Dejó su auto estacionado a un lado de la carretera y quitó su cinturón de seguridad para mirar la enorme empresa que portaba el logotipo de DNT. Suspiró para bajar del auto y cerrar la puerta de este. Comenzó a subir las escaleras que daban hacía la empresa. Entró al lugar notando a todo el personal caminando de un lado a otro con rapidéz, al parecer aún no habían terminado con la presentación. El chico que estaba en recepción le sonrió con ánimo ya que la conocía perfectamente y Haneul caminó hacia él.
—Él está ocupado ahora mismo.— Habló el chico al ver la cara de curiosidad de Haneul.
—¿Sabes dónde está?— Preguntó y él de cabellera negra asintió.
—Está en la sala de presentaciones, en el auditorio.— La chica sonrió y le agradeció para comenzar a caminar en busca de la persona que necesitaba.
Había venido varias veces a verlo y sabía donde quedaba cada lugar o en donde podía estar. Trató de calmarse y de no llorar como una sensible niña pequeña. Abrió la puerta del auditorio encontrándose al chico de espaldas a ella mientras miraba la presentación de Yuna. Se mordió su labio al llevar la mirada hacia la chica pelirroja que bailaba en el escenario como toda una Diosa. Se quedó en el lugar viendo aquella hermosa escena en donde ella caía al suelo con un rostro lleno de tristeza. En ese momento se permitió verse reflejada a sí misma al recordar el rostro de aquella mujer que le dió la vida.
Sin más, solo dió zancadas largas hasta que abrazó al chico por la espalda ocultando su rostro en esta. El de cabellos castaños al sentir el abrazo se dió cuenta de quién eran los brazos delgados que le rodeaban. Sintió su espalda ser mojada y supo lo que estaba pasando. Miró a su secretario y este asintió para que decidiera quitar los brazos que lo rodeaban y mirar a su pequeña amiga bañada en lágrimas como cuando eran unos simples niños. Suspiró para tomarla de la mano y salir del auditorio con ella, la llevo hacia su oficina. Cuando cerró la puerta la abrazó con cariño y dejó un beso en su cabeza dejando escuchar los sollozos de Haneul.
Jeongin dejó ver su rostro triste sin saber porque su amiga se encontraba en aquel estado que él no podía soportar. Sentía que su mundo se caía pieza por pieza mientras escuchaba como su amiga lloraba desconsolada.
—Todo está bien Haneul, estoy contigo.— Cuando comenzaron los suspiros uno detrás de otro entendió que su amiga estaba encerrada en su mundo otra vez. Comprendió que tenía un ataque y que eso él no era capas de manejarlo— Estoy contigo, solo respira.— Le dijo apartámdola y tomándola por los hombros— Vamos, tú puedes, solo respira, todo va a estar bien.— Los ojos de la chica conectaron con los de él y la calma estaba apoderándose de su cuerpo al ver aquellos ojos preocupados.
Pudo mirar bien a su amigo notando que si había cambiado mucho, no se había permitido ver el cambio porque ella misma lo veía como el adolescente inmaduro, pero ahí estaba. Su cabello ya no era negro y ahora estaba largo y caía sobre sus ojos, su rostro parecía de una persona adulta y no como la de un niño., era más alto que ella y sus ojos eran un poco más apagados y adornados por ojeras que daban a entender que llevaba días sin dormir. Ya no era el mismo chico, y su corazón lo supo al estar latiendo con rapidéz y ella sabía que no era por el ataque. Sintió nervios recorrer su cuerpo.
—¿Ya te encuentras bien?— Preguntó el chico y ella salió de su mundo.
—¿Ah? Sí...sí.— Respondió y sintió que sus mejillas ardían.
—¿De verdad?— Preguntó el chico preocupado y ella asintió— Te haré una tasa de té ¿ok?— La chica volvió a asentir para secar sus lágrimas que ya habían parado de caer y caminó hacia el sofá de la oficina. Se sentó y miró la espalda de su mejor amigo.
¿Cuánto tiempo había pasado?
Hasta hace poco solo podía ver a un Jeongin inmaduro que no sabía que hacer con su vida, pero de la nada ahora estaba frente a una persona totalmente distinta que la hacía sentirse rara pero atraída.
—Fue tu padre ¿verdad?— Una tasa de té fue colocada frente a ella y la aceptó tomándola entre sus finas manos teniendo miedo de romper la brillante porcelana. Levantó la vista conectando con los ojos oscuros de su amigo que la miraban con preocupación— No tienes que mentirme, si te hizo algo me puedes contar.— Sé sentó al lado de Haneul y la chica decidió darle un sorbo su té.
—Yo...— La puerta fue abierta dejando ver a un preocupado Seung Min el cual estaba agitado por haber corrido hasta ahí.
—Discúlpenme, señor, Yuna se lesionó.— El de cabellos castaños se levantó al instante.
—¿Cómo sucedió?— Preguntó Jeongin preocupado.
—Es por la misma razón de siempre señor.— Jeongin tragó grueso y mordió su labio.
—Voy enseguida, llévala a ver.— El chico asintió para hacer una reverencia y salir. Jeongin llevó su mirada a la rubia y esta dejó la tasa encima de la mesita que se encontraba frente al sofá— Hane...— La chica negó para ponerse en pie.
—No te preocupes, debes de estar ocupado. Hablamos en casa ¿si?— El chico se colocó frente a ella impidiendo que se marchara.
—No te vas a ir así, iré a ver lo de Yuna, pero tú no te vas a ir sola. Mi trabajo está después de ti y no me importa lo que suceda con ello, haré esto y nos iremos ¿Está bien?— La chica alzó su cabeza para poder ver el rostro de su mejor amigo el cual le dedicó una sonrisa— No te voy a dejar ir así sin más.
&Jeongin escuchaba las quejas de la pelinegra que no paraba de quejarse mientras le movían su tobillo lesionado. Jeongin estaba parado a un lado de Seung Min con sus manos en los bolsillos de sus pantalones de vestir mientras la de cabellos rubios estaba a un lado de él con un rostro serio.
—Fue solo un mal movimiento con el tobillo, pero se recuperará pronto.— Habló Hyunjin levantándose y Jeongin suspiró quitando sus manos de los bolsillos de sus pantalones para agacharse a la altura de la pelirroja.
—¿Cuándo fue?— Preguntó Jeongin en un tono serio— ¿Por qué no me lo dijiste?
—Fue en la presentación del mes pasado, pensé que estaba bien y no quería que cancelaras la siguiente función.— El chico rodó sus ojos y suspiró para calmarse.
—Eres tan caprichosa.— Soltó cerrando sus ojos y pasando sus manos por su rostro— Tomáte esta semana, lo menos que quiero es que sigas dañandote.— Yuna miró a la rubia que parecía estática en el lugar y detesto la presencia de la chica como siempre lo había hecho desde que supo su relación de amistad con su jefe.
—Está bien.— Habló volviendo su mirada a su jefe— Pero creo que quiero irme a casa ahora mismo.— Jeongin asintió para ayudar a la chica a levantarse.
—¿Puede caminar?— La pregunta de Seung Min hizo que Hyunjin asintiera— Yo la llevaré a casa, no se preocupe.— El menor asintió para soltar a Yuna y esta comenzó a caminar cojiando un poco por el dolor.
Seung Min la siguió por detrás y la pelinegra le dedicó una mirada a Haneul, la cual aún mantenía su semblante serio. Le pasó por un lado siguiendo su camino limitándose a hacer una escena que dejara ver su molestia hacia la mejor amiga de su jefe.
—No te preocupes demaciado por ella.— La voz del de Hyunjin hizo que la rubia llevara su mirada hacia el más alto— Su tobillo está bien, solo le gusta llamar la atención.
Jeongin suspiró metiendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones— Lo sé, pero no quiero ser un mal jefe, además, una semana le servirá.
Una vez que subieron al auto el chico pudo notar lo callada que se encontraba su amiga. Ella siempre era habladora con él, pero ahí estaba, muda como si fuera una estatua.
—¿Por qué la cara?— Preguntó el chico y la rubia negó.
—No es nada, en casa te hablo de ello.— El chico asintió para poner el auto en marcha y comenzar su camino a casa.
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Hours [Yang Jeongin]
Fanfiction'Este recuerdo de nosotros pasando horas' Los pedasos de un amor roto y quebrado fueron vueltos a construir por la misma persona, pero todo para ella, no fue más que un sueño sumido en pesadillas de un recuerdo de él. ⚠️Lenguaje bulgar, violencia y...