CAPÍTULO DIECINUEVE

143 38 2
                                    


Jungkook




—Está bien — dice Junseol.

Puedo sentir su pierna empezar a agitarse bajo la mesa. Inclinándome, pongo mi mano sobre su rodilla, calmando sus nervios. Laia se desplaza en
la silla, inclinándose más cerca de Jun. Hago lo mismo, a pesar de que no estoy seguro de por qué. La miro y levanto la ceja. No discutimos quién iba a
decirle.

Creo que debería ser ella.

No puedo verme a mí mismo dejando escapar que soy su papá. Con suerte saldría como Darth Vader, menos los problemas respiratorios.

Laia se aclara la garganta y sonríe un poco, muy sutil.

—¿Recuerdas cuando me preguntaste si Jungkook era mi novio? — él asiente ante la pregunta, su pierna se poner en marcha de nuevo. Me doy cuenta que no voy a ser capaz de mantenerlo calmado. Demonios, ni siquiera yo estoy calmado.

Solo tengo años de práctica en estoicismo.

—Bueno, Jungkook y yo salimos por mucho tiempo en la preparatoria y luego él se fue a la universidad y las cosas no funcionaron para nosotros,
pero… — ella se detiene y aclara su garganta. Sé que esto debe ser duro para ella, recordando lo bueno que teníamos hasta que lo jodí todo—. Lo siento por no habértelo dicho antes, mi amor.

—¿Decirme qué? —interrumpe. Sus ojos se hacen más cortos.
Puedo decir que no le gusta ver llorar a su mamá. Él pone su mano en su hombro y lo frota.

—Jungkook es tu papá, bebé. —Laia solloza. Mi pierna se estrella contra la mesa cuando me levanto, corriendo a su lado. Caigo de rodillas, poniéndola entre mis brazos. Sus lágrimas mojan mi cuello, sus llantos amortiguados. Sé que no debería, pero tengo que hacerlo. La beso debajo de su oreja, su mejilla.

—Todo estará bien. No te dejaré. Lo prometo —susurro con cada beso.

Ella levanta su rostro, con los ojos húmedos, enrojecidos e hinchados. Mis manos acunan su rostro, acercándola. La beso de lleno en los labios. Labios que he extrañado por tanto tiempo. Cuando ella comienza a alejarse, quiero
aferrarme, pero ella no es mía y no debería haberla besado, no así.

—Lo siento —digo. Ella asiente y se limpia la cara con el dorso de sus manos.

Me muevo de nuevo a mi asiento sin mirar a Junseol. Él acaba de ver a un hombre besar a su mamá.

Un hombre con el que no está comprometida.

Mierda, mis impulsos me juegan en contra. Me arriesgo a mirarlo, él está sonriendo. No estoy seguro de por qué, pero parece un niño en la tienda de dulces.

—Lo siento por no habértelo dicho cuando preguntaste antes —vuelve a hablar ella. Sus dedos hilan a través de su cabello, lo que parece relajar su pierna nerviosa.

Jun se apena.

—Ya lo sabía.

Laia y yo nos miramos el uno al otro, con la cara rígida. Nuestras
cabezas giran ligeramente cuando lo observamos, casi en escrutinio.

—¿Qué quieres decir con que lo sabías? —pregunto.

—¿Recuerdas ese día en el museo? —Asiento—. Bueno, estaba mirando una foto de ti y el tío Yoongi, y un profesor dijo que me parecía mucho a ti, que era como tú, luego te vi en el baño y cuando dije el nombre de mi mamá me miraste un poco raro. Así que simplemente lo supuse.

—¿No querías decir algo?

—No sabía si yo te agradaba o si querías ser mi papá.

Sus palabras me hacen tener un nudo en la garganta. Mirando a mi hijo con lágrimas en mis ojos, me veo a esta edad. Extiendo la mano, acunando su cara con mi mano.

𝐸𝑡𝑒𝑟𝑛𝑎𝑙 𝑙𝑜𝑣𝑒 {JJK} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora