Capítulo XI: Imágenes Invaluables

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Nota: Sólo les quería decir que ya vamos a la mitad de la historia y si has llegado hasta aquí te agradezco infinitamente por el apoyo <3 Un abrazo a todos!

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Pizarra vacía, oscuridad. Pizarra con un par de números, oscuridad de nuevo. ¡Pizarra llena de números, signos y gráficos!

Un par de cejas perfectamente depiladas se juntaron con enojo. Las matemáticas siempre eran así, te despistas un momento y al siguiente ves en el pizarrón un ejercicio cuyo desarrollo es más extenso que su muy completa colección de esmaltes.

Ni su extremadamente sexy novio podía evitar que muriese de aburrimiento en ese momento. Límites al infinito, sólo el nombre le daba nauseas. Nunca entenderá por qué le dan tanta importancia a ese tipo de cosas en la vida. Algebra, cálculo diferencial. Son cosas que nunca, jamás, usará tras graduarse del instituto. Porque, puede que aún no sepa qué quiere estudiar, pero sabe que no será ninguna asignatura en la que las matemáticas sean de vital importancia.

Francamente, no entiende cómo puede haber gente que disfrute las matemáticas si hasta ahora lo único bueno que le habían dado en la vida es...

A su querido novio.

Pero, ese día ni siquiera estaba de pie impartiendo la cátedra. En el pizarrón se encontraba Murata tratando de resolver un problema con ayuda de sus compañeros. Giyuu había entrado y había dicho que esta hora la utilizaran para repasar, después de todo los exámenes estaban a la vuelta de la esquina. Les mandó a plantear problemas en la pizarra y que entre todos los resolvieran. La mayoría lo hacían, otros revisaban en privado, como Mitsuri, Tanjiro y Obanai. Unos pocos dormían, como Zenitsu.

Ella no podía dormir. ¡Se sentaba adelante! Sintió algo vibrar en su regazo que la sacó de su frustración y regresó la vista al dispositivo morado que yacía sobre sus piernas cuya pantalla táctil se había encendido. Sin pensarlo dos veces clavó su mirada en su nuevo celular que le anunciaba una nueva aplicación.

Su pequeña cabecita empezó a maquinar un plan infalible para llamar la atención del pelinegro que tecleaba en su laptop. Decidió escribirle un mail. Seguramente se molestaría con ella por escribirle en clases, pero tomaría el riesgo.

-"Hola, guapo :3"

No tardó mucho en notar como la concentración del profesor era interrumpida, y tras un par de minutos sintió los felinos ojos azules sobre ella, mirándola de soslayo.

-"¿No se supone que estás en clase? Los celulares están prohibidos. Apágalo."

¡¿Qué clase de mensaje era ese?! Nadie le daría órdenes a ella.

-"¡Estoy muriendo del aburrimiento en clase de matemáticas!"

Esta vez el mensaje tardó un poco más en llegar. Empezaba a impacientarse, hasta que le vio suspirar y empezar a teclear.

-"Quizá si prestaras atención no te aburrirías. Tienes el examen en tres días"

No necesitaba que se lo recuerde.

-"Ya lo sé. -Insertar giro de ojos. -Pero es muy difícil prestar atención a tus compañeros que tratan de hacer que los ejercicios se resuelvan por arte de magia y mi sexy profesor no ayuda, puesto que "supuestamente" está trabajando en su laptop. Nos dejó en las manos de Dios."

Esto de escribirse como si se refiriera a otra persona era divertido. Quizá debería subirles un poco la temperatura a los mensajes.

-"¿Sexy Profesor?"

Ni siquiera se percató de que Giyuu había contestado tan rápido. Claro, que escribir dos líneas no llevaba mucho tiempo.

-"¡Sí! ¿No te lo había dicho? ¡Mi profesor de mate está para comérselo!"

𝘛𝘩𝘦 𝘞𝘢𝘺 𝘐 𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘠𝘰𝘶 [𝘎𝘪𝘺𝘶𝘚𝘩𝘪𝘯𝘰 *⁠.⁠✧]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora