Perdón

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Nina

El sol de la tarde se reflejaba en las ventanas, estaba terminando de hacer mis maletas para ir a visitar a mi madre por las fechas navideñas, cuando me distraje en mis pensamientos mientras mi mirada se perdiera en el vacío, cuando escuché el timbre, mi corazón dio un vuelco, no esperaba a nadie, y menos a él, habían pasado días desde la última vez que lo vi, desde la última vez que nuestras voces se elevaron en una tormenta de gritos y reproches. La pelea había sido terrible, llena de palabras hirientes que aún resonaban en mi mente, y ahora, aquí estaba yo, sola en el silencio de mi hogar, con el corazón aun palpitando por la herida.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, mezcla de miedo y esperanza. ¿Era él? ¿Había regresado?, de repente, un golpe seco en la puerta me hizo saltar, me fui acercando a la puerta con cautela, sin saber qué esperar. Al abrirla, lo encontré allí, de pie, con el rostro demacrado y la mirada llena de arrepentimiento, sus ojos llenos de una tristeza que me conmovió. Su mirada se encontró con la mía y, en ese instante, supe que él también estaba sufriendo. me percate que traía consigo un ramo de mis flores favoritas peonias,

-Hola, puedo... ¿puedo pasar? - murmuró con voz apenas audible - he venido a hablar contigo... quiero pedirte perdón.

No respondí un nudo se formó en mi garganta, las palabras que él pronunciaba eran las que yo tanto había deseado escuchar, solo me hice a un lado para dejarlo entrar, el silencio era ensordecedor, la casa se sentía vacía y fría.

- ¿Quieres sentarte? - pregunté finalmente, señalando el sofá.

Él asintió en silencio y se sentó con rigidez, nos sentamos en el sofá, uno frente al otro, el silencio era incómodo, pero necesario.

-He venido a pedirte perdón - dijo, mirándome a los ojos con una intensidad que me hizo temblar - sé que cometí un error, un error terrible y no hay excusas para mi comportamiento, sé que no debí haber dicho esas cosas, no debí haberme enfadado contigo de esa manera

Hizo una pausa, como buscando las palabras adecuadas.

-Te quiero - continuó, su voz llena de emoción. - eres lo más importante en mi vida y no quiero perderte, te pido que me perdones, por favor

Las lágrimas amenazaban con caer por mis mejillas, a pesar del dolor que me había causado, aún lo amaba, su arrepentimiento era evidente y una parte de mí anhelaba creer que las cosas podían cambiar, no aguante más y las lágrimas brotaron de mis ojos sin poder evitarlo, cada una de sus palabras me habían tocado profundamente, y en ese momento comprendí que yo también lo amaba, a pesar de todo.

-No es fácil perdonar - dije con voz temblorosa - pero estoy dispuesta a intentarlo. Si tú también estás dispuesto a cambiar, creo que podemos arreglar las cosas.

Él me miró con una sonrisa llena de esperanza.

-Lo haré - dijo con convicción - te prometo que nunca más te volveré a lastimar.

Lo miré a los ojos y le sonreí tímidamente. Él me correspondió con una sonrisa radiante Nos acercamos y nos fundimos en un abrazo, un abrazo que expresaba más que las palabras. En ese instante, supe que habíamos comenzado a sanar las heridas, y que nuestra historia aún tenía mucho por escribir.

Posteriormente me invito a salir esa misma tarde, a lo que me tuve que negar y le explique que me iba a visitar a mi madre, él lo entendió, pero le pedí que me acompañara a la central de autobuses ya que mi tía y mi padre no podían, debido a que estaban trabajando, y mi hermano se iba a ir días después, así que el accedió.

El camino fueron risas ydiversión, ya que pasamos a comer un helado y luego nos perdimos, porqueestábamos caminando del lado incorrecto, pero llegue a justo a tiempo a miautobús, antes de que me subiera nos abrazamos, después el me tomo de las manosy con un beso nos despedimos, me daba gusto que no había sido tarde y quehubiéramos podido arreglar la relación.

Malas DesicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora