Hours [Yang Jeongin]

Capítulo 1:

Entre los tantos libros de la biblioteca se detuvo para tomar el que era de su autoría. Se sorprendía de haber sacado su primer libro, la escritura era algo que le gustaba desde que era una adolescente, siempre veía el mundo de la literatura y la escritura de una manera única que la hacía sentirse especial. Dejó el libro en su lugar para seguir en busca de algun libro de misterio que le saciara su interés por usar su cabeza para poder descubrir entre tantas palabras de suspenso al culpable que le daba color oscuro a la trama.

—¿Puedo saber que tipo de libro busca señorita?— La pregunta hizo que la joven se girara para ver a un joven de cabellos castaños notando de quien se trataba

—¿Ahora me sigues?— Preguntó la menor y el mayor rodó sus ojos.

—Es que no te hallé en el departamento y me pareció lógico que estuvieras aquí.— La menor asintió para tomar un libro del estante de misterio.

—¿A qué se debe tu búsqueda?— Preguntó la chica mientras abría el libro en sus manos para ver una nota de autor.

—Haneul, papá quiere verte.— Le dijo y la de ahora cabellos rubios cerró el libro con fuerza para echarle una mirada a su hermano mayor

—¿Por qué querría verme?— Preguntó con recelo.

—Pues para ver a su hija que resulta que a su mayoría de edad dejó su lujosa casa para irse a vivir a un apartamento en uno de los edificios más caros de la ciudad. No te hagas la boba, ya tienes tus 24 años para que te comportes como una niña malcriada.— La chica rodó sus ojos y todas sus ganas de comprar un libro se le fueron por el caño.

—Saqué mi primer libro y no fue capaz de hacer una llamada para felicitarme, que gran padre.— Bang Chan suspiró para meter sus manos en los bolsillos de su abrigo.

—Entiende que estaba en una junta de negocios, no podía ir a verte, por algo quiere compensarte ese hecho con que vayas a cenar a casa hoy en la noche.— La chica suspiró con frustración.

—¿Cinco días después? No me sorprende que por eso sea tan trabajador. Se ausenta toda la vida menos para pedirte que vayas a cenar a casa. Me preguntó qué sigue después ¿Comprarme ropa o pagarnos un viaje a Dubái?— Bang Chan rodó sus ojos.

—No eres una niña, ya eres una adulta y puedes pensar un poco tus decisiones, a fin de cuentas es tu familia y la única que nos queda a los dos.— Al escuchar aquello la chica sintió una tristeza inundar su mente.

—Está bien, voy a ir.— El mayor por fin pudo dejar ver una sonrisa para despeinar el cabello rubio de su hermana con una de sus manos.

—Te espero en casa, a las 7 es la cena, no faltes ¿ok?— La chica asintió de mala gana viendo como su hermano se marchaba del lugar.

El sonido de la campana de la tienda se hizo presente una vez que salió de esta sosteniendo una bolsa con el libro que al final se decidió comprar. Colocó sus auriculares como si fuera una adolescente enganchada a la música. Sonrió al escuchar la voz de aquel cantante que ella tanto conocía y los recuerdos inundaron su mente hasta que cayó en la realidad cuando se encontró en su soledad dentro de su apartamento. Dejó la bolsa sobre el sofá y caminó hacia la cocina para abrir el refrigerador y tomar una botella de agua. Sus ojos viajaron por la sala descierta y una sonrisa cálida apareció en sus labios cuando él recuerdo de un Jeongin pensativo en el sofá se hizo como una ilusión presente.

¿Qué había pasado?

La verdad nunca esperaron que cada uno tomara caminos distintos en busca de sus propios sueños sin romper la promesa, el chico la llamaba siempre que estaba libre en el trabajo y de vez en cuando la visitaba. Aunque sintiera muchas emociones al verlo, ninguna duraba lo suficiente cuando él abandonaba el apartamento por reuniones con uno de los embajadores que le daba inversiones a su prestigiosa empresa de arte. Nunca creyó que Jeongin sería el jefe de una empresa reconocida como lo era DNT y no sólo contaba con demaciado personal que aportaba con sus valiosas obras, voces o actuaciones, simplemente era fascinante con sólo ver el logotipo de la empresa en el enorme edificio del centro de la ciudad de Seul.