XLI ━━ YOUR MIND IS PLAYIN' TRICKS ON YOU

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La muerte de Sirius no solo había afectado a Acacia, sino que a la propia familia Hills y a Harry Potter. Deamon lo podía confirmar sin equivocarse, incluso había intercambiado un par de cartas con Potter, pero solo habían durado un par de semanas. Luego del suceso trágico, las clases continuaron con normalidad, salvo por la larga ausencia de Acacia que ya no brillaba con la misma intensidad que antes, pues el luto le había arrebatado toda esperanza de algo mejor y no era para menos. Su padre, una de las pocas cosas que le quedaban, había fallecido y ahora estaba sola en el mundo. Tardaría bastante tiempo en sanar, al igual que la cicatriz que adornaba el dorso de la mano de Deamon. Tal vez ninguna de las dos heridas se curaría, había cosas más importantes en las qué pensar que en una fea cicatriz que a veces le incomodaba a la hora de usar su mano como, por ejemplo, la pronta guerra que se veía venir ahora que todo el mundo mágico sabía que Harry Potter en efecto, decía la verdad del regreso de Lord Voldemort. Ya no lo tachaban de mentiroso e incluso quienes lo habían hecho, se disculparon con él, pero esas no eran las cosas que más le preocupaban a Deamon cuando su mente estaba ida y en otra parte desconocida que lo llevaba a disociarse por culpa de las sustancias alucinógenas que había adquirido con el paso del tiempo y que le seguían produciendo efectos secundarios incluso cuando llevaba tiempo sin consumirlas.

Debía ser honesto por una vez consigo mismo y recordar cuándo había comenzado a drogarse, porque a veces había un centenar de razones y otras, mera curiosidad. Pero era tan cierto que el gato había muerto por culpa de ella y, aun así, no descubrió nada. Deamon estaba seguro de que todo había sido un descuido de su parte, uno muy estúpido como para terminar envuelto en la misma trágica historia de su padre. No había carencias en su vida, incluso cuando no gozaban de los mismos lujos que otras familias mágicas, sus abuelos se habían encargado de que a Devon y a su familia no le faltase nada porque ellos sabían que las cosas no serían fáciles para un drogadicto como su hijo. Aurelia y Juno no iban a desampararlos, aun después de muertos seguían dejando su esencia en la familia Hills. Solo había que mirar sus fotografías y ver el parecido que tenía Aurelia con Deamon. Su cabello rubio era el mismo que el de su nieto mayor, y Christopher tenía rasgos parecidos a los de su abuelo.

Por mucho que Devon quisiera escapar de su legado familiar, este lo perseguiría hasta el final de sus días porque ver a sus dos hijos mayores era ver a sus padres también. Y Deamon tenía miedo de repetir la historia, que todo tuviera el mismo patrón exacto y que por más que lo haya intentado, terminara por acabar igual que el hombre que lo había criado para convertirse en cualquier cosa, menos en algo similar a él; pero había errado al hacerlo y ahora estaban viendo las consecuencias de sus malas decisiones porque ambos sabían que nunca existiría alguien igual que Alina que lo tolerara de la misma forma en la que su madre lo hacía con Devon. Porque después de todo, siempre estaría por su cuenta y no arrastraría a nadie más consigo, ni siquiera a sus hermanas o a Kang Hajoon que no tenía por qué acarrear con sus problemas cuando nunca había tan cercanos. Él podía amarlo, pero Deamon no estaba tan seguro de sus propios sentimientos y no le daría una vida infeliz a su lado si no se recuperaba de sus adicciones o aclaraba de una vez por todas qué era lo que sentía por Hajoon.

Dios, sentía hasta vergüenza de ser considerado uno de los mejores estudiantes de Hogwarts y de sus supuestas habilidades mágicas cuando estaba desperdiciando todo ese potencial en drogarse a diario y en disociarse para evadir la realidad usando su condición de adicto para desentenderse y escapar de sí mismo. Solo se estaba aislando cada vez más y en poco tiempo terminaría estando solo de verdad, ya no sería más un sentimiento angustiante el sentir que estaba en soledad, sino que sería una realidad innegable que no podría deshacer.

── ¿Deamon? Dime que no te volviste a encerrar en tu habitación porque te drogaste ── Alina comenzó a golpear la puerta como si quisiera echarla abajo para poder entrar, pero nunca la cerró en primer lugar.

Si tan solo Deamon estuviera drogado en ese momento, pero no lo estaba.

── ¿Por qué no me contestabas? Te he estado hablando desde hace un buen rato.

── No te escuché ── murmuró.

Qué patético se sentía estar recostado en su cama sin hacer nada, solo él y sus pensamientos invadiéndolo, pero previniendo que se drogara de nuevo. Llevaba días sin hacerlo y estaba tratando de resistirse, aunque la abstinencia estuviera matándolo. Debía ser fuerte por Catelyn y Tywin.

── Mírame ── ordenó Alina y él obedeció irguiéndose en la cama ──. No te has drogado.

── Llevo tres semanas limpio, creo ── no lo recordaba, pero sabía que llevaba demasiado tiempo sin consumir ── ¿Qué ocurre? ¿Todo bien con la orden? ¿Han tenido noticias de Vold...?

── Lo de la orden no es asunto tuyo, y deja de llamarlo por su nombre, sigue siendo perturbador y más con todo lo que ha pasado en estos últimos años. La muerte de Cedric Diggory y ahora la de Sirius han sido unas bajas inmensas. Si tuvieras la edad y la salud mental para saberlo, y si no fueras mi hijo, de seguro estarías metido en todo esto también, pero lamentablemente no es así.

── Y en parte eso te alegra, ¿no es cierto? No vas a perder a ninguno de tus hijos en la guerra porque nadie conoce este pueblito de Escocia ── Deamon amaba Dunkeld, era el lugar ideal para vivir y adoraría pasar sus últimos días sobre el césped del jardín y dar paseos todas las tardes cerca del río Tay o ir de vez en cuando a la catedral solo a disfrutar del mismo paisaje una y otra vez, pero si seguía drogándose, moriría antes de poder tener el tiempo suficiente para ello ──. Sé que quieres que nos quedemos encerrados aquí hasta que termine la guerra.

── ¿Guerra? ¿De qué hablas? No va a haber tal cosa. Ya estás empezando a decir estupideces sin sentido al igual que tu hermano.

── Si es cierto que Voldemort ha vuelto...

── ¡Basta, Deamon! Deja de llamarlo así.

── ¿Y cómo quieres que lo llame? Ese es su nombre.

── Solo... no lo menciones, eso es todo lo que te pido. Tampoco quiero que te sigas drogando y he estado pensando en hablar con Dumbledore al respecto y llevarte a un centro de rehabilitación, no importa si pierdes años en Hogwarts, sé que Albus te daría la oportunidad de retomar tus estudios después... ── pero Deamon no quería seguir escuchándola.

── No quiero hacer eso, voy a perderme la oportunidad de graduarme con Acacia y con Hannah, bueno, con todos los de mi año y eso sería horrible. Llevamos tantos años juntos con Acacia como para no terminar nuestros estudios juntos. Me rehúso a eso, mamá.

── Deamon solo quiero lo mejor para ti, ni siquiera sé por qué empezaste con todo esto, nunca creí que en serio Devon te arrastraría a esto, pensé que me ayudaría a educarte mejor, pero ya veo que me equivoqué, de nada sirvieron mis esfuerzos por darte todo en bandeja ── la mujer tardó en darse cuenta de que estaba llorando, pero él ya había reparado en ese detalle y debía admitir que no sabía cómo lidiar con eso.

── ¿Estás decepcionada de mí?

Alina lo miró a los ojos y a causa de las lágrimas, lo veía un poco borroso. Sus ojos ardían y estaban rojos, el escozor era insoportable, pero se limpió el rostro y le respondió con la verdad.

── No, jamás estaría decepcionada de ti porque sé que vas a salir de esto, siempre he puesto toda mi confianza en ti y sé que no me defraudarás. Es solo una prueba y la vas a pasar, creo en ti ── Deamon sonrió, o bueno, lo intentó antes de darle un abrazo.

Se habría quedado envuelto en los brazos de su madre para siempre si hubiese podido, si tan solo ese gesto lo regresara a cuando era un niño pequeño, habría tomado otro camino, pero ya era demasiado tarde para pensar en eso. Ya había pasado bastante agua bajo el puente y cambiar las cosas que ya había hecho eran imposibles.

── Ya, ya ── Alina se separó de él y lo miró con una sonrisa que él no pudo entender si era de felicidad o de consuelo, quizás era lo segundo por la obviedad de la situación ──. Baja a cenar en un rato más y dale algo de comida a Canopus también, ha estado maullando toda la tarde, no seas irresponsable con tu gato, Deamon.

── Creí que Chris le había dado, me dijo que él lo haría.

── Pero si él fue a la casa de Acacia, debió haberlo olvidado.

── Tal vez lo hizo, pero no importa, igual le daré más comida.

ALONE, harry potter seriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora