una voz masculina llamó su atención desde atrás y volteó rápidamente a ver de quien se trataba.

Se llevó una sorpresa al encontrarse con un par de ojos azules que la miraban con curiosidad.

–Profesor Tomioka. –Habló al pelinegro delante de ella. –¿No debería estar en un salón de clase?

El maestro tardó un poco en reaccionar. Ese ceño fruncido y el pelo azul extrañamente arreglado ayudaron a reconocer a la mujer delante de él.

–Inspectora Kanzaki. –Fue lo único que atinó a decir, frunciendo un poco los ojos tras sus elegantes lentes. Mucho color le causaba dolor a su vista.

𝘛𝘩𝘦 𝘞𝘢𝘺 𝘐 𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘠𝘰𝘶 [𝘎𝘪𝘺𝘶𝘚𝘩𝘪𝘯𝘰 *⁠.⁠✧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora