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En el enorme salón resonaba una tranquila melodía, varios bailaban, otros bebían y muchos mantenían conversaciones triviales.

Lucifer se mantenía junto a Stolas, conversando con Asmodeus, Belphegor y Beelzebub.

El personal del Hotel estaban muy ajetreados, atendiendo a cada invitado, limpiando por aquí y por allá, sirviendo tragos, supervisando cada detalle.

Por su parte Alastor bebía una copa de vino de exelente calidad junto a algunos Overlords que fueron invitados a la boda.

– Alastor, te ves increíble –comentó Velvette, encantada, mirando de arriba hacia abajo el perfecto traje del ahora rey consorte–

– Si lo dice una gran diseñadora de moda como tú, reconozco que me siento halagado –dijo con una suave risa–

– Por cierto, lamento la interrupción de ese culo cuadrado. Ya sabes, aún no te supera.

– Tranquila querida, todo bien. Nada podría arruinar un día tan magnífico. Ni siquiera Vox.

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La niña se mantenía de rodillas en el suelo, observando unas mariposas en el jardín creado por Lucifer fuera del enorme salón de bodas.

La princesa trató de agarrar una, no teniendo éxito se levantó del suelo y comenzó a perseguir al maravilloso insecto. El demonio televisivo la siguió. Esperando el momento ideal para poder capturar a la primera hija de Alastor.

Sin duda tendría al demonio a su merced mientras tenga a esa niña en su poder.

Arlen se desvío un poco, ya que la mariposa no voló precisamente cerca, si no que se dirigió hacia el interior del hotel. La princesa se detuvo en seco al ver un brazo mecánico frente a ella, atrapandola firmemente de la cintura, mientras que otro brazo metálico pulverizaba la mariposita.

– ¡S-suéltame! ¡Papá! ¡¿Charlie!? –los labios de la niña fueron tapados por la mano del mayor, la princesa quería llorar... Pero su papá Alastor le había enseñado a ser fuerte... –

Arlen cerró sus ojos con fuerza mientras aquel el demonio de cabeza cuadrada se movía por el hotel, buscando un escondite, sin éxito al no haber aparatos electrónicos modernos.

– Vaya mierda de hotel. Como se nota que ese maldito anticuado es el gerente –rió socarronamente– Tienes padres verdaderamente patéticos, pequeña mocosa.

La niña respiró profundamente, furiosa, sus ojos se tornaron de un color negro profundo y con un movimiento involuntario, Vox quedó estampado contra la pared, mientras ella cayó con delicadeza en el suelo sobre la punta de sus pies.

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Hubo un momento en que las conversaciones de ambos soberanos se tornaron incómodas por parte de los mismos. Alastor y Lucifer lograron huir por un momento de sus respectivos grupos de amigos, encontrándose en medio del salón y dirigiéndose a una zona con menos ruido.

– ¿Sientes eso? –murmuró nervioso el pelirrojo, Lucifer asintió lentamente–

– Llevo minutos sintiendo esa rara sensación de cuando algo malo pasa...

Las sensibles orejas de Alastor escucharon un estruendo algo lejano y la voz de una niña. Más algunos sonidos metálicos. Su corazón casi se detiene un momento debido al pánico que comenzó a sentir al darse cuenta...

– ¡Arlen está en peligro, Lucifer!

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Arlen no sabía controlar bien su poder, soltaba uno que otro ataque temeroso, en varias ocasiones logrando golpear a Vox. En un pequeño descuido, la niña fue fuertemente golpeada por uno de los brazos metálicos del demonio, siendo estampada contra un mueble, haciéndolo pedazos.

What will be our destiny? - AppleRadioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora