── Cuéntame más sobre tu familia, no sé mucho de ella. A penas sé sus nombres, sus profesiones y casas de Hogwarts ── insistió Acacia, él no sabía para qué quería esa información cuando ellos se conocían de toda la vida, pero intuía que era por su pronto reencuentro con su padre que anhelaba saber de su pequeña y quien era su amigo o eso fue lo que cierto profesor con licantropía le comentó a Acacia una vez.
── ¿Tu padre quiere saberlo? ¿Acaso no estudiaron juntos?
── Sí, pero papá estaba en Gryffindor al igual que mamá, ellos solo la pasaban con su grupo de amigos ── respondió ella con un ápice de emoción en su tono de voz ──. Por favor Deamon hermoso, precioso, bello...
── Cállate ¿Sí? No me digas así de nuevo. Es tedioso, aunque sí soy bonito ── para él todo era molesto, incluso si eran amables con él ──, ahora ¿qué quieres saber?
La rubia sacó unas cuantas hojas de pergamino y una pluma para comenzar a anotar todo lo que su amigo le contará acerca de su vida, aunque quizás fueran puras tonterías.
── ¿Cuántos años tienes? ¿Cuándo naciste? ¿Confías en Dumbledore? ¿Elegirías a Harry o a Kang Hajoon? ── Acacia hablaba demasiado rápido, pero por suerte repitió las preguntas para que Deamon pudiese responder mejor.
── Esto nos llevará una larga mañana ── no tenían clases a primera hora, así que tendrían todo el tiempo de la mañana ──. Trece años, creo que eso es algo que ya sabes. ¡Tú siempre eres la primera en saludarme para mi cumpleaños, no puedes no saberlo! Y ¿Acaso eso importa? Por mí que se muera y mierda Acacia, no voy a responder esa tonta pregunta.
── Hazlo, por favor, sólo yo y mi padre lo sabremos y quizás el miope en caso de que lo vea ── Acacia hizo un puchero intentando salirse con la suya, aunque no serviría, su cometido había sido ejecutado antes de siquiera hubiese abierto la boca para suplicar.
Deamon resopló y la chica lo vio por primera vez nervioso, presa del pánico quizás.
── Harry ── musitó, no porque lo prefiriera a él antes que a Hajoon, sino porque si debía elegir un bando a pesar de que él tenía el suyo propio, siempre y completamente escogería el del chico que era mejor amigo de su primo que a una banda de locos que sólo querían hacerse con el poder cuando solo eran esclavos de un calvo sin nariz. Eso solo lo sabía por su madre, quien en su juventud combatió contra los mortífagos.
Había luchado y sobrevivido.
── Bien... ── Acacia continuó ── ¿Piensas que Canuto es mejor apodo que Cornamenta? ¿Qué prefieres, gatos o perros? ¿Te importa la pureza de la sangre o te da igual?
── ¿Qué importa? ── pero ahí estaba de nuevo, ese maldito puchero y él gruñó ante ello. Siempre sería débil con ella ──. Lo que hago por amor. Pienso que Cornamenta es un apodo más... estrafalario, me gusta. Tú sabes que los gatos y yo tenemos una conexión profunda y por supuesto que no me importa.
── ¡Bien! Si no te gustará bromear con la muerte y mierdas más como el nazismo, mi padre me obligaría a casarme contigo, es una pena que te guste Hajoon.
── ¡Que no me gusta ese chico, Acacia! Pienso que es un tonto, es desagradable, creo que me cae mejor Nott que él
Acacia se echó a reír como maniática murmurando un incomprensible: "Ajá y tu hermano no sabe ni quién inició la primera guerra muggle". Porque claro, Christopher lo sabía casi todo. Era un cerebrito, siempre con la cabeza metida en un libro y Deamon siempre a escondidas inhalando cocaína por la nariz y consumiendo codeína.
Cuánto tenía que amar Deamon a su amiga como para no querer asesinarla por marearlo con esas preguntas molestas que no tenían ningún sentido. Era quizás una de las pocas personas que lo querían sin importar cuán raro podía llegar a ser.
