Comenzaba a tener la sensación de que los días pasaban cada vez más lentos, el tiempo se ralentizaba con cada pequeño movimiento que Deamon daba. No sabía si era idea suya, o si era otro efecto secundario de las drogas, o la misma abstinencia. Llevaba un mes y una semana sin probar ni una sola sustancia, pero no lo estaba soportando muy bien. No estaba seguro de hacerle caso a los consejos de su madre, aunque en el fondo, sabía que Alina tenía razón. No podía continuar así, porque él no era capaz de notarlo aun viéndose al espejo, pero los demás sí que podían darse cuenta de su aspecto y los cambios físicos que había ido experimentando, como, por ejemplo, su cabello, el cual pese a ser de un rubio oscuro, de a poco estaba oscureciéndose más y más, había ido perdiendo su brillo y no era algo que el resto pudiera solo pasar desapercibido. Era esa una de las razones por las que Hannah sospechó de él hasta el punto de seguirlo con tal de averiguar qué era aquello que estaba apagando su brillo.
Se decía así mismo que eran las drogas, pero Deamon ya no lo tenía tan claro, comenzaba a dudar de eso. ¿Qué tan cierto era que las drogas habían matado su espíritu? Porque estaba muy convencido de que no podía tratarse de algo más, a menos que de alguna forma, su condición de adicto y los sentimientos reprimidos fueran la causa, como un tumulto acumulado derrumbándose de repente. Pero se repetía a diario que no podía ni debía tratarse de Kang Hajoon, y aun así él ya sabía que si lo era. Quizás esa era su gran tragedia. Condenado a permanecer en silencio ya que él no valía la pena ni era suficiente para alguien tan bueno como Kang Hajoon. Tampoco se consideraba apto para pertenecer a Hufflepuff, toda su vida la pasó creyendo que el sombrero seleccionador había cometido un error.
Nunca sería merecedor de algo ni de alguien.
── Fui a ver a Acacia ── Christopher apareció en la puerta de su habitación ──. Dijo que estaba feliz de que llevaras sobrio un mes y una semana.
── Siento que podría recaer en cualquier momento ── confesó, levantándose de la cama, acariciando a Canopus que estaba sobre su cama.
── No lo harás, vas muy bien.
── A menos que reciba un golpe lo bastante fuerte como para derribarme.
── Creo que ese es tu problema. Eres muy pesimista, no ves el lado bueno de las cosas.
── Moriré de una sobredosis, esa es una cosa muy buena si me lo preguntas ── bromeó, aunque esa era una de las posibilidades más acertadas.
── No digas tonterías Deamy, nadie morirá. Mamá no lo permitiría.
Deamon se echó a reír con burla, era lo único que podía hacer a esas alturas.
── ¿Entonces qué? ¿Cuándo venga la muerte le diré que no puedo irme con ella porque mi mamá no me dio permiso? ── se burló el rubio.
── Sí, algo así ── Christopher se había acercado para imitar a Deamon y acariciar al gato anaranjado. No se parecía en nada a los demás, ni siquiera a los de su raza, pues era un kneazle, pero distinto en muchos sentidos. Tal vez era cierto que los gatos se parecían a sus dueños.
Canopus también estaba perdiendo el brillo de su pelaje.
── ¿Has pensado en aclarar las cosas con Hajoon? No puedes huir siempre que te sientes asfixiado ── Deamon solo se fregó los ojos como si estuviera cansado ──. Te quedan pocos años para cumplir dieciocho, deberías madurar un poco, ¿no crees?
── Una cosa es madurar y otra muy diferente que todos me obliguen a hablar con Kang. Él es solo un chico... no tiene ninguna importancia en mi vida, Christopher.
── No te veo muy convencido de eso. Apuesto a que no estás así de ansioso por la abstinencia, soy tu hermano y puedo darme cuenta de que hay algo más en ti que te tiene inquieto y creo estar seguro de que eso tiene nombre y apellido.