CAPÍTULO 23

492 25 58
                                    

NICKI

El Gran Premio de España está a la vuelta de la esquina y he decidido venir unos días antes para descansar y disfrutar del sol y la playa antes del ajetreo del fin de semana. Sin embargo, no vine sola, Logan también está junto a mí en el avión que nos lleva de Canadá a España.

Nos acomodamos en nuestros asientos, y el avión despega, elevándose por encima de la costa canadiense y poniéndose en ruta hacia España. A medida que el vuelo avanza, miro por la ventana, disfrutando de la vista de las nubes y el vasto océano abajo. Pero no puedo evitar sentir la presencia de Logan a mi lado, como una constante que no puedo ignorar. Intento concentrarme en un libro, pero mis pensamientos vuelven una y otra vez a Logan. Su risa, su mirada, incluso la manera en que pronuncia mi nombre... todo me desconcentra. Cierro el libro con frustración, miro disimuladamente a Logan y él está concentrado mirando una película de boxeo en la pantalla del asiento. Giro mi rostro y comienzo a contemplar el paisaje. Mi mente viaja una y otra vez a los besos que hemos compartido, su sonrisa, sus ojos, pero sobre todo sus labios.

—¿En qué piensas? —pregunta Logan, su voz grave resonando en mi oído.

Alejo mi mirada de la ventanilla y encuentro sus ojos grisáceos observándome con curiosidad. —¿Sabías que la posición de seguridad que nos enseñan en los aviones realmente no ayuda a sobrevivir? De hecho, se cree que está diseñada para causar la muerte instantánea y reducir las indemnizaciones.

Frunce el ceño, desconcertado. —¿Qué?

—Sí. Nos dicen que inclinemos la cabeza hacia abajo y coloquemos las manos sobre la cabeza. Eso, en un impacto, rompe el cuello de inmediato.

Logan se queda en silencio, procesando lo que acabo de decir. Finalmente, suelta una risa incrédula. —¿Y por qué piensas en eso ahora?

—Es que las alturas me ponen nerviosa. —Miento.

Me encanta volar en avión, pero su cercanía y todo él me pone muy nerviosa, aunque intento ocultarlo y no demostrarlos. 

—Bueno, si necesitas distraerte, puedo ayudarte —dice, inclinándose un poco más cerca.

—¿Ah, sí? ¿Cómo?

—Hay muchas maneras. —Sus dedos juguetean con un mechón de mi cabello, su toque es suave pero electrizante.

—¿Cómo cuáles? —pregunto, sintiendo cómo mi pulso se acelera.

—Podemos hablar... o hacer algo más interesante. —Su voz se vuelve más baja, casi un susurro—. Por ejemplo, podría besarte hasta que olvides que estamos en un avión.

Siento que mis mejillas se sonrojan y mi respiración se acelera.

—¿Y si alguien nos ve?

¿De verdad lo estoy considerando?

Logan suelta una risa suave.

—Podríamos ser discretos. —Su mano roza mi mejilla, provocando un escalofrío que recorre mi cuerpo.

—No vamos a tener sexo en el baño de un avión, Logan.

—¿Quién habló de sexo? —susurra, su aliento cálido rozando mi oído.

Siento un escalofrío recorrerme de pies a cabeza. Mi corazón late con fuerza y me humedezco los labios, nerviosa.

—¿A qué te refieres?

—Digamos que he oído que los orgasmos en los aviones son intensos. —Sonríe de una manera que hace que mi pulso se acelere aún más.

Muerdo mi labio inferior, intentando mantener la compostura.

Curvas Peligrosas [+18]  [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora