En los confines del mismísimo infierno. Alastor enfrentaría lo que es la "maternidad", por primera vez, junto al rey del infierno, Lucifer, su futuro esposo. Y aunque un embarazo es una linda etapa, en el infierno nada es color de rosa...
¿Que podr...
El escurridizo y risueño ángel se paseaba por los jardines divinos. Nuevamente había escapado de las reuniones a las que su padre le obligaba a ir. Eran muy aburridas. Era muchísimo mejor pasear por aquellos jardines, estaban repletos de animalitos adorables, en especial sus favoritos, los patos.
El ángel caminaba mientras miraba a los pájaros cantar desde la copa de los árboles, no supo cómo ni por qué, pero ante su distracción tropezó y se vio rodando torpemente cuesta abajo... Rodó hasta llegar al pie de la colina, quedando completamente lleno de tierra...
–Tonta colina, tontos pájaros... –susurró Lucifer, mientras se ponía de pie y sacudía su ropa, logró escuchar una suave risa no muy lejana, al ver de donde venía, vió a una chica rubia escondiéndose tras los arbustos... ¿Sería ella la nueva creación de la que tanto su padre hablaba?. El ángel se acercó y logró verla, era hermosa, tenía un largo y sedoso cabello rubio, unos hipnotizantes ojos color verde, su rostro inspiraba pureza y bondad... Era magnífica... A penas reaccionó iba a hablarle, pero la chica había salido corriendo... Lucifer solo quedó con un furioso sonrojo en su rostro–
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Las puertas celestiales se abrieron frente a él, mientras dos serafínes lo llevaban por la fuerza, fue arrojado frente a Dios, creador del universo y máxima autoridad del cielo, quien miró decepcionado a Lucifer, aquel ángel en quien había puesto toda su confianza y aún así lo había desobedecido, el más cercano a él de sus 8 hijos...
–Lucifer Morningstar... –habló con firmeza el creador, Lucifer se tensó y comenzó a temblar ligeramente– Haz cometido la mayor desobediencia que se te haya podido permitir hasta ahora. Haz causado caos, tus acciones provocaron que los humanos conozcan la maldad y cometan pecados... –
–Padre... Juro que no fue mi intención... –Lucifer había empezado a sollozar, intentó levantarse del suelo, pero soltó un quejido al sentir como dos lanzas atravesaban sus alas, habían sido sus hermanos Azrael y Gabriel. Los ojos de Dios mostraban tristeza al ver a su hijo menor así, pero sus acciones habían traído desgracia al mundo humano, no podía perdonar semejante acción–
