Storm's sea [Pausada]

CAPÍTULO 8

LOU POV

-¿Lou? Bien, quería hablar contigo sobre unos asuntos.

-¿Doctora? ¿pasa algo? ¿Ha encontrado algo sospechoso? Voy ahora mismo a la consulta.

-Nononono -Dijo con un tono acelerado - Solo quería charlar contigo sobre unas cosas, no es nada grave descuida. Pero.. -Bajó el tono- mejor no vengas a la consulta, te recojo yo, tu dirección esta en el parte de información. Dame 20 minutos.

-Esta bien.. hasta ahora.

Qué extraño. Me dispuse a vestirme pero ¿qué se supone que me tenía que poner para ir con una doctora? Bah, unos vaqueros cortos, una camiseta básica negra y mis converse blancas. Cogí el bolso metiendo el dinero, llaves y móvil y al escuchar el bocinazo salí corriendo por la puerta.

Condujo durante unos diez minutos sin decir nada, apenas me saludo con una voz casi inaudible. Parecía estar pensado como empezar la conversación. Paró delante de una cafetería con vistas a un parque y bajó haciéndome un gesto con la cabeza para que bajara con ella.

Me estaba hartando un poco de que no me dirigiera la palabra ¿no me había llamado para hablar?

-¿Y bien? ¿Qué era lo que me quería contar, doctora?

-Llámeme Clara, y tratame de tú, fuera de consulta soy una mujer normal.

-Esta bien, Clara, ¿qué me querías contar?

Me cogió del brazo, y me guió a una mesa de la terraza, pidió y se acercó a mi, como si fuera a contarme un secreto.

-Sé lo que te está pasando. Y sé que es duro controlarlo.

-¿A qué te refieres?

-A tus.. ya sabes.. cambios.

¿Acaso sabía lo de mi electricidad?

-¿Qué cambios? No sé que me quieres decir.

Se quedó callada. Me repasó con la mirada varias veces, intentando encontrar algo que demostrara que mentía. Abrió y cerró la boca varias veces eligiendo sus palabras.

-Tus cambios.. ya sabes, no logras recordar muchas cosas, me he enterado de que lo has dejado con tu novio, mm ¿Wesley Shonne?

-Si.. ¿cómo sabes su nombre?

-Ah, no sé, lo habré escuchado por la consulta.

Estuvimos hablando hasta las 5, una hora de conversaciones llenas de tensión e incertidumbre. No me contó nada sobre los asuntos que tenía que decirme, y cada vez que sacaba el tema parecía eludirlo. Antes de bajar del coche ya en la puerta de mi casa me dedico una sonrisa.

-Ah, y Louis, no te acerques mucho a ese chico que te vino a recoger el otro día. Zack. No me gusta esa compañía para ti.

-¿Perdo.. -Pero no me dió tiempo a contestarle ni preguntarle nada más, arrancó el coche y se marchó.

¿Qué coño le pasa a esa mujer? ¿Y CÓMO SABE SUS NOMBRES?

Dije entrando por la puerta y subiendo a mi habitación. Al entrar en ella me pareció que todo estaba ordenado como siempre, pero había algo raro. En el ambiente noté algo extraño, algo que no me gustaba y me causaba inseguridad. Giré sobre mis talones observando detenidamente toda la habitación. La ventana estaba ligeramente abierta y hacía que las cortinas se movieran al compás de la brisa. Encima del escritorio había restos de arena y con ella un collar.

Me acerqué y lo observé, no era mío, eso estaba claro. Pero entonces ¿de quién? ¿Y qué hacía en mi escritorio? Lo puse a la luz y era bastante bonito. Debía de haber estado en el mar ya que tenía restos de agua seca y sal. Tenía forma de gota, con remates plata igual que la cadena, esa gota contenía agua, pero tenía un tono azul precioso. Me pareció ver destellos de luz dentro de la gota, pero sería la luz.

Lo guardé en una cajita encima del escritorio. Más tarde preguntaría a mis padres si me lo habían regalado ellos.

Puse música para pasar el rato y me tumbé en la cama mirando el techo y pensando en lo que se había convertido mi vida. Había sufrido un derrame cerebral a los 16 años de vida, tenía desmayos constantemente y no hablemos de mi extraña relación con la electricidad y el agua. Nada más tocar el agua saltan chispas alrededor de mi cuerpo y siento el hormigueo recorrerme de pies a cabeza. Y mi sentido emocional influye en su potencia. El día de la playa, Zack me tiró al agua y poco después, al ver el beso, me enfadé tanto que esas chispas se conviertieron en mucho más, tanto que hasta Ron se dio cuenta. Quitando mi estado de salud y electricidad, mi relación con Wes había terminado y aunque me cueste reconocerlo.. hay veces en que lo echo de menos.. sus abrazos...sus besos..hasta su olor a agua marina, ya que se pasaba el día surfeando.

Genial, parezco una paranoica.

Decidí bajar a por algo de beber. Miraba los refrescos y bebidas con la nevera abierta y ninguno me llamaba la atención. Cogí un vaso, abrí el grifo y eché agua. Giré hacia la puerta.

Me quedé boquiabierta y se me cayó el vaso de la mano, rompiendose en mil pedazos y salpicando el agua hacia todas direcciones, incluida a mi. Wesley estaba apoyado en el marco de la puerta, mirándome con ojos melosos, su postura era relajada pero él no inspiraba confianza.

-¿QUÉ HACES AQUÍ? ¿ACASO ME QUIERES MATAR DE UN SUSTO? FUERA DE MI CASA, TE DIJE QUE NO QUERÍA VOLVER A VERTE WES.

-Oh, Loui, Loui, no grites tanto..

Dió un paso hacía mi. Estaba borracho, se notaba en su fuerte olor y en la forma en la que arrastraba las palabras.

-.. ¿acaso no te alegras de ver a tu noviecito?

-No eres mi novio. Solo eres un hombre asqueroso.

Retrocedí.

-Loui.. no me hables así, venía a decirte que habíamos vuelto, y que tú, cariño, te portarás bien si no quieres..

-NI PENSARLO, ¿TE QUEDA CLARO? Y AHORA FUERA. DE. MI. CASA.

Recalqué las palabras mientras iba empujandole hacía la puerta de salida. Dio un puñetazo a una pared y juraría que había dejado la marca de sus nudillos ahí.

-LOUIS TÚ NO LO ENTIENDES, SOLAMENTE ERES UNA GUARRA MÁS, Y QUE SEPAS QUE ERES MÍA, solamente mía cielo -suavizó la voz- y de nadie más ¿entendido?

A la luz se apreciaba un cardenal en su ojo izquierdo. Estaba realmente alterado. Y corrí atravesando el salón, encerrándome en el baño. El corría detrás mía. Estaba dando patadas a la puerta y parecía que en cualquier momento se caería, dejándome al descubierto.

No podía hacer nada, mi móvil estaba arriba. Wesley tumbó la puerta y entró en el baño.