¿Área? ¿Laberinto? ¿Penitentes? ¿Larcho? ¿Calzones de corredor?
La llegada de Chuck es un golpe bajo para los habitantes del área, sí eran capaces de mandar a un niño de 12 años a un lugar tan horrible como en el que estaba encerrados no querían sab...
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El silencio acaparaba toda la atención del panorama, mientras era cortado violentamente por el viento abrasador que jugueteaba en el espacio.
Un sonido inoportuno cubría poco a poco, reemplazando el pacífico silencio.
Un motor ardiendo, el combustible quemando y la velocidad aumentando.
-- ya vienen -- informó una chica con el cabello largo hasta los hombros.
-- bien, esperen la señal, Brenda -- se escuchó otra voz a través del comunicador en su mano.
-- claro --
A su vista, se dejó ver ese maldito tren que llevaban siguiendo por meses. Recorría las vías a toda velocidad ignorando la camioneta que estaba en una colina elevada.
Demasiado lejos como para que solo se viera una sombra, pasando fácilmente por una gran roca.
Demasiado lejos para verla, solo si le ponían la mayor atención.
-- cuando quieran -- dijo Vince por la radio, al haber esperado más tiempo del que su paciencia le permitía.
-- vamos -- ordenó Jorge comenzando a colocar los protectores de las ventanas.
-- ¿Estás listo? -- le preguntó Brenda al observar cómo el tren se acercaba al punto indicado.
-- yo nací listo, cariño -- contestó el moreno, pisando el acelerador a fondo.
( . . . )
Más alejado aprovechando la distracción de Brenda y Jorge. Un auto más se acercaba por el lado contrario.
Aumentó su velocidad y alcanzó las vías tambaleándose de un lado a otro por el impacto del metal. Seguía los rieles con algo de dificultad al chocar contra los rines de las llantas.
Dos figuras se vieron a simple vista en el espacio de ese auto. Una se fue elevando poco a poco hasta posar sus zapatos en la puerta del coche un poco indeciso y nervioso, jamás debió de haber visto hacia abajo.
-- ¡Acércate! -- Thomas, ya en el capó, sostenía un gancho de entre la defensa del auto.
-- ¡Vas tú, linda! -- avisó el hombre.
De sus espaldas, en los asientos de atrás, se levantó una chica. Tomó el rifle y lo colocó en la espalda, asegurandose que no se cayera.
Se sostuvo se uno de los tubos que formaban la estructura del vehículo y fue ayudada por el castaño a subir.
-- ¡Más rápido! --
El auto llegó tan cerca como pudo y el castaño logró engancharlo.
Así sosteniendo y jalando la camioneta que llevaban.
