9_ Viaje

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Freddy

Había llegado el día del viaje a España. Lala era la encargada de preparar las maletas de ambos, yo me había ofrecido a hacer la mía, pero Tabano solo me miró de mala manera, como solía hacerlo cuando él daba una orden y yo no la entendía como tal.

No me era sencillo acostumbrarme a la forma de actuar de los italianos.

- Debo ir a ver a Toni.- dijo Tabo mirando su móvil.
- Para que? - le pregunto Lala desde la puerta de mi habitación.
- No lo se, solo me dijo que vaya. No hago preguntas.
- Quiere despedirse? - dijo la joven riendo.
El pelirrojo la miró serio.

A Tabano no le gustaba hablar del amor que Toni sentia por él. Se sentía muy incómodo con ese asunto, por otra parte le tenía mucho respeto al mayor de los Gambino como para rechazarlo de forma hiriente, siempre le dejaba en claro que no sentía nada de manera sutil. Pero Toni no era tonto y sabía lo que realmente ocurría, a pesar de ello siempre insistía.

- Tu quédate y termina con todo, iré con Freddy. - le dijo a Lala.
- Llevarán mi auto?
- Noooo. La moto obvio.
Camino hasta su habitación y entró sin cerrar la puerta. Camine detrás de él.
- Yo se conducir, sabes? - le dije recostado en el marco de la puerta mirándolo.
- Lo se. Hazme recordar a nuestro regreso que te compre un vehículo. - dijo sacándose la ropa.
- No lo decía por eso. - no podía dejar de observarlo. Era un deleite para mis ojos verlo cambiarse.
- Se por que lo dices. No soy tonto Freddy. - se paro frente a mi cruzado de brazos.
- No creo que seas tonto - baje mi mirada hasta sus pies y la subí lentamente para no perderme ningún detalle de lo que tenía enfrente.
- Entonces deja de tratarme como si lo creyeras. Y deja de mirarme asi. - sonrió y camino nuevamente a su placard a buscar ropa.

Desde el día que estuvimos encerrados en mi habitación las cosas habían cambiado. Él era más amable conmigo, podría decir que a veces parecía que jugaba a provocarme. Tal vez solo era mi mente que desvariaba por la desesperación de tenerlo nuevamente, por eso no intentaba nada. No quería arruinar esa mejoría entre ambos.

Cuando estuvo listo, tomó las llaves de su moto y salió de la habitación.
- Intenta terminar todo antes que volvamos. - dijo mirando a Lala que asintió con la cabeza sonriente.
- Debo entregarle la muestra. - dijo bajo mirándola. Fue extraña la mirada entre ambos.

Salimos al garaje, subió a la moto, la arrancó y luego me subí detrás.

La mansión de los Gambino se encontraba alejada de todo, pero muy cerca de la casa de Isidoro, debíamos pasar por la puerta.
No pude evitar recordar las reuniones de Isidoro donde al final de la noche nos encerrabamos a dormir juntos.

Al llegar, estacionó en la puerta y nos bajamos. Caminamos hasta una puerta blanca, muy alta. Tocó el timbre y esperamos.

La puerta se abrió, un hombre robusto de cabello blanco y bigote frondoso del mismo color nos miró sonriente.
- Ciao Tommaso - dijo Tabo al verlo.
- Buongiorno signor Tabano. Inoltrare. - dijo el hombre haciendo un movimiento con su brazo en señal de que pasemos.
Ambos caminamos hasta una gran sala, con sillones blancos y una alfombra del mismo color.

- Stai cercando il signor Carlo? - hablo nuevamente el hombre.
- No. A Toni - respondió Tabano.
El hombre asintió con la cabeza y se alejó.
El pelirrojo parecía nervioso, así reaccionaba cada vez que debía estar con Toni.

Me miró y sonrió.
- Debes aprender italiano, es un requisito que creo olvidé mencionar.
- Es verdad, nunca me lo dijiste. Es difícil de aprender? - le pregunté.
- No lo se.
- A ti te costó aprenderlo?
Me miró confundido. Lo había olvidado, Tabano Raggio era italiano, había nacido sabiendo ese idioma. Todavía no lograba acostumbrarme a la diferencia entre los alters.

Los Santos del infierno.   Torna al mio fiancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora