-En un mundo donde las emociones y los secretos se entrelazan, Draco, consumido por un oscuro poder, hiere profundamente a su amado Harry.
-Sumido en la confusión, Harry busca consuelo en otro lugar, sin conocer el verdadero motivo detrás de las ac...
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Capítulo 16.
No sé por qué, pero cuando vi al joven Draco acercarse a la casa del joven Harry, no pude evitar intervenir.
—Joven Draco, joven Draco. Dije acercándome más a él apresuradamente, tenía que evitar que entrara a la casa.
—¿Tú qué haces aquí? Su mirada fría e inexpresiva, igual que la de su padre, me dejaba helado.
—Su madre me mandó a darle algo, dije sacando una carta de mi bolsillo, y dándosela en la mano.
Noté su mirada desconfiada; aun así tomó la carta. Menos mal que tenía algo preparado, en caso de que pasara algo como esto.
La carta la había escrito yo mismo, copiándome de otras cartas que había encontrado en la habitación del joven Draco.El sonido del papel rompiéndose me sorprendió un poco, no pensé que la leería aquí.
Sé que tienes dudas, pero no tienes que ir tan lejos a buscar respuestas, estas están más cerca de lo que crees.
Recuerdas aquel lugar donde te escondías de niño, donde pasabas horas encerrado, soñando despierto. Hay en ese lugar especial, están tus respuestas. Con amor, mamá.
Lo vi arrugar el papel en sus manos; por medio de esa carta era mi única forma de ayudar, ya que de manera directa no podía.
—La biblioteca. Susurró mientras se daba la vuelta y se olvidaba de la idea de entrar a la casa del joven Harry.
—Uff menos mal pude evitarlo. Sequé el sudor de mi frente mientras me recostaba de una pared cercana, los gritos que apenas se echaban del joven Harry habían cesado.
Ahora tenía que seguir al joven Draco y asegurarme que encontrara el libro, pero sin romper ninguna de las reglas que me dio el señor Malfoy.
Lo miré desde lejos, parado frente a la puerta de la vieja biblioteca, dudosos de sí entrar o no. Suspiré aliviado cuando lo vi entrar. Me escabullí detrás de él, observando cómo pasaba sus manos sobre los libros sucios y polvorientos.
Había una nostalgia vaga en sus ojos verdes.
Mi corazón retumbaba en mis oídos, mis manos temblaban, no sabía lo que me encontraría, pero necesitaba respuestas. Hacía ya muchos años que no entraba a esa biblioteca. Necesitaba saber lo que me estaba pasando, necesitaba que todo fuera como antes, con Harry.
El olor a polvo golpeó mi cara. Nadie se molestaba en limpiar ese lugar, ya que mi madre, a sí, lo había ordenado, como si quisiera que los momentos que pasamos allí, se quedarán intactos en el polvo.
Miré los libros viejos pasando mis manos sobre el ellos sin importarme el polvo, hasta que algo me distrajo. Algo se había caído, miré, miré todas las direcciones, pero no vi nada.
Decidí empezar con mi búsqueda de respuestas. Hasta que otro ruido me distrajo, justo detrás de mí había un libro en el suelo. Sus letras doradas me llamaron la tensión.
El aire se sentía pesado, y la marca en mi brazo empezó a palpitar. Algo estaba mal, podía sentirlo. Y tenía que ver con ese libro.
