Cassandra Grey, melliza de Meredith Grey recien llegada a su primer año como interna del hospital Seattle Grace junto a su hermana.
Siendo mellizas no pueden ser más diferentes.
"Así que Mer es medusa y yo soy, ¿quién? ¿Afrodita?"
"Eres algo egocént...
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Semanas después de la llegada de James ya habían "vuelto" o algo así. Todos habían notado como el brillo de Cassandra había desaparecido por completo pero ella juraba estar más feliz que nunca.
Hermosa, ¿qué te dije de no despedirte cuando te vayas?-cuestiono el hombre de barba desde la cama de la rubia. Lo que Cassandra normalmente habría contestado era algo como: "vete al diablo" o algo así pero lo que contestó esta vez fue:
Lo siento cariño-se acercó adormilada a darle un pequeño pico a pesar de ir tarde a sus rondas-te dejé tu desayuno en la cocina, tostadas con tocino y huevo. También hay leche chocolatada en el refrigerador-le sonrió expectante de su reacción pero de verdad no esperaba la furia que vendría en su contra.
De un momento a otro James la tenía agarrada del cuello con fuerza sin dejarla soltarse.
Bien sabes que soy intolerante a la lactosa imbecil, ¿acaso quieres envenenarme?-ella golpeaba su brazo para que reaccionara a él hecho de que se estaba ahogando-ya vete de aquí-Cassandra con los ojos cristalizados salió de su habitación para disimuladamente cambiarse la blusa que tenía por una cuello de tortuga negra. Sabía que eso dejaría marca.
Encima de esta se puso un cardigan blanco, una falda negra, medias transparentes del mismo color, sus amadas botas de cuero negras, un pequeño moño y su bolso.
Salió de la casa disimuladamente mientras fumaba su cigarrillo matutino que desde que había llegado James se había convertido en cajetilla matutina. La ayudaba a no enterrarle un vidrio en la cabeza.
Nunca había entendido el poder que James Mayer tenía sobre ella, se conocieron cuando la rubia tenía diecinueve y el veintinueve, terminaron cuando ella cumplió veintiuno y la enviaron a rehabilitación por seis meses. James era adicto a cada tipo de droga que alguien se pudiera imaginar y le gustaba arrastrarla a lo mismo, empezó con pequeñas píldoras, después con cocaína, después con heroína y después estaba Cassandra Grey arruinando su futuro.
Y justo eso mismo había hecho esa vez.
Cassandra inhalaba una línea cada día antes de ir al hospital, se tomaba una píldora para relajarse y se iba.
Flashback:
Linda, ven aquí-la llamo mientras caminaban por un parque en Seattle-¿quieres una línea?-le mostró una pequeña bolsa ziploc de polvo blanco dejándola en shock.
Eh, James, ya no hago eso desde hace tiempo-le respondió con algo de pena para no hacerlo enojar.
Vamos hermosa, no quieres dejarme haciéndolo solo-siempre que le hablaba con esa voz para convencerla ella caía como una idiota.
