Capítulo 12:

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Sus ganas de seguir comiendo disminuyeron a medida que el tiempo pasaban. Sin duda alguna prefería los días donde despertaba en su apartamento e íba a la editorial. Por alguna razón los días habían sido más pesado de lo abitual y sus deceos de continuar sus rutinas habían decaído. Ahora que sólo quedaba una semana para la boda, ni tan siquiera pensar en algo positivo podía quitarle sus pocas ganas de continuar con todo. Exactamente había notado que Minho tampoco era tan malo después de todo, pero sentía un vacío enorme desde que Jeongin se había ido. La llamada había sido cortada y posiblemente el chico ni siquiera había dado valor a la llamada.

—Verte así me hace querer matarme.— Habló el mayor sentándose en la mesa a desayunar.

—Es fantástico, en una semana voy a estar casada y voy a formar una familia, que divertido.— Dice la chica con sarcasmo u Bang Chan rueda los ojos.

—Aveces pienso que te estas rindiendo con facilidad.

—No lo pienses. Míralo, me estoy rindiendo ahora mismo. Mi mejor amigo ya no es mi mejor amigo. Mi sueño, mi carrera. Ya no sé ni que rumbo estoy llevando.— Dice la chica soltando el tenedor.

Si los días para ella parecían eternos, este le parecía interminable. Los preparativos para la boda la tenían cargada cada día. Por más que el chico le había dado tiempo, nada le daba paso a sus pensamientos y a la pregunta de ¿Qué estoy haciendo? Su mente le decía mil veces que Jeongin ya se había olvidado de ella, que comenzará su nueva vida y dejará que su mundo siguiera, pero era algo interminable, dolorosamente ella lo sabía. La sensación de seguridad que le brindaba su mejor amigo. El chico que le gustaba, su mejor amigo.

Suspiro cansada y se levantó de su asiento dispuesta a comenzar una nueva vida. Claro porque para ella era tan fácil, indiscutiblemente solo quedaba adaptarse y  rendirse. ¿Qué pasaría si seguía detrás de lo que la dejó?

—¿A dónde vas?— Preguntó su hermano.

—Iré a la editorial, ya que salvé mi carrera y mis sueños, debo seguir haciendo lo que me gusta a pesar de que todo esté patas arriba.— Dijo sin más saliendo del comedor e iendo hacia la puerta.

Mientras caminaba por el pasillo íba dándole borrones a su vida pasada. Si, borrones que nunca llegarían a ser invisibles para ella. Supuestamente ella quería que todo diera vueltas y que él volviera a estar ahí. Pero como era imposible y lo sabía, decidió dejarlo todo y comenzar una vez más. De la nada, como siempre lo hacía, decidida y con su vida vacía. Claro, tan indiferente podía llegar a ser, Haneul podía llegar a ser tan egoísta que hasta a ella misma le dejaba de compartir cosas.

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¿Por qué sentirse tan dolido? En un principio no le costaba esconderlo de su mejor amiga. Pero exactamente en esos momentos ahí estaba frente a la puerta de la habitación en la que se encontraba su mejor amiga. Nunca imaginó encontrarla tan mal, verla destrozada acababa con su estabilidad. Sus ojos se encontraron con los vacíos de la chica y suspiró sentándose al lado de la cama de ella.

—¿Te encuentras bien?— Una pregunta bastante tonta que sabía que la mentira escaparía de los labios de la chica, aunque esta nunca llegó a decir palabra alguna.

El silencio en aquella habitación le dejaba ver lo vacía que se sentía la chica. No importara lo que hiciera o lo que dijera, Haneul no expresarla ni dejaría ver lo deteriorada que estaba. Llorar no era su fuerte y la chica expresaba tristeza con solo una mirada. Ahora mismo pedía a gritos que la chica estuviera bien a pesar de todo, pero, ¿quién estaría bien después de lo pasó?

Hours [Yang Jeongin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora