𝐆𝐎𝐋𝐃𝐄𝐍 𝐁𝐎𝐘| 𝘑𝘢𝘺, 𝘥𝘦𝘴𝘤𝘦𝘯𝘥𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦𝘴 ✎

𝐢. 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐚

Si había dos mejores amigas en el mundo, esas eran Alia y Audrey. Casi no tenían nada en común, empezando desde sus cabellos hasta sus mentalidades. Pero eran amigas, amigas desde niñas.

Alia fue criada por un padre que estaba completamente en contra del concepto de la Isla de los Perdidos, mientras que la familia de Audrey era gobernada por su abuela, que Dios sabía había sido la primera en apoyar a Adam con su terrible idea.

Alia tenía un hermano mayor, bastante en realidad, que ya era rey de Arabia. Con el reino en buenas manos, sus padres y ella se trasladaron a Auradon, con el fin de que la menor pudiera estudiar en la preparatoria.

Audrey había vivido toda su vida ahí, y era hija única, lo que siempre despertó en su mejor amiga celos inocentes.

Pero, a pesar de esas y todas las demás diferencias que tenían, Alia y Audrey solían ser buenas amigas, muy buenas amigas.

Ahora, por el contrario, a penas pueden verse las caras.

────. Alia, dime que hiciste la tarea de biología porque yo no, esa materia se te da muy bien y yo no puedo romperme la cabeza pensando cosas aburridas como la fotosíntesis o lo que sea ──── Lonnie llegó hasta ella hablando hasta los codos, mayormente quejándose, pero eso no era sorpresa para la morena que le sonrió divertida.

Alia no dijo nada, simplemente sacó su libreta verde de su casillero, donde estaba, y se la entregó.

────. Toma, Lonnie ──── su sonrisa se hizo más grande al ver a su mejor amiga festejar.

────. Te amo, Ali, ¿lo sabes, verdad? ──── ella asintió y ambas empezaron a caminar juntas hacia las mesas del jardín ────. ¿No es irónico que el nombre que tu padre inventó junto al genio para conquistar a tu madre ahora sea tu apodo? Príncipe Alí, reinas aquí, aliababua.

Alia hizo una mueca cuando su amiga abrió mucho los ojos y la boca simultáneamente, mirándola a la cara.

────. ¡Aliababua! ──── exclamó emocionada ────. ¡Alia!

────. Ese es mi nombre.

────. ¿Te pusieron así por la canción?

Suspiró rendida.

────. No lo sé, no lo creo ──── respondió cansada ────. Espero que no, me gusta pensar que es en honor a mi padre, pero claro, mi tío es bromista y él y papá se la pasan haciendo apuestas y bromas, así que es una gran probabilidad.