Capítulo 8:

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Las horas pasaban mientras él se encontraba tumbado en la cama de su departamento solitario. Había dejado de visitar a su mejor amiga, ni siquiera la llamó para saber si había llegado bien a casa aquel día. Se sintió como un loco por haberle echo daño y por haberla lastimado, pero su mente le decía que era todo culpa de ella por pensar en que aquel idiota podía hacerla felíz.  Mordió su labio mientras tomaba su celular por sexta vez en el día mirando el número de la rubia, pero volvió a dejar su celular a un lado revolviendo sus cabellos. Se dejó caer en la cama por completo y colocó uno de sus brazos sobre su frente.

—¿Por qué todo tiene que terminar así?— El sonido del timbre le hizo arrugar sus cejas ya que no esperaba visitas, suspiró y se levantó para caminar por el pasillo hasta llegar a la sala y seguir hacia la puerta.

Miró por la tablet que estaba a un lado notando el rostro de la pelirroja que parecía algo preocupada. Sin más que decir, abrió la puerta dejando ver a la chica sosteniendo unas bolsas. Le dedicó una sonrisa a su jefe el cual imitó su acción pero más apagado que otras veces.

—No fuiste a la empresa y pensé que tal vez podía venir a verte, le pedí a Seung Min que me trajera.— El castaño asintió  tomando las bolsas y caminó hacia la cocina— Por lo que veo, no tienes ganas de hablar.

—No es el mejor día.— Fue su respuesta y Yuna asintió caminando hacia la cocina después de quitarse sus zapatos y cambiarlos por pantuflas.

—Usted siempre se ahoga en un vaso de agua.— El castaño soltó una risa nasal para girarse hacia la pelirroja que se encontraba sentada en un taburete cerca de la barra.

—Algo me dice que tú no puedes decirme eso por el simple hecho de que tú también te haz ahogado.— La chica hizo un gesto de estar pensando y luego asintió— No me equivoqué, eso por lo menos me ayuda.

—¿Por qué no la llamas?— Preguntó la chica y el castaño detuvo el movimiento de sacar las cosas de las bolsas— ¿Por qué la dejas ir de esa manera?— Hizo otra pregunta y Jeongin se giró hacia ella— Pensé que realmente serías sincero con ella y le dirías, pero viendo como estas, supongo que ella no recibió un buen trato o puede ser al revés.

—¿Qué eres?¿Adivina?— Se encogió de hombros restándole importancia al comentario del castaño.

—Dejé mis sentimientos a un lado y me vienen con todo esto.— Aquello hizo que Jeongin arrugara sus cejas— Entonces no aprovechas la oportunidad para soltar de una jodida vez que la quieres y por eso es que no quieres que ella se case con Minho.— Recordó el haberle dicho aquello para recibir consejo.

—Ella no me quiere ni ver, no puedo llamarla de la nada fingiendo que todo está bien y tampoco puedo irla a ver.

—¿Vas a dejarlo así entonces?— El castaño suspiró en derrota.

—Creo que por esta vez me voy a rendir.— Yuna se sorprendió ante aquello— Quiero olvidarme de todo esto ¿sabes? Él tuvo razón cuando dijo que íba lastimarla así como lo hice con Lia.

Yuna recordó lo sucedido en el pasado y entendió a lo que se refería el castaño. La chica suspiró para levantarse y abrazar al castaño quien no aguantó más y se rompió en llanto escondiéndo su rostro en su cuello mientras trataba de mantenerse bien por su amigo. Acarició su espalda para reconfortarlo y se sintió culpable por haberle pedido que fuera a decirle sus sentimientos a Haneul. Se sintió rota por dentro al tenerlo tan bunerable e indefenso. Sintió más odio por la chica rubia que que había ganado el corazón de su jefe y se sentía como una estúpida por no ser la primera en decirle sus sentimientos.

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Se negó a la idea de llamarlo y se limitó a enviarle un mensaje. Sintió ganas de vomitar y entendió que debía de hacerlo. Así que se levantó de la cama llegando hasta su baño, se agachó a la altura de la tasa y levantó la tapa. Suspiró cuando recordó su vieja vida en donde había comenzado a hacer eso varias veces. Metió dos de sus dedos hasta su garganta y esto provocó un asco que le hizo devolver la comida que anteriormente había consumido en el desayuno. Sus lágrimas comenzaron a recorrer su rostro y sentía que las paredes la estaban ahogando. Suspiró después de haber terminado y se levantó para descargar el baño y caminar hacia el lavabo, miró su rostro en el espejo y abrió la llave para mojar este con el agua, al igual que sus manos.

Sintió el timbre una vez que abandonó el baño. Se acomodó su ropa y su cabello e intentó hacer varías sonrisas para dedicarle a su hermano mayor antes de ir a abrir la puerta viendo al de cabello gris. Lo dejó pasar en un silencioso recorrido hacia la sala y ambos se sentaron en el sofá.

—¿Ya tienes una decisión?— Preguntó el mayor y la menor se recostó— Papá dice que te quiere lejos de Jeongin, sus hombres le informaron del comportamiento que a tenido contigo y...

—Ya no quiero saber más.— Le interrumpió para dar un suspiro.—Denme dos días para pensarlo. La última cita realmente fue un desastre.— El mayor asintió antes de acomodarse en el sofá.


—¿Cómo estas?— Preguntó el mayor y el corazón de Hanuel se estrujó ante la pregunta de su hermano, pregunta que pocas veces salía de su boca a tal punto de pensar que estaban alejándose uno del otro.

—No estoy bien Channie.— Le dice mientras miraba el techo— La extraño mucho y aún no me recupero por completo, me cuesta creer todo esto.— El mayor suspiró.

—Las cosas han cambiado ahora que ella no está. Aún recuerdo su voz como si fuera mi canción favorita. Recuerdo como era su sonrisa y como siempre nos abrazaba antes de ir a dormir.

—Y todo se a ido con el pasar del tiempo. Parece que se quiso llevar a nuestro padre junto con ella.— Ambos se miraron uno al otro.

—Mamá siempre fue la unión de la familia.— Notó los ojos ahogados de la menor y solo pudo envolverla en un abrazo donde terminó rompiéndose pieza por pieza como la primera vez que comenzó con sus ataques después de lo sucedido.

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Hours [Yang Jeongin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora