NICKI
Nuestros pasos resuenan en el aire de la tarde, acompañados por el murmullo distante de la ciudad. Logan camina a mi lado, su energía es palpable y contagiosa mientras exploramos la zona. La brisa fresca acaricia mi rostro, y el sol de la tarde ilumina su rostro, resaltando los ángulos definidos de su mandíbula y la ligera curva de sus labios.
—Según el mapa, hay un acuario muy cerca de aquí —murmura Logan, su voz cálida y ligeramente emocionada mientras seguimos nuestro camino.
—Suena genial. Nunca he estado en un acuario antes —confieso, girándome para mirarlo.
Logan me devuelve una sonrisa, sus ojos brillando con complicidad y alegría.
—Entonces será una aventura para ambos. Yo tampoco nunca he ido a un acuario —responde, su tono lleno de optimismo contagioso.
Continuamos nuestro camino por las bulliciosas calles de la ciudad, perdidos en nuestra propia burbuja de conversación y risas. A medida que nos acercamos al acuario, el aire se llena con el sonido del agua que salpica y el murmullo de la gente que pasea por los alrededores. El acuario se alza majestuoso frente a nosotros, y mis ojos se iluminan al ver el imponente edificio de cristal que se alza frente a nosotros. Parece un mundo de fantasía, lleno de colores vibrantes y criaturas marinas fascinantes que nadan perezosamente en sus tanques.
Entramos al acuario y nos sumergimos en un mundo de maravillas submarinas. Los colores vibrantes de los peces tropicales y las criaturas exóticas danzan ante nuestros ojos, hipnotizándonos con su belleza. El olor salado del agua de mar y el sonido constante del burbujeo crean una atmósfera mágica y relajante.
Logan señala emocionado cada especie que avistamos.
—Mira, se parece a ti —exclama, señalando un pez de colores vibrantes que se desliza con gracia entre las algas.
Sonrío ante su comentario, sintiendo cómo mi corazón se acelera ligeramente ante su ocurrencia. Observo al pez que señala, y no puedo evitar soltar una risa ante la comparación.
—¿En serio? ¿Crees que me parezco a un pez? —pregunto entre risas, mis ojos buscando los suyos con complicidad.
Logan asiente con una sonrisa traviesa, y sus dedos se acercan a mis mejillas formando una boca de pez, simulando la expresión del animal. La calidez de su tacto envía un escalofrío de placer por mi espalda.
—Sí, ahora son como dos gotas de agua —responde, sus palabras llenas de picardía mientras juega con mis facciones.
Nuestras risas llenan el espacio entre nosotros, creando un momento de ligereza y complicidad que parece detener el tiempo. Observo cómo sus ojos brillan con alegría, reflejando la luz de los acuarios que destellan a nuestro alrededor. La forma en que sus labios se curvan en una sonrisa traviesa solo agrega encanto a su rostro, y por un instante, me siento completamente cautivada por su presencia. Mis dedos cosquillean con la tentación de devolverle el gesto, de tocar suavemente su mejilla en un juego juguetón, pero me contengo, consciente de que estamos en un lugar público.
La atmósfera cambia ligeramente cuando Logan, notando mi indecisión, toma mi mano y me acerca a su cuerpo, rodeándome con sus brazos por la cintura.
—Logan... Estamos en un lugar público. —intento apartarme, pero endurece su agarre.
—¿Y?
—Que te pueden reconocer, o sacar una foto y todos se enteran.
—No me importa —dice, dando por terminada la conversación mientras se inclina para besarme con ternura.
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Curvas Peligrosas [+18] [Finalizada]
RomansaNicki y Logan se consideran mutuamente las personas más insoportables. Sin embargo, su relación da un giro radical cuando comienzan a trabajar juntos en un proyecto que los obliga a pasar una gran cantidad de tiempo en estrecha colaboración. A medid...