La línea

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Kanu

La salida con Nina si me ayudo a no pensar en lo sucedido, pero aún no lo había asimilado por completo asique lo que empecé a hacer en la escuela fue evitarlo a él y a su novia, sé que nuca fuimos nada, pero aun así necesitaba tiempo porque un enamoramiento no se va de un día al otro.

Como no lo quería ver en la clase lo que hice fue no asistir ese día a la escuela y me fui con Alexis, al llegar con el me sorprendió que de inmediato me agarrara de mi cintura y me jalara hacia el para besarme, pero sus besos eran intensos y con necesidad, ya hacia unas cuantas semanas que no nos veíamos, el me tomo de la mano y me jalo hacia su habitación. Él se sienta en la cama y me mira como si estuviera analizándome.

- ¿Qué estás pensando? – le pregunto

- Estoy pensando que nunca he deseado a nadie como te deseo a ti.

- Yo también te deseo. – le digo con una sonrisa

Nos acercamos lentamente, nuestros labios se encuentran y nos fundimos en un beso apasionado, nuestros cuerpos se entrelazan y nuestros corazones laten al mismo tiempo, su lengua explora mi boca, sus manos recorren mi cuerpo y yo me siento como si estuviera en el cielo. Empiezo a desabrochar su camisa y el me ayuda a quitarla para después el quitarme la playera.

- Eres tan guapo.

- Tú también – le susurro

Después lo miro a los ojos y me percato que el me mira con deseo, eso me siento orgulloso de mi cuerpo, se me acerca lentamente y me recoge en sus brazos.

-por ti cruzaría aún más la línea - me dice en un susurro

-sigamos cruzando la línea -le susurro

Me lleva a la cama aun cargando, me acuesta suavemente mientras él se coloca encima de mí y nos besamos de nuevo, sus manos recorren su cuerpo desnudo y yo hago lo mismo, hasta que el no puedo esperar más, nuestros cuerpos se funden en un ritmo perfecto.

El placer se apodera de nosotros y nos lleva a un mundo de sensaciones indescriptible, hasta que llegamos a los clímax juntos, uniendo nuestros cuerpos y nuestras almas en un momento de éxtasis absoluto. Al termina nos quedamos acostados en la cama, abrazados, recuperando el aliento, nos besamos de nuevo, esta vez con ternura, nos ponemos a platicar de distintas cosas hasta que me dice

- eres como una droga que necesito a cada instante

- tu eres la mía - mentí

-Marco enserio eres mi droga que quisiera consumir para el resto de mi vida

Había olvidado que el me conocía como Marco, pero aun no es tarde para decirle la verdad, cuando estoy a punto de hablar el me interrumpe, para decirme

-Márcame por teléfono cuando quieras o me necesites

-si gracias

Nos levantamos y nos vestimos, nos dirigimos a su sala de estar y me ofrece un helado el cual acepto, el se sirve uno y prende la tele, la miramos unos momentos hasta que veo la hora que ya era tarde, solo tenía media hora para llegar a mi casa, reviso mi celular y miro varios mensajes con llamadas perdidas de Nina, solo le conteste que estaba bien, el me observa preocupado a lo que le digo que no es nada solo que ya es tarde y me tengo que ir, el se para y se dirige hacia su mueble en el cual tenía dulces solo que esta vez en darme gomitas como de costumbre me da galletas, el me acompaña hasta la puerta del edificio con su perro ya que de paso lo iba a sacar a pasear, nos despedimos y solo lo veo yéndose hacia el parque que está enfrente de su casa, bueno al menos había funcionado no había penado hasta ahora a Dilan y sobre todo ya no está teniendo tantos sentimientos hacia a él como antes. 

Malas DesicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora