Capítulo XIV: Peligrosamente cerca

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Se encontraba besando a Giyuu con mucha pasión sobre aquella cama que había sido testigo mudo de la pasión entre ambos. Giyuu estaba siendo especialmente delicado, dulce y tierno.

–Te amo tanto.

Shinobu escuchó esas palabras salir de sus labios y su corazón latió con fuerza. No la estaban engañando sus sentimientos y su deseo por escuchar esas palabras, ¿verdad?

–¿En serio? –Preguntó gimiendo, entre beso y beso.

–Claro, tontita. –Giyuu le besó la nariz. –Te amo tanto. –Y volvió a tomar posesión de sus labios. –Tanto...

Shinobu no cabía en sí de tanta emoción. Por fin sus sentimientos eran correspondidos por el hombre que amaba.

– Me moriría sin ti. –Giyuu le sacó una sonrisa cuando le dijo eso.

Nada podría empañar la felicidad que sentía cuando lo escuchaba decir esas cosas.

–Nunca me dejes Alice...

O eso creía.

–Giyuu. –Detuvo los besos de él y lo separó de su cuerpo. –No soy Alice.

Entonces, su corazón se rompió cuando lo vio sonreír de una manera que jamás había visto antes. Con mucho amor.

–Tontita, claro que eres Alice. –Acarició sus cabellos. –¿Quién si no?

Shinobu se separó de él mirándolo herida e indignada, cuando, por su parte de Giyuu parecía divertido. Se incorporó de la cama y salió corriendo de la habitación envuelta en la sábana.

Se sentía dolida, muy dolida. Su corazón parecía romperse un poco más con cada paso que daba recordando a Giyuu llamándola de una manera tan amorosa, pero usando el nombre de su difunta esposa.

Ni siquiera se dio cuenta de que a su alrededor todo era oscuro. Escuchó risas y cuando giró para ver de quién se trataba, encontró a sus padres, abrazados como siempre que pretenden ser felices.

–Pero, si sus hijas son unas niñas excelentes. Deben sentirse muy orgullosos de ellas. –Les decía una mujer sin rostro a sus padres.

–No ha sido fácil. –Empezó a contestar el señor Kocho. –Hemos tenido que ser firmes con ellas. Nos ha costado tiempo y paciencia, especialmente a su madre.

–No te quites el crédito cariño. –Interrumpió ahora la señora Kocho. –Mi marido es un gran padre, es el mejor amigo de Shinobu y Kanao.

–¡Hipócritas! –Gritó Shinobu. –¡Son los peores padres del mundo!

Se dio cuenta de que no la escuchaban y seguían riendo muy cómodamente. No pudo soportar más y siguió. Buscaba a sus amigos, aquellos que siempre eran su consuelo. Pero cuando los encontró, cada uno parecía tan preocupado por sus propios problemas.

Mitsuri con su beca, Zenitsu y Nezuko preocupados el uno por el otro, mientras que Tanjiro y Kanao se ocupaban de sus talleres. No podía molestarlos.

Demonios, ni siquiera podía decirles su problema si ellos no sabían de su relación con el joven maestro, sólo Tanjiro.

Finalmente, a lo lejos divisó un cuerpo masculino. Corrió más rápido y se aferró a él con fuerzas, olvidándose de la escena que había vivido minutos antes para buscar consuelo y protección en su cuerpo. Oh sí, en ese momento sentía tanta seguridad. Quería que Giyuu se volteara y la mirase, que la llamara Shinobu. Y por un instante creyó que ocurriría.

Hasta que el joven se volteó.

–¡Shinobu!

–Douma...

𝘛𝘩𝘦 𝘞𝘢𝘺 𝘐 𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘠𝘰𝘶 [𝘎𝘪𝘺𝘶𝘚𝘩𝘪𝘯𝘰 *⁠.⁠✧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora