Aneeka
Una nube negra cayo sobre el semblante de mi madre cuando Rata y yo anunciamos nuestro regreso a Windguard a la mañana siguiente, pero fue la pena en la mirada de Sylvie lo que realmente me rompió el corazón.
Volver a casa después de estar lejos tanto tiempo, después de haber vivido tantas cosas, me había hecho ver a Willowbent y la granja familiar desde otra perspectiva. Toda mi vida sentí que no pertenecía allí, como si hubiese algo más grande esperando por mi en otro lugar. Pensé que se trataba de la vida llena de aventuras que Fergus me prometió en aquel entonces, pero ninguna de esas "aventuras" me había hecho tan feliz como aquellos días tranquilos al lado de Rata. Entonces entendí que no era la aventura lo que me llamaba desde otro lugar, sino él.
Aunque esta vez sabia que regresaría pronto, despedirme no fue menos doloroso que la primera vez. Así que esa noche decidí quedarme en mi habitación y colarme en la cama de Sylvie, como lo hacia en los viejos tiempos cuando tenia alguna pesadilla, para llorar abrazadas casi toda la noche hasta que finalmente el sueño nos venció.
Cuando llego la mañana y fue el momento de despedirme de madre, la misma amargura me presionaba el pecho. Sin embargo, encontré consuelo en el hecho de que nuestra despedida se daba en términos mucho mejores que la vez anterior, cuando me escabullí como un ladrón en medio de la noche.
—Al menos esta vez puedo quedarme con la tranquilidad de que has escogido un mejor compañero —dijo madre.
Abrí mi boca para negarlo todo, pero ella no me dio tiempo de enunciar palabra alguna.
—¿crees que no lo noté? Sus miradas, las sonrisas de complicidad... además podía escucharlos. Todas las noches.
El color se me subió a las mejillas. Estaba segura de que habíamos sido sigilosos y discretos, pero ahora me sentía absolutamente mortificada de saber que madre lo había sabido todo ese tiempo.
—¿Por qué no dijiste nada?
—Porque se que su amor es verdadero. Lo supe desde la primera noche que llegaron; pude verlo en tus ojos cuando nos presentaste a Eldrick. En la manera en cómo él te defendió y respetó tu decisión de acoger al chiquillo. Supe entonces que era alguien que te cuidaría, te animaría y fomentaría lo mejor de ti misma. Y cuando lo vi lanzarse a aprender los pormenores de la vida en la granja, supe que a él también le pasaba lo mismo. Pero no entendía por qué se esforzaban tanto en mirar hacia otro lado.
—Yo tome una decisión cuando me marche de aquí. Renuncie a mi vida entera porque estaba segura de que estaba enamorada de Fergus. No quería admitir que todo había sido en vano. Y Fergus quiere tanto a Eldrick... no quería quitarle también a su mejor amigo.
Madre se acercó a mí, tomando mi rostro entre sus manos.
—Mi niña, los hombres como Fergus solo aman de verdad una cosa: a si mismos. Confunden el amor con la posesión. ¿quieres saber porque nunca me agrado? Porque me di cuenta de que él no te veía como una persona. Siempre te veía como un objeto, algo que estaba muy por debajo de si mismo. No, mi amor, el error habría sido que dejaras ir tu felicidad por su causa. —El rostro de madre se ensombreció —. Pero debes tener cuidado. No bajes la guardia con Fergus. Debes cuidarte de la ira de un hombre orgulloso.
***
Empezamos nuestro viaje de regreso alrededor del mediodía. Cada paso ponía mas distancia entre nosotros y mi familia, pero no lograba sacarme de la cabeza las palabras premonitorias de mi madre. Me perturbaban tanto que ni siquiera podía sentir la amarga pena de la despedida en toda su amplitud. Y las palabras iban a menudo acompañadas del recuerdo de lo que había sucedido en el camino. La imagen de un Fergus furioso descargando su espada sobre aquellos soldados. La ira, la insensibilidad... ¿Podría esa magnitud de violencia dirigirse alguna vez hacia nosotros?
ESTÁS LEYENDO
Las Crónicas de Trymar I: Serenata de Ladrones [Versión Español]
RomanceEn Winguard, Aneeka buscaba libertad junto a Fergus, pero encontró mucho más en Rata, un ladrón que les ofreció un refugio inesperado. Lo que comenzó como una alianza para sobrevivir se convirtió en una familia, hasta que la desilusión y el abandono...