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El ángel abrió con dificultad su ojo y lentamente se sentó en la cama, sintiendo como si miles de lanzas se incrustaran en su cuerpo. A pesar del silencio del hotel, sentía fuertes pitidos retumbando en sus oídos. Se sentía sumamente débil y cansado, cosa que raramente ocurría.

¿Qué le había pasado?. Lo último que recordaba era que Adam y los exterminadores habían llegado con dos meses de antelación y salieron a pelear. Era completamente imposible que los exterminadores le hicieran algún tipo de daño con sus armas. ¿Entonces por qué estaba tan herido?

El ángel se mantuvo serio y pensativo, no tenía las fuerzas suficientes para moverse de aquella cama, tenía un horrendo dolor de cabeza y bastante dificultad para respirar. ¿Quién había logrado lastimarlo tanto hasta llegar a ese punto?.

Algunos minutos pasaron en total soledad para Lucifer, hasta que sintió la puerta de la habitación ser abierta y a Alastor entrando por ella.

Alastor había salido de la habitación dónde estaba Lucifer para resolver unos asuntos con Charlie, quien por fin lo había convencido de salir de aquel cuarto

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Alastor había salido de la habitación dónde estaba Lucifer para resolver unos asuntos con Charlie, quien por fin lo había convencido de salir de aquel cuarto. Hacía poco menos de un mes que Lucifer había sido atacado, Alastor lo había notado moviéndose en su inconsciencia en repetidas ocasiones, pensó que eso era señal de que iba a despertar pronto, sin embargo no fue así.

Luego de resolver algunos asuntos junto a la princesa en el barrio caníbal, volvió a la habitación dónde se mantenía inconsciente Lucifer, nunca se imaginó encontrarlo despierto...

El ángel sonrió al ver a Alastor entrando a la habitación, el demonio caminó hacia la cama y se sentó junto a Lucifer, asimilando si aquella imagen era real

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El ángel sonrió al ver a Alastor entrando a la habitación, el demonio caminó hacia la cama y se sentó junto a Lucifer, asimilando si aquella imagen era real... Efectivamente, su Lucifer estaba ahí, despierto, observandolo con esa tonta sonrisa que había logrado que se enamorara de él.

Los ojos del pelirrojo se llenaron de lágrimas mientras acariciaba la mejilla lastimada de Lucifer...

– No llores, corazón... Aquí estoy. –dijo el ángel, mientras abría sus brazos para que Alastor se acurrucara en ellos, y así fue, el demonio lo abrazó con delicadeza por sus heridas aún no cicatrizadas, mientras rompía en llanto– ¿Pensaste que te librarías de mi tan fácil? No, Al, voy a seguir a tu lado un largo rato –susurró entre risas el ángel, Alastor lo miró molesto–

What will be our destiny? - AppleRadioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora